CAPÍTULO DIECIOCHO.

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Habían pasado cuatro días desde lo que pasó en Neibolt, y no he visto a Bill desde ese entonces, tampoco a Mike, Ben, Beverly y Richie

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Habían pasado cuatro días desde lo que pasó en Neibolt, y no he visto a Bill desde ese entonces, tampoco a Mike, Ben, Beverly y Richie. Solo me juntaba con Stanley.
Estar decaída por cuatro días no está bueno, pero por suerte Stan me invitó a su discurso en el Bar Mitzva por lo cual me encontraba vistiendome, llevaba un vestido color blanco y un pañuelo rojo en mi cabeza, quedándome con el cabello suelto.

-Abuela, me iré a ver a Stan. Volveré.- avisé mientras me veía en el espejo, maquillarme no era lo mío, pero no podía negar que el pintalabio rojo me quedaba bien.

-¡Cuídate!- me dijo- Y suerte ... por cierto, ¿qué pasó que ya no te juntas con los chicos? Mas con ese Bill.- y tenía que mencionarlo...

-Nos alejamos después de lo sucedido, ya no volveremos a entrar allí.- respondí sin problemas y observé la hora. Ya era momento para ir, me despedí de mi familia y salí de mi casa. Caminaba tranquilamente, ya me acostumbraba de todos modos sentirme vigilada. Para mi mala suerte, el bar mitzva de Stan quedaba pasando la casa de Bill, lo cual me incomodaba.

Pasé y miré la casa, se sentía tan vacía y con más razón, luego de lo que le pasó a Georgie todo de desmoronó. Suspiré, podía haber hecho más y quizá el niño podía salir vivo y nada de esto estuviera pasando.

Siendo sincera, extrañaba a mis amigos, más a Bill. Él era especial.
Escuché sonidos provenientes del garaje, estaba abierto, pude ver a Bill arreglando su bicicleta. Me quedé viéndolo, hasta que se dio cuenta que alguien lo estaba viendo así que se dio vuelta a mi dirección. Rápidamente desvié mi mirada y seguí caminando.

Tenía la esperanza de que me detuviera, pero no, no lo hizo, decepcionandome. Aunque lo entiendo, lo abandoné.
Llegué al bar mitzva y entré, solo un lugar estaba vacío.

-¿Esto es una broma?- murmuré al ver que el lugar que estaba sin ocupar era al lado de Richie. No planeaba verlo, además estaba enojada. No tuve otra opción y me senté a su lado. Me miró y se sorprendió, le devolví la mirada seriamente.

-No creí que estarías aquí.- dijo.

-Opino lo mismo de ti.- dije fríamente.

-Oye... Cami, lo siento por decir eso. Tú no tienes la culpa por lo que pasó.- se disculpó, lo miré una vez más. Al menos se disculpó.

-A eso le tienes que decir a Bill, no a mí. De todos modos, te perdono.

Stan subió para leer y me buscó con la mirada, al encontrarme sonrió y le devolví la sonrisa.

Empezó a hablar.

-[...] Todo el mundo tiene un recuerdo que lo enorgullece mas que otros, y por eso tal vez da tanto miedo el cambio. Por las cosas que quisiéramos olvidar, por los susurros que quisiéramos callar...las pesadillas de las que queremos despertar. Y los recuerdos que la mayoría desea cambiar, los secretos que sentimos que debemos guardar. Eso es lo difícil de dejar, ¿las cosas buenas? los mejores recuerdos que desaparecen rápido, esas partes que parecen ser las mas fáciles de perder. Tal vez no quiero olvidar, tal vez...d-de eso se trata lo que hacemos hoy, de olvidar, ¿no?- Richie y yo mirábamos atentos al discurso, era bastante hermoso...

-Gracias...- el señor intento sacarle el micrófono pero Stan se aleja.

-¡No! Hoy debo convertirme en un hombre pero no me siento diferente.- miró al mayor.- Sé que soy un perdedor, sin importar nada. Siempre seré un maldito perdedor.- le tiró el micrófono hacia él y se fue de allí.

Richie y yo nos miramos sorprendidos, mi amigo empezó a aplaudir lentamente hasta levantarse, pero su madre lo sienta de nuevo. Todos se encontraban callados, así que vi la oportunidad de salir de aquí y lo hice.

Busqué a Stan y lo vi sacándose su kipá de la cabeza. Por lo cual me senté al lado de él.

-Estoy orgullosa de ti, Stan.- rompí el silencio mientras el viento chocaba contra mi rostro, llevando mi cabello hacia atrás.

-Gracias, quería desahogarme.- me miró con una sonrisa.

-¿Quieres ir a tomar algo? Habías dicho que cuando termine todo esto me ibas a invitar a salir, pues, yo me adelanté. Las mujeres también pueden invitar a salir a un hombre.- reí y noté que se había sonrojado.

-Está bien, vayámonos.- eso hicimos, nos fuimos hacia una cafetería. Nos sentamos e hicimos nuestros pedidos. Mientras esperábamos, empezamos a charlar sobre nuestras cosas.

Al decir verdad, Stan era un buen chico.

-Oye...me olvidé de mencionarlo pero...te ves muy linda.

Mis mejillas se sonrojaron y sonreí.

-G-Gracias...- rayos, me convertí en Bill.

¿¡Por qué lo mencioné!? ¡Tengo que olvidarme de Denbrough!

-Aquí tienen su pedido.- por suerte la camarera apareció en el momento indicado, me sentía incómoda.
Tomé el café.

-Lo siento si es que soy repentino en esto, pero quiero confesarte Cami que...que me gustas- confesó y al escuchar eso me ahogué con el café, haciendo que algunas gotas manchen mi vestido.

-Mierda- murmuré, Stan rápidamente me socorrió y empezó a limpiar con un papel, lo cual no funcionaba ya que empeoraba aún más.

-Lo siento, Cami...- se disculpó avergonzado.

-No pasa nada, en serio.- sonreí para calmarlo, levantó su vista y estábamos cerca. Tragué saliva nerviosa, ¿lo beso? no quiero ilusionarlo, no me gusta. Lo aparté un poco.- Lo siento, Stan...yo...no puedo.

-¿Pasó algo?

Lo miré de nuevo.

-No siento lo mismo, lo lamento.- él suspiró y quedamos en un silencio incómodo.

-Te gusta Bill, ¿no?- suspiré. Al parecer si, Stan.

-No lo sé.- no estaba segura aún.

-Si quieres te ayudo con él.- ofreció pero negué con la cabeza.

-No, Stan...Bill no me gusta, pero no siento lo mismo contigo. ¡Lo siento!- me disculpé y me levanté.- Debo irme.- salí de la cafetería dejando propina y me detuve, me di la vuelta y vi a Stan.-¿Seguiremos siendo amigos?

-Claro que si...-sonrió esforzadamente. Le devolví la sonrisa, pero ésta sonrisa era de alivio. No quería perder una amistad por esto.

-Gracias...-agradecí y me fui de allí.


𝗥𝗨𝗠𝗢𝗥𝗦 - 𝗯𝗶𝗹𝗹 𝗱𝗲𝗻𝗯𝗿𝗼𝘂𝗴𝗵Where stories live. Discover now