【❝Fueron mis recuerdos los que me llevaron de vuelta a ti. No importó cuánto traté de encerrarlos, no importó cuánto traté de odiarte, de olvidarte, siempre volví a ti.❞】
...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
EL TURNO DE Alec había llegado y debía renunciar a un recuerdo de la persona que más amaba. Estaba preparado perder uno de Izzy, de Jace, tal vez de Max, pero jamás para ver aquel rostro.
Magnus, Jace e Isabelle se quedaron en absoluto silencio, sin palabras al ver aquella dulce cara de nuevo, por lo que aquello significaba. Clary por otro lado, miraba confundida a la desconocida.
—No —susurró el pelinegro, perdido en el vacío de sus sentimientos—. ¡El demonio me engaña! —gritó con rabia, reusándose a ver lo que estaba frente a sus ojos.
—¡Alec, no rompas el vínculo! —le rogó Magnus.
Pero el Shadowhunter hizo caso omiso a los gritos de los demás. Se soltó, rompiendo el vínculo y dejando al demonio sin nada que lo retuviera.
Estaba enojado, al borde de estallar, aquello no era posible, se negaba a creerlo. Él la odiaba, la odiaba profundamente y se obligó a olvidarla hace ya mucho tiempo, no era nada para él, no podía permitirse dejarla entrar de nuevo.
─── ∙ 🎐 ∙ ───
—No hay por qué estar avergonzado —Magnus se acercó a Alexander con una mirada comprensiva.
—No sé de qué estás hablando —contesto él de la manera más frívola posible.
—Colette es una de esas mujeres imposibles de olvidar, no está mal sentir lo que sientes, Alexander.
Alec tragó en seco al escucharlo, aquel nombre le volteó el mundo en cuestión de segundos. No lo había escuchado hace mucho tiempo, la gente evitaba decirlo frente a él con miedo a su reacción, con miedo a destrozarlo de nuevo.
Sintió de repente a su corazón detener sus latidos, al aire dejar de circular por sus pulmones, a su sangre helarse en segundos, ¿cómo era posible que aquella mujer tuviera todavía un efecto tan terrible en él? Después de todo lo que pasó, aún tenía poder sobre su corazón.
—¿L-la conocías?—no pudo evitar la pregunta por más que deseara abandonar el tema.
—Todo el mundo subterráneo la conoce, bien sabrás tú que Colette es probablemente la Shadowhunter más amada por mi mundo. Pero en mi corazón guarda un lugar especial, es una vieja amiga.
Y así era, el mundo subterráneo le tenía cariño a aquella mujer como no había explicación, pero su simple mención lo hizo recordar más de lo que hubiera preferido y odiarse internamente por dejar que aquellos recuerdos lo afectaran de la manera en la que lo estaban haciendo.
