Sorpresas.

882 38 1
                                    

Se alejó sin decir nada y comencé a sentir una extraña sensación. Lo observé mientras de dedicaba a darme una sonrisa pícara.
El vuelo a Venecia transcurrió sin interrupciones y de vez en cuando algunas caricias de parte de Massimo. Todo esto me confundía y aumentaban más mis ganas de estar con el, no sabía exactamente si para el era un juego esto pero tenía que confesar que lo hacia bastante bien.

— ¿Cuántos falta? — Pregunto con notable aburrimiento.

— Faltará el tiempo que deba faltar — Dice mientras observa el periódico.

Enserio pensaba que este hombre era un tremendo bipolar, ¿cómo era posible que alguien pudiera cambiar de ánimos en minutos?
Unos minutos después puedo observar como ya estábamos llegando a Venecia, debía de aceptar que era un lugar bastante bonito y que estaba ansiosa por conocerlo.
Aterrizamos y justo frente a nosotros se encontraban unas cuantas camionetas para llevarnos a nuestro destino, aún quería saber que tan importante era Massimo en Italia.
Subimos a la camioneta y fuimos al destino que tenia planeado Massimo.

— Ven, es una sorpresa — Dice para luego vendarme los ojos.

— Massimo, odio las sorpresas — Digo a regaña dientes.

No escucho más palabras de parte de Massimo y tampoco podía observar absolutamente nada ya que me encontraba vendada así que me tocaba valerme de mis sentidos para poder adivinar que me depararía. Me encontraba nerviosa, no conocía del todo a Massimo y aún más aterraba estaba al saber que seguía secuestrada, tenía miedo de que me pudiera hacer.
Pasaron unos minutos y pude sentir que Massimo había bajado de la camioneta. ¡Genial! Me encontraba sola y aún más aterrada.

— Ven, estaré contigo. No te pasará nada — Dice mientras me toma de las manos para ayudarme a bajar de aquella enorme camioneta.

Lo agarré con toda mi fuerza posible ya que me encontraba muy aterrada.

— Tranquila nena, estás conmigo. No te preocupes, es algo lindo — Dice susurrándome en el oído.

Automáticamente sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo, aún no me encontraba preparada para tenerlo tan cerca y poder sentir su aroma. Pero se sentía tan bien sentirlo a la vez tan cerca.
Caminé unos pasos más dejando a la suerte lo que podía pisar o tocar. Hasta que Massimo me quitó el vendaje.
Pude observar una hermosa casa con una vista tan hermosa que podría decir que era sacado de un cuento de hadas.

— Por Dios Massimo, esto es hermoso — Digo con bastante entusiasmo.

— Toma, tú la tendrás — Dice dándome las llaves de aquella hermosa casa que puedo decir que parecía una mansión bastante grande.

No podía creer esto que estaba haciendo Massimo, no sabía que era lo que planeaba, pero si su plan era confundirme ya lo estaba logrando.

Entramos a la mansión y no pude dejar de demostrar mi gran entusiasmo y adoración por aquella mansión que estaba observando, tenía un toque tan cálido y acogedor que no desearía salir de aquí nunca.

— ¿Te gusta? — Pregunta Massimo mientras se dirige hacia la cocina.

— ¡Me encanta! Por Dios Massimo, esto es una maravilla — Digo mientras observo cada detalle.

— Tengo un regalo para ti en la habitación principal. Ve allá y te alcanzaré en unos minutos — Dice.

¿Dónde podría estar la habitación principal en esta enorme mansión? Supongo que debería dejar esta tarea nuevamente a mi instinto.
Subi aquella hermosa escalera y me encontré con unas hermosas decoraciones guiándome hasta donde se suponía que iba a ser la habitación principal. Cuando por fin pude llegar a la habitación pude observar que se encontraba una enorme caja en la cama con una pequeña nota.
Tomé aquella nota para poder leerla.

Laura Biel.
Cuando veas esta caja te encontras con unas cuantas cosas, entre una de ellas estará lo que me habías pedido. Tu teléfono movil, luego estarán algunas cosas que quiero que uses para hoy.
Massimo.

No pude evitar sentir una gran felicidad al saber que ya tendría comunicación con mi familia, lo primero que hice fue observar lo que había en la caja.
Era un vestido bastante hermoso, sencillo pero elegante. También se encontraban unos tacones de la misma forma, un conjunto de lencería y otra caja más. Estaba sorprendida de lo misterioso que podría ser Massimo, al abrir la segunda caja pude observar una cantidad inusual de maquillajes y algunas cosas para el cabello.
Estaba tan impresionada por este regalo, que no sabía como debía de reaccionar.

— ¿Te gustaron los regalos? Domenico que había recomendado dejarte cartas en todo el camino, pero no tengo buena inspiración y terminaría escribiéndote cosas sin sentidos — Dice mientras se rasca la nuca.

Aún no podía creer como trataba de impresionarme este hombre y en verdad lo estaba logrando.

Serás Mía |Massimo Torricelli|Where stories live. Discover now