Capítulo 8; Promesa

276 44 2
                                    

• <❇≫───•◦ ❈◦•───≪❇> •

-Yo también perdí hoy, contra Todoroki. -Lo miré y retomé los pasos para acercarme de nuevo a él. -Estoy segura de que te has dado cuenta del progreso que han tenido todos, en especial..

-No necesitas decirme a quién te refieres. -rara vez Bakugou me sostenía la mirada, y cada vez que lo hacía sentía como si imaginara 40 formas distintas de matarme. Aunque miraba así a todos y eso me, ¿tranquilizaba?

-Vale, quiero mi consejo. -Me crucé de brazos y katsuki rodó los ojos.

-No tengo un consejo para ti, y aun que lo tuviera no lo diría tan fácilmente. -Me miró con una sonrisa orgullosa, digna de Katsuki.

-Muy bien, -moví mi mano para restarle importancia. -le pediré a alguien más apto, así que veré de lejos y con palomitas como te supera Deku.

-¡Maldita bruja, yo también puedo dar consejos! ¡Y Deku no está ni cerca de superarme! -Lo miré interrogativa.

-Mmh, no lo sé, ahora no me das confianza. Olvídalo.

-Maldita bruja, espera hasta mañana y te daré el mejor concejo del mundo. - Bakugou se fue refunfuñando y con sus manos en los bolsillos antes de siquiera responderle. Había sido tan fácil la psicología inversa que quedé asombrada. También tenía que pensar en un concejo para el, pero diablos, es que es tan imprudente, rencoroso, competitivo y precipitado que no se me ocurre nada para él.

-Mmh -caminé hasta llegar a mi casa. Inosuke saltaba sobre el cerco del patio dejándome ver su cabeza cada vez que pegaba en brinco. Jugué unas horas con él y después de procrastinar un buen rato, recién me puse a estudiar.

Cuando mi padre llegó a casa se me hizo buena idea preguntarle un consejo para Bakugou. -¿Papá?

-Jajaja, suficiente, Inosuke. -Mi papá apartó a mi perro que jugaba con él. -Dime, Himari.

-Mmh, ¿Qué consejo le diría a alguien que aspira ser un héroe, pero que es impulsivo, precipitado y demasiado competitivo y rencoroso?

-Mmh, ¿es un consejo para ti?

-...¿Qué? ¡Yo no soy así! Vale, no me gustará perder de vez en cuando, ni pienso mucho lo que voy a hacer, pero el rencor definitivamente no encaja conmigo, ¿No?

Vi a mi papá que intentaba contener su risa, o al menos no hacerla tan evidente, y dijo. -pues tienes un clon, no podría con dos Himari

-¡Oye, yo soy una angelita!

-Si quieres ayudarle te puedo aconsejar a ti, descubre porqué actúa así.

-¿Sólo eso? Me dejas donde mismo, papá.

-Es díficil dar consejos. ¿Ya has estudiado?

-Sí...

-Recuerda repasar después de clase y estudiar una semana antes de los exámenes.

-Sí, papá. -Eran la once cuando después de bañarme puse mi pijama para dormirme de una buena vez. Pensé en lo que me dijo mi papá, es cierto que dar consejos es díficil, así que probablemente Bakugou no tendría nada nuevo que decirme.

Aizawa Sensei, en cambio, nos conocía bien, y siempre nos estaba evaluando para poder ayudarnos, pero se me hacía tan complicado evaluar a Bakugou, sólo podía imaginarme su estúpida sonrisa presumida cada vez que ganaba algo. Ugh.

Escondí mi cabeza debajo de la almohada, y desperté al día siguiente de la misma manera, intentando sacar un brazo para apagar la alarma.

Después de quedarme viendo al techo unos minutos, evaluando mi existencia, finalmente me levanté y me apresuré en el baño. Los castigos habían terminado y podría volver con Shiro a ir al colegio y a casa.

Caminamos juntos hacia el paradero y vi que miraba repetidamente el celular, intenté mirar por arriba de su hombro pero lo escondió rápidamente. Fruncí el ceño y le di un golpesito en el estómago. -¡Oye, y tú qué me escondes, eh!

Las mejillas de Shiro se volvieron rojas y pensé rápidamente en Jirou, la chica de los Jack, a pesar de que no la conocía bien, de presencia me caía bien. Sonreí molestosamente cuando Shiro intentó hablar. -N..no es nada.

-¿Ah? ¿Seguro?

-Esperaba un mensa... -el celular de Shiro vibró y lo miró rápidamente. Dejó de caminar y luego borró todo para mirarme a mí.

Sabía que desde los castigos mi mejor amigo comenzó a juntarse mucho con Jirou, y hasta se habían ido juntos todo este tiempo. No iba a ser yo la que les rompiera la ilusión. Me reí a carcajadas. Shiro era realmente tímido para admitir que chicas encontraba lindas, o cuál le gustaba. Así que decidí ahorrarle la pena, sólo por esta vez. -Yo aún tengo algo que hablar con Bakugou de los castigos. Si no te molesta, ¿podrías ir con Jirou a U.A? Ya sabes el carácter del rubio.

-Sí, sí. No te preocupes, ¡Nos vemos! -Shiro corrió por unas calles y caminé sola y triste hasta el paradero. Cuando miré a Bakugou acercarse al paradero corrí hasta tocarle el hombro repetidas veces.

-¡Déjate! -Podría casarme con alguien tan amable. Me senté a su lado y lo miré con una de mis mejores sonrisas.

-Quiero escuchar mi consejo.

Bakugou hizo rechinar los dientes y después desvío mi mirada. -Está en proceso.

-¡Oh! Que irresponsable eres con tus promesas. -Fingí una falsa lágrima y Bakugou volvió a mirarme molesto.

-¿Y mi consejo qué?

Tapé mis labios para sonreír. -Está en proceso.

-Pff. Está bien, pongamos un tiempo límite.

-¡Bien! Hasta la semana que viene, eso incluye este fin de semana.

-...tsk, está bien, pero durante ese tiempo...

-Pasaremos juntos. -Lo dijimos al mismo tiempo.

Bakugou me miró y pude divisar una sonrisa. Podía verse bastante tierno de vez en cuando pero jamás se lo diría. Después me dio curiosidad y pregunté -¿También durante el colegio?

-Tambien durante el colegio.

• <❇≫───•◦ ❈◦•───≪❇> •







rιvαlѕ ↯ вαĸυɢō ĸαтѕυĸιWhere stories live. Discover now