Capitulo 28

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Flash back.

– ¡Como pudiste ser tan tonta! Te advertí que el estaba loco – grito mamá.

– ¡Déjame en paz! Tuve suficiente, acabo de llegar hace dos días y lo único que haces es regañarme, no soy una maldita niña, se que cometí un error, pero no dicen ¿Qué de los errores se aprenden? Y quiero que te quede claro que mi error fue enamórame de Justin y creer en el, pero este bebé nunca será un

error, si bien no fue planeado, pero lo amare de todas formas y si no vas a apoyarme en esto, dímelo. Me iré de aquí, porque ya no te soporto mas

– dije y sentí alivio en mi alma, por fin le decías esas palabras que había guardado ¿No tenia ni un poco de consideración? Acabada de pasar un momento feo en mi vida y ella solo se enfadaba, desde que llegue es sido casi un zombi y solo comía por el bebé, ella me hacia preguntas pero me sentía demasiado deprimida para contestarlas, pero hoy

había llegado al limite.

– _______... Hija, lo siento, es que odio a Justin y descargo mi furia contigo, lo siento. Aparte me trajeron aquí sin dejarme despedir de mi compañía

que era Rosie, la que me cuidaba. No entendía nada y cuando llegue al poco tiempo lo hiciste tu y estabas tan mal, que me enfurecí y me siento tan inútil por no hacer nada.

– Pero ahora lo entiendes mamá, Justin no cree que este bebe es de él, incluso dijo que era de otro hombre porque yo era igual a ti y…– me calle de repente, ella no debería saberlo.

– ¿Qué dijo? – insito cuando se dio cuenta de que no le contaría mas.

– Nada – musite subiendo las escaleras.

– ______, dime que dijo por favor… – rogó ella detrás de mi, pare en seco y suspire secando la única lagrima que deje caer, me di vuelta y la enfrente.

– Mamá, ¿quieres saberlo en verdad? – asintió, y sentí lastima por ella, tenia unas ojeras alrededor de sus ojos, y aunque mi madre era una mujer

hermosa, esta ves se la veía demacrada, su cabello rubio perdió el brillo y sus ojos azules igual a los mió, ya no se iluminaba, estaban opacos.

– él dijo que tu eras… una… una prostituta – dije sin poder evitar largar un sollozo, y al instante siguiente tenia a mi madre abrazándome. Cuanto necesitaba este abrazo, desde el día en el que llegue a casa, lo había necesitado – Yo le dije que no era cierto, incluso le pegue y ….

– Lo és _____. – me dijo aun abrazándome fuerte, parecería que no quería que la soltara, temía que me alejara con asco de ella.

– ¿Lo eras mamá? – no podía creerlo, viví una mentira toda mi vida, quería vomitar y llorar. Ella empezó a llorar en mi hombro.

– ¡Lo siento! ¡Lo siento! Pero estaba tan perdida, no sabia que hacer para mantenerte a ti en esa escuela y darte de comer, fue mi única salida. Nada me alcanzaba y tuve que…. ______, lo siento.

– Esta bien mamá, no tienes que pedirme perdón, supongo que yo no soy Dios para juzgarte, te quiero de todas formas… – ella largo un sollozo mas, no

podía enfadarme, ella vendió su cuerpo para mantenerme, no podía enfadarme por algo así.

– Voy a matar a ese hijo de puta por hacerle daño a mi nena, lo matare, te lo prometo. – ella lloraba a mares, y mi corazón me dolía, la sujete de los hombros y hice que me mirara.

– No vale la pena amargar al corazón con algo así, Justin se pudrirá en el infiero mamá, ahora por favor solo olvidémoslo, ayúdame a olvidarlo. –

Asintió y me abrazo,

– Te amo hija.

– Yo también mamá.

Luego de una semana había ido a la universidad a presentarme y rogar para que me aceptaran luego de que el bebe tuviera la suficiente edad como para

comprender porque su mamá no estaba con él, ellos dijeron que no podían hacer algo así que los estudiantes tendrían que tener al menos diecinueve años para concurrir allí y no había modo de hacer

una excepción por mi, y la beca no se me seria otorgada si dejaba de estudiar, y con mucha tristeza tuve que resignármela, no podía estudiar con un bebé, incluso después de que el naciera

tendría que cuidarlo, me había prometido darle siempre mi atención, con algo de aliento me dije a mi misma que estudiaría un pequeño curso gratis

que otorgaba el gobierno, no me quedaba de otra, al diablo todos mis sueños y por tercera vez en el día odie con mas intensidad a Justin Bieber. Luego de eso tratando de recomponerme busque empelo en

toda la ciudad. Y nadie quería contratar a una chica embarazada, no se que mierda temían esas personas, entonces me resigne y pregunte en el pequeño bar “Dreams”, que por cierto no tenia

buena pinta, pero que mas da, yo no era una chica con clase ni mucho menos.

– Hola vengo por el trabajo, lo necesito – le dije a un chico que estaba limpiando los vasos, el me miro de arriba abajo con una mirada lastimosa, y comprendí por que era, desde en la mañana que anduve por toda la cuidad, y estaba muy cansada, me dolían los pies, y además tenia hambre, supongo que no aparentaba una imagen muy buena.

– Yo no soy el dueño, es aquel hombre – me dijo señalándome a un chico que estaba atendiendo a unas personas, el no paraba ni un segundo iba y venia de cada mesa, no tenía tiempo. Pero entonces me anime cuando el venia con la bandeja vacía en busca de más bebidas, me pare en frente interrumpiéndole el paso y dije lo más rápido posible.

– Hola me llamo ______ Leiv, vengo por el trabajo, lo necesito – él me miro divertido y algo confuso.

– Oh, mi nombre es Jonh y esta bien, contratada, eres la única que lo solicitó así que supongo que solo serás tú.

– Estoy embarazada – empecé a decir y

preparándome para el rechazo.

– ¿Y? ¿Soy yo el papá? – pregunto divertido y lo mire confundida.

– No, bueno… Yo esperaba que me dijeras que no aceptabas embarazadas.

– ¿Por qué diría algo así?

– No lo se, a todos los lugares que fui me dijeron eso.

– Bueno, no somos iguales a todos, así que tranquila, el trabajo es tuyo empezaras mañana y dile a Alex – mustio señalo al chico que me había

atendido primero – que te enseñe a preparar tragos y toda esa mierda, hasta pronto… Dijo eso y se alejo para atender a mas clientes, sentí que mi cuerpo se relajaba por completo y respire con tranquilidad, por fin conseguí un

trabajo si bien no era el mejor y no era mucho el sueldo de trecientos dólares por días, o según la ganancia, pero me alegraba tenerlo aunque sea, era la primera cosa buena que me había ocurrido en el día. Cuando estaba por irme le di una mirada al chico que se llamaba Alex, y el me sonrío y yo le devolví la sonrisa, sincera esta vez.

Fin del flash back.

Cσмρℓι¢αтє∂ ℓσνє TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora