VI: Days and days

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Hacía frío. La temperatura del día era la más bajo que tenían en lo que llevaban del invierno, y el piso helado bajo los pies descalzos de Katsuki le hicieron estremecer. Aun así, se levantó en cuanto su alarma sonó a las siete de la mañana.

Miró el otro lado de la cama; Shouto aún le daba la espalda, respiraba lentamente y sin hacer ruido alguno, pero el rubio sabía que su novio ya estaba despierto, simplemente seguía enfadado con él y no quería hablarle; esperaría a que el rubio se metiera al baño para levantarse y comenzar el día.

Bien, tal vez era mejor así. No quería iniciar el día con una jodida discusión, incluso si su propia frustración seguía ardiendo y le pedía dar un comentario que no sería bien recibido y que terminaría por arruinar una fría mañana.

Mierda, realmente hacía frío. La cama, el piso, todo, absolutamente todo se sentía demasiado helado.

Después de darse una ducha con agua casi hirviendo, salió vestido del cuarto de baño y salió rápidamente de la habitación; Shouto ya estaba fuera de la cama, esculcando dentro del armario y buscando la ropa del día, dándole la espalda e ignorándolo. Genial, le estaba haciendo la ley del hielo, fingiendo que no existía en ese mismo momento, como si fueran otra vez unos malditos críos. Bien, dos podían jugar a ese juego y simular que estaban solos.

Salió de la habitación dando un portazo, complacido de imaginar la mirada molesta y el entrecejo fruncido que estaba seguro el bicolor envió hacia la puerta en cuando esta se cerró. Encendió el televisor de la sala y abrió las cortinas que cubrían el ventanal que daba al balcón de su departamento. Mantuvo estas cerradas, podía imaginar la baja temperatura con solo observar el profundo cielo gris; tal vez llovería, aunque todos esperaban que comenzara a nevar, pero el informe del tiempo aún no había dado indicios de que nevaría sino hasta mediados del próximo mes.

Debía estar en la agencia a eso de las nueve para rellenar el jodido papeleo. Lo detestaba, pensó mientras comenzaba a preparar el desayuno, repitiéndose lo mucho que odiaba el papeleo, pero debía ser paciente por una vez en su maldita vida y apegarse al plan que tenía predispuesto desde pequeño.

La idea de abrir su propia maldita agencia de héroes seguía presente en su cabeza, empujada a un rincón por los otros problemas con los que tenía que lidiar. Estaba esperando mínimo entrar al top cinco del ranking para comenzar a pensar en los detalles burocráticos, ubicación y más. Si seguía con el ritmo actual, en un par de meses podría entrar a los primeros cinco puestos, aunque también podría suceder antes. El mayor obstáculo era Deku y su jodida velocidad para ascender, pero no era su mayor preocupación; tenía plena confianza en que iba a patear su trasero y asegurarse con el primer lugar con el cual llevaba soñando desde que era un mocoso.

Tal vez el peliverde estaba destinado a ser el sucesor del Símbolo de la paz y bla, bla, bla, pero el primer puesto sin duda era suyo. Realmente, pensó vaciando el café en dos tazas, al crecer y madurar se dio cuenta de que ser un símbolo no significaba ser el más fuerte, era simplemente ser la imagen, la representación de una idea a la que la gente se aferraba en algún momento de debilidad; un súper humano, un dios, la silueta de All Might a la cual la sociedad se aferró durante tantos años e ignoraron que existían muchos más héroes suficientemente poderosos y dispuestos a dar la vida por su seguridad.

Ser un símbolo estaba bien, ser una inspiración para otros, pero eso no significaba ser el más fuerte. Katsuki no quería ser un símbolo, quería ser poderoso y ganar; algo que no cambió ni siquiera después de pasar de una vida a otra.

Si era fuerte siempre ganaría, no perdería a nadie. No necesitaba ser un símbolo, se repitió, ni un ejemplo; simplemente ser la figura en la cual el resto de la gente pudiese confiar, incluso si no parecía alguien confiable con su actitud y lenguaje, pero estaba demostrando que lo era a través de sus acciones. Al igual que en su vida pasada, al igual que cuando fue un rey.

Why are you so angry? [©]Where stories live. Discover now