Capítulo 6; Un retraso

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Pasaron unas semanas, con Bakugou nos encontrábamos en el paradero en la mañana para ayudar a Aizawa sensei con sus clases, pocas veces hablábamos mientras esperábamos el bus, y las veces que generalmente lo hacíamos era solo para molestarnos el uno al otro.

—¡Sácalo, maldita bruja! —no pude aguantarme la risa al ver a Bakugou cubierto de pétalos que había recolectado en el camino, estábamos en plena primavera y los pétalos no dejaban de colorear las calles, en el montón de pétalos rosa que había juntado venía oculto un abejorro que se detuvo en la cara del rubio. 

—¡No lo espantes te va a picar! —Volví a reír cuando bakugou acercó su mano a su rostro y la hizo explotar, el abejorro se salvó y voló lejos. Habíamos perdido el autobús por mi pequeña broma, así que salí corriendo hacia la estación de metro cuando Bakugou comenzó a perseguirme para vengarse.

—¡Deja de reirte! —Bajé las escaleras de la estación perseguida del rubio, la gente se había apartado para evitar ser pasada a llevar, y logramos llegar a tiempo al tren y nos subimos rápidamente.

—No puedes explotar aquí —Lo miré burlona, hasta que caí en cuenta de la cercanía de ambos. El tren iba lleno a esta hora. Bakugou me dio la espalda para evitar estar tan cerca, lo cual le agradecía en silencio. En la estación siguiente el tren se llenó aún más y Bakugou gruñó, me empujó haciéndome chocar con las paredes del tren, y quedé completamente aplastada con su mochila en mi rostro. 

Pasaron dos estaciones más para poder bajarnos, pero yo tuve problemas para salir, aunque dijera permiso nadie podía moverse.  Las puertas del tren se estaban por cerrar, pero sentí un mano empujarme hacia afuera, era Todoroki. —¿Estás bien, Himari-san?

—Sí, gracias por la ayuda —Le sonreí, acomodando mi uniforme.

—Nunca te había visto en la estación de metro —Dijo todoroki caminando a mi lado. Bakugou ya se había adelantado.

—Suelo tomar el bus por esta misma razón. —Reí levemente y seguimos conversando hasta llegar al colegio. Aizawa nos reprendió a bakugou y a mí por llegar tarde, aún estábamos con su castigo, pero lo dejó pasar cuando le dijimos que habíamos perdido el autobús que "iba lleno". Verdades y mentiras. 

Las clases transcurrieron normales, pasamos materia en matemática, tuvimos una prueba sorpresa de inglés con Present Mic, entrenamiento con cementos entre otras cosas que nos dejaron agotados a la hora de la salida, fue aun peor cuando Aizawa sensei me detuvo. —Ya que no llegaron en la mañana cumpliran su castigos en la tarde, ¿dónde está, Bakugou?

—Creo que ya se fue, sensei. —Dije, era mentira, lo había visto en las máquinas expendedoras del gimnasio. 

—Estoy seguro que lo vimos en las máquinas expendedoras del gimnasio, ¿verdad, Shiro-san? —Dijo Deku. Cerré los ojos y respiré profundo.

—Sí, ahí viene. —Con amigos así para qué quiero enemigos. Miré a Bakugou caminar hacia nosotros cuando Aizawa sensei le hice un gesto. Los demás chicos se despidieron y se fueron a sus castigos. Solté un bufido. 

Nos dieron las 8 de la tarde, y ya nos podíamos ir a nuestras casas. Bakugou caminaba más rápido de lo acostumbrado y me era difícil seguirle el paso. Antes de llegar al paradero pasábamos por un parque, el cual ya tenía encendidas la luces aún cuando el cielo está a algo claro.

—Oye, ya que compartimos castigo el recorrido a casa, podrías ir más lento. —Le dije a Bakugou dando dos zancadas grandes para llegar a su lado.

—Vete por otro lado, maldición. —Bakugou caminaba con la manos en los bolsillos de su pantalón.

—Al menos Aizawa Sensei no nos dió trabajos extras para mañana. —Miré de reojo a Bakugou, que miraba a otro sitio con el ceño fruncido. Estaba segura de que había dejado de escucharme. Acerqué mi dedo índice a su rostro, apretando su mejilla.

—¡Que te vayas por otra parte, maldición!

—¿Por qué miras a esa pareja así, a caso... —Lo miré con los ojos muy abiertos. — A caso  era tu novi...?

No alcancé a terminar de hablar cuando Bakugou lanzó una explicación a mi rostro.

—¡Qué te crees! ¡Me quemaste el pelo, maldito Yankee! —Utilicé mi cristalización para detenerlo por los pies.

—¡Te voy a dejar calva si no dejas de joder! —Bakugou volvió a apuntarme con una de sus manos pero sin lanzar sus explicaciones. No había alcanzado porque alguien me había golpeado haciéndome caer en el pavimento, sentí más la quemazón de las raspaduras en mis piernas y manos antes que el dolor del golpe.

Quien me había golpeado era un hombre gigantesco, que me apuntaba con un basurero de metal. Me di vuelta antes de que me lo lanzara y en un salto rápido me alejé quedando al lado de Bakugou.

Cubrí mi puño con una capa de cristal y rompí el que ataba a Bakugou al suelo, desintegrándolo en el proceso. No podíamos usar nuestros poderes para pelear, así que era mejor ocultar cualquier rastro de nuestros poderes antes de buscar a un héroe.

El hombre que me había atacado venía acercándose corriendo a nosotros, pero un disparo lo hizo detenerse y caer. —¡Dame los diamantes, los diamantes!

Quién le había disparado era un policía que venía acompañado de un héroe, lo inmovilizaron y dejó de gritar con el efecto del sedante.

El policía se acercó a nosotros y habló. —Chica, es mejor que seas precavida con el Quirk que tienes, puede ser el foco de bandidos y criminales.

Asentí y el oficial siguió hablando cuando se acercó a nosotros el héroe. —Sanax te ayudará con la heridas, así que no te preocupes.

No me había dado cuenta que sostenía la manga del uniforme de Bakugou, cuando el héroe Sanax terminó de curarme las heridas y arreglar mi pelo de las quemaduras en las puntas, solté a Bakugou.

Ahora ya era de noche, y el cielo estaba oscuro, me detuve en el pavimento para que Bakugou se adelantara, de todas formas yo era la única responsable y ya había atrasado mucho a Katsuki.

—¿Y ahora qué mierda pasa? Vámonos que tengo cosas que hacer. —Maldito Bakugou, siempre tiene que actuar tan genial. Lo seguí de cerca y nos separamos en el paradero después de tomar el autobús. 

—Adiós, Kacchan. —Dije cuando comenzamos a caminar a lugares opuestos, solo para molestarlo. 

—¡¿Como me dijiste?! —Bakugou se dio la vuelta mirándome enojado. Me reí y seguí caminando. —Y gracias por acompañarme. 

—Pff. 

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rιvαlѕ ↯ вαĸυɢō ĸαтѕυĸιWhere stories live. Discover now