Déjame conocerte.

906 43 1
                                    

— ¿Estás decidiendo por mi? — Pregunto con notable enojo. — No puedes venir y pretender darme órdenes como si fuera algún objeto que puedas llevar sin su permiso —

— Domenico trajo todas tus ropas y calzados hoy, de seguro ya las están ubicando en tu closet. Puedes preparar tus maletas o puedo pedir que lo hagan por ti, pero lo que más me interesa es que comas algo — Dice ignorando absolutamente todo lo que dije y fijando su vista a un folleto.

Este hombre era tan terco que hasta era insoportable, resoplé y me gané su mirada, apartó lo que estaba viendo.

— ¿Y Martín? — Pregunto observo como su mandíbula se pone tensa y sus manos se convierten en puño.

— No tienes el porqué de preguntar por el — Me dice de una manera bastante mala, lo observo levantando una ceja.

— Es mi prometido, nos íbamos a casar a fin de año — Mentí me encantaba verlo así, sabia que por dentro me divertía.

— Escucha Laura, no se van a casar — Dice levantándose de su asiento.

— Que lástima, si me voy a casar y no veo la hora de salir de aquí — Dije elevando mi voz.

Inmediatamente observe como su mirada cambiaba y volvió a tomar asiento girándolo para poder así darme la espalda.

— Massimo...— Trate de hablar.

— Déjame sólo Laura — Dijo de una manera bastante seca, trate de acercarme a él — Laura, haz lo que te digo por favor —

Trate de posicionar frente a el girando su silla para que pueda observarme.

— ¿Por qué reaccionas así? No puedes sentir nada por alguien que no conoces — Dije tomando su mano.

— ¿Cómo puedes saber lo que siento? Laura, yo no te conozco desde hace días. Te conozco tanto e incluso aún más de lo que tú te conoces, se lo que hacías, donde estabas y con quienes compartías — Dijo poniéndose de pie y dando unos pasos para quedar lo suficientemente lejos de mi.

— Me das miedo, no sé quién eres, de dónde eres. No sé nada de ti. ¿Y de esta manera quieres que esté contigo? — Pregunto.

— Lo sabrás todo a su debido tiempo. Así que por favor ve a preparar tus maletas que saldremos en breve
— Dice mientras se sirve un vaso de whisky.

— Massimo, déjame conocerte. Déjame ver ese lado que no le dejas ver a cualquiera, déjame ver que es lo que sientes por mí — Digo mientras le pongo una mano en la espalda.

De esa manera me gano absolutamente toda su atención y observo como es que su mirada cambia, como su cuerpo se relaja al sentir mi cuerpo.

— Laura, no puedo dejar que veas como soy. No quiero demostrarme debil. Pero, joder Laura, no sabes cuánto es el interés que tengo hacia ti, estoy dispuesto a dar todo por ti. Pero, no puedo mostrarte como soy en realidad, todavía no — Dice con una mirada tan fría como un hielo.

— ¿Por qué? ¿Por qué eres así? Déjame entrar, déjame demostrarte que no todo es así como lo piensas — Digo.

No sabía que mierda era lo que me estaba pasando. Pero, sabía perfectamente que me comenzaba atraer, me llamaba la atención conocerlo, él mismo me llamaba la atención. Y sabía que detrás de aquella fachada se encontraba alguien que necesitaba de alguien.

— Te irás Laura, sé que apenas pueda dejarte libre te irás — Decía.

Se me estrujaba el corazón, era una persona que poseía un sensibilidad extrema.

— No te niego que no me he acostumbrado a este lugar, es que apenas hemos llegado. Todo me parece extraño y más aún porque no te conozco — Digo observándolo.

— Laura, ve a preparar tus maletas. Por favor — Dice volviendo a voltear y dando un sorbo al whisky que se había servido hace unos minutos.

Serás Mía |Massimo Torricelli|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora