𝗥𝗨𝗠𝗢𝗥𝗦 - 𝗯𝗶𝗹𝗹 𝗱𝗲𝗻𝗯𝗿𝗼𝘂𝗴𝗵

CAPÍTULO DOCE.

Tenía ojeras notables a causa de que no dormí por la "pesadilla" lo cual no lo considero de esa forma, se veía tan real.
Con mi tenedor jugueteaba con la comida, bostecé y mi familia me miró.

-¿Dormiste?- preguntó en forma irónica mi abuelo, lo miré con cierta molestia. -¿Sucedió algo?

-Solo...tuve pesadillas, es normal, supongo.- me encogí de hombros.
Miré a mi hermano, éste se encontraba callado ya desde hace rato lo cual me ponía nerviosa. ¿Y si él lo vio en sus sueños pero nunca me lo ha dicho?

Solo tenía que irme de aquí e ir a buscar a Bill.

-Necesito irme.- junté mi plato y fui a vestirme para después marcharme hacia la casa de Denbrough.
Me sentía observada a cada rato, no dudé en apurar los pasos para llegar mas rápido a la casa.

Llegué y miré la puerta de mi compañero, decidí agarrar unas piedritas y tirarlas hacia la ventana de su habitación para que me escuchara.

La ventana se abrió y me miró, tenía unas ojeras notables dando a indicar que no había dormido bien.

Cerró de nuevo y abrió la puerta luego de unos minutos largos, al parecer se había cambiado de vestimenta.

-¿Su-Sucedió algo?- preguntó. Miré ambos lados.

-Necesito ir a tu habitación.- respondí y asintió con la cabeza, entramos, obviamente él cubriéndome con su espalda para que sus padres no me vean y subimos las escaleras donde en el segundo piso se hacía ver varias puertas.

-Ven.- ordenó y lo seguí, me adentre a su habitación y cerró la puerta. Contemplé su lugar y sonreí un poco hasta que mi mirada se quedó pasmada en un dibujo curioso para mi.
Lo sujeté y era un dibujo de una chica, bastante parecida a mí, lo decía por el color del cabello y los ojos azules.

Al parecer Bill se dió cuenta y me lo arrebató de mis manos, lo miré.

-Yo...e-eh Cami...- balbuceó nervioso, reí bajito con mis mejillas sonrojadas.

-Dibujas bonito...- sonreí, chocando mi mirada con el chico. Quien tenía las mejillas sonrojadas al igual que yo.

-G-Gracias, solo...me inspiro en o-otras personas para disminuir mi a-a-a...-intentaba decir la palabra, lo cual solo se calló al ver que no lo lograba. Solo me acerqué a él y sujeté sus manos junto al dibujo.

-Dime Bill...¿te inspiraste en mi?- estaba ansiosa por escuchar la respuesta.

-Si, Camila.- respondió firme y sincero, sorprendiendome.
Ningún chico hizo esto por mi, y me sentía halagada que el primer chico sea Bill Denbrough.

Nos miramos y empezó a acercarse a mi, mientras yo estaba estática sin saber que hacer...digamos que ya di mi primer beso pero con Bill era diferente, demasiado, y no quería estropearlo.

Nuestras respiraciones se mezclaron y lo que le quería decir desapareció entre otras cosas de mi cabeza, no podía pensar con claridad que ya me había olvidado de las pesadillas que tuve. Cerré los ojos esperando los labios de Bill.

Pero no todo es lindo.

-¡Bill, te llaman del teléfono!- interrumpió su mamá desde abajo, Bill y yo nos separamos rápidamente.

-S-Si, ya iré...- me miró y después salió de la habitación dejándome sola.
Toqué mis labios por inercia, ¿y si la madre no interrumpía?
Maldita sea, últimamente no entiendo que es lo que me sucede con Bill. Era demasiado idiota, pero ese idiota era bastante lindo.

Y me gustaba.

Cerré mis ojos y suspiré frustrada, odiaba confesar algo en mi cabeza.

Escuché pasos y rápidamente mis ojos se abrieron, encontrándome con Bill.

-B-Beverly nos necesita, es urgente.- avisó y asentí con la cabeza, bajamos las escaleras lo mas rápido posible pero la voz de la mamá de Bill nos detuvo.

-Bill, ¿qué haces con ella?

Ambos nos dimos vuelta y vi a la mujer, quien estaba con ojeras.

-Mamá, d-debo explicarte.- trató de hablar pero la mayor volvió a interrumpir.

-Ella mató a nuestro hijo, ¿y ahora eres amigo de esta niña? ¿Qué dirá Georgie?

-Mire señora, yo entiendo su dolor. Pero yo no he hecho nada, lo quise ayudar. Yo...bueno, Bill y yo estamos esperanzados con encontrarlo sano y salvo.- hablé educadamente.

-¡Mi niño está muerto!- gritó, miré a Bill quien parecía que quería llorar pero no podía.- ¡Y todo por tu culpa!- intentó darme una cachetada pero Bill se interpuso, ocasionando que la mano de su mamá se detenga al ver a su hijo al frente suya.

-¡Mamá, ella no fue! C-Confío en Camila, al principio estaba c-cegado por el rencor de no ver a G-Georgie aquí de nuevo. Entiendo p-perfectamente que sigas teniendo odio, pero ella no fue madre...- me defendió, sorprendiendonos.

Sonreí sin mostrar mis dientes y bajé mi mirada.

-Y ella es mi amiga, p-por lo tanto no dejaré de s-serlo.- me sujetó de la mano y luego de esa escena salimos de su casa.

-Bill...yo...gracias. Y lo siento por aparecer en tu casa como si nada, si no estaría aquí no sucedería esto.- dije tímidamente mientras él levantaba la bicicleta.

Me miró y me regaló una sonrisa leve, se subió y yo me senté detrás de él para después ir hacia la casa de Beverly.