Capítulo 2

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El auto del señor Park estaba siendo ambientado por una canción de los ochenta que resonaba en un volumen bajo, Jungkook se había sumido en sus pensamientos de nuevo y el chófer le había mirado de reojo varias veces, preguntándose qué estaría pasando por su cabeza.

—No pareces muy feliz, ¿el trabajo no resultó ser lo que esperabas? —El azabache levantó la mirada de inmediato.

—No, sí, huh... Estoy feliz por haber conseguido el empleo, solo estaba pensando... La señora Kim me dijo que su hijo murió hace dos años...

—Oh, sí —Gong Yoo centró su mirada en la carretera—, fue muy doloroso para ella. A veces todavía la sorprendo demasiado ensimismada en su tristeza. Taehyung era un muchacho muy bueno, siempre risueño y amable con todos. Ah, era tan joven, tenía tu edad cuando murió. Te habría agradado conocerlo. —Jungkook le observó con una sonrisa tristona, aunque él no le miraba, y bajó la cabeza para observar sus propias manos.

—¿Sabes también lo de la habitación siete?

—¿Qué? —El señor Park le lanzó una mirada rápida antes de regresar los ojos al frente—. Ah, no debes entrar ahí.

—Sí, eso fue lo que ella dijo, pero ¿por qué? Es decir, ese cuarto ocupa casi más de la mitad del segundo piso y-

—Jungkook, solo la señora Young Mi puede tener acceso a esa habitación. También si ves a alguien husmeando por ahí debes pedirle que se aleje, ¿entiendes?

El azabache tenía la leve esperanza de que Gong Yoo le dijera lo que había detrás de aquella puerta, todo era tan misterioso que le atraía sobremanera y realmente no podía evitar la curiosidad. Pero por supuesto que obedecería, después de todo era algo que no le competía para nada.

—Sí, lo entiendo.

—Eres un buen muchacho. —El auto fue detenido frente a la casa de Jungkook, quien llenó sus pulmones de aire antes de abrir la puerta—. Vendré por ti dentro de una hora.

—Está bien. Gracias, señor Park. —Salió del vehículo, caminó con pasos lentos hasta la entrada y se abrió paso al interior con su copia de la llave, encontrándose con que Hyun Bin ya le estaba esperando en la sala.

—Hoy saliste sin avisar. —Le escuchó decir mientras se encaminaba a las escaleras, por lo que se detuvo para darle la cara.

—Le avisé a mi madre.

—¿Y por qué ella parecía no tener ni idea de dónde estabas? —ironizó.

—Está cansada, ¿puede dejarla tranquila? —pidió, agotado—. Tardé poco más de una hora, no es el fin del mundo. Además, ¿no me está diciendo todo el tiempo que salga a hacer algo productivo con mi vida?

—No me contestes —masculló, apretando la mandíbula. Jungkook le miró con altivez.

—Entonces no pregunte.

Dio media vuelta para seguir con su camino a la planta superior y se encontró con su madre al final de las escaleras, envuelta en su bata de terciopelo beige con los largos mechones de cabello negro atados en un moño desordenado. Ella no tardó en bajar.

—Llegaste, ¿a dónde dijiste que ibas?

—A una entrevista de trabajo, mamá. —La risa de su padrastro se hizo oír por toda la sala, el cuerpo del azabache se tensó y un inmenso sentimiento de aversión hacia él inundó cada partícula de su ser.

—¿Una entrevista de trabajo, de verdad? ¿Para qué puesto? ¿Barrendero?

—Administrador de una empresaria de renombre —corrigió, y se giró hacia su madre—. Fui aceptado y comienzo mañana, vine a recoger mis cosas. Yo, umh..., voy a vivir allá durante estos dos meses de vacaciones. —Las cejas de Joy se arquearon en una expresión de sorpresa mezclada con incredulidad, Hyun Bin hizo un sonidito despectivo.

En el Silencio de la Habitación Siete •⊰Taekook⊱•Where stories live. Discover now