Capítulo 6

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Al amanecer del día siguiente, Jungkook se levantó por instinto y no por el despertador.

La señora Kim se habría ido hacía algunas horas. En la noche, o madrugada, había subido a despedirse de él luego de que Taehyung le dijera que fuese primero a la oficina a por el dibujo que le había hecho, para darle tiempo a llegar antes que ella, y le había recordado que por esos dos días no debía cumplir con ningún horario laboral. Young Mi probablemente no había dormido nada antes de irse, pues tenía entendido que se iba antes de que saliera el sol y el festejo para la buena suerte del día anterior no había terminado muy temprano que se diga.

Jungkook, por el contrario, pudo dormir sin problema. Luego de prometerle a su nuevo amigo que volvería a verle y despedirse de la señora Kim, se había recostado en su cama sabiendo que tal vez miraría el techo por un buen rato, pero eso no había pasado. Ni siquiera recordaba el momento exacto en el que había dejado de estar despierto.

Así que se levantó y bajó las escaleras al primer piso, encontrándose con que estaba demasiado silencioso. Recordó entonces que por esa vez estaría solo con Yuri... y con Taehyung, ah, todavía sonaba un poco surrealista. Miró la hora en su reloj de muñeca, 7:43 a. m., ¿estaría despierto ya? Se dirigió a la cocina para poner en marcha la cafetera. La mañana se sentía fría, tal vez porque no había nadie para configurar la calefacción ese día y él no sabía cómo hacerlo.

Cuando volvió al tercer piso lo hizo solo para confirmar que Yuri seguía durmiendo, y terminó caminando por el pasillo de la segunda planta hacia la puerta de la habitación siete. Lo menos que quería era parecer un pesado, pero el resto de su ser solo le pedía ver a Taehyung. Se apoyó de espaldas en la puerta para tener el pasillo a la vista, y se preguntó si el mayor también se daría cuenta de que él estaba cerca, así como con su madre, aunque ya le había dicho que sí que notaba cuando se plantaba ahí en las noches.

—¿Tae? —llamó, en un tono bajo, cerciorándose de que su compañera no apareciera bajando por las escaleras—. ¿Estás despierto? —No obtuvo respuesta al principio, por lo que aceptó que todavía era muy temprano para andar molestando. Estuvo a punto de alejarse, hasta que el aludido contestó del otro lado.

—Sí...

—¿Puedo entrar? Preparé café, por cierto, si te gusta puedo traerte.

—Umh, sí, pero yo... no creo que sea una buena idea.

—Oh —musitó, sintiendo su propia firmeza titubear por un segundo—, está bien. —Asintió, se sentía desilusionado, sí, pero no era como que esperara que todos fueran felices con su compañía todo el tiempo.

—Huh, Jungkook, espera, no es... Es que, bueno, yo, umh-

—Hey, está bien, te dije que me iría cuando me lo pidas sin hacer preguntas, ¿recuerdas? Y lo estaba diciendo en serio, así que no te preocupes, de verdad —le dijo, intentando sonar tranquilizador—. Te veo luego... —Se separó de la puerta y comenzó a alejarse con pasos decaídos.

El sonido de la cerradura le hizo dar media vuelta; Taehyung se asomó del interior, luciendo tan fuera de este mundo como de costumbre. Se quedó mirándole con los ojos bien abiertos. Tenía unos pantalones holgados y una sudadera blanca que era tal vez más grande que él, su mirada denotaba inseguridad mientras una de sus manos jugueteaba con nerviosismo con los cabellos rojos de la parte posterior de su cabeza.

Jungkook sintió que se quedó sin aire, pero más por su descomunal belleza que por el hecho de que su cabello tenía un color diferente al de la noche anterior, y se cuestionó seriamente sus prioridades.

Volvió sobre sus pasos, Taehyung ni siquiera estaba manteniéndole la mirada, con su mano derecha sostenía su antebrazo izquierdo mientras Jungkook estaba cada vez más cerca. Cuando se detuvo justo en frente, el mayor fijó sus ojos en él. Ese tono rojo cereza resaltaba su espectacular piel canela y contrastaba con el color de sus labios, ¿él realmente existía?

En el Silencio de la Habitación Siete •⊰Taekook⊱•Where stories live. Discover now