Embarazada a los 16 (Editando...)

Capítulo 22: Suegros

*Capítulo 22: Suegros*

 

(SILVIA)

Me giré rápidamente, completamente descolocada, nerviosa y sorprendida. ¿Sus padres? ¿A conocerme? ¡Lo que hacía falta! Con todas esas telenovelas en las cuales las nueras y suegras se llevan mal ¡Ay mi Dios! A ver si mi suegra me coge manía y se mete en mi relación con Nico ¡Seguro que sí! ¿Qué haré para caerle bien? ¿La trato cordialmente? ¿Me pongo atenta con su hijo o intento no parecer muy empalagosa? ¡Qué lío!

-¿E-en serio?-dije cruzando los dedos para que me dijese que era una broma pero no, asintió con la cabeza y mis esperanzas me marchitaron tan rápido cómo habían aparecido.

-Sí, bueno, ellos… no saben nada de nuestro bebé, ni de nuestra relación-dijo con un suspiro, abrí los ojos como platos.

-¿Qué? Osea ¿que ellos piensan que estás estudiando, tranquila y solteramente feliz?-pregunté atónita.

-Bueno, si lo quieres decir así… pues sí-dijo con media sonrisa. Le dí un codazo.

-Ya, muy bien ¿y cómo le vas a explicar mi barriga de casi seis meses, eh? ¡Ay Dios! ¡La que hemos armado! ¡Qué voy a hacer! ¿Qué voy a haceer?-comencé a hiperventilar, nerviosa, muy nerviosa. Nico me abarcó en sus brazos intentando sosegarme.

-Eeh, tranquila princesa que no pasa nada, estoy casi seguro que mis padres estarán encantados con la idea, al fin y al cabo mi hermana mayor no puede tener hijos, soy el único que puede darles un nieto, y eso es lo que voy a hacer, tranquila ¿si?-dijo acariciando mi cabeza.

-¿Hermana? ¿Tienes una hermana? ¿Cómo no me has dio que tengo cuñada? ¡Oh, Nico si es que no me cuentas nada!-dije aún más nerviosa ¿Y si no le caigo bien a mi cuñada? ¡Qué problemón!

-Lo siento, debería habértelo dicho antes pero cómo todo ha sido tan… repentino que…-dijo algo serio, le sonreí.

-Tranquilo, da igual, pero dime  ¿Cuántos años tiene? ¿Cómo se llama?-le pregunté algo entusiasmada por saber algo más de Nico.

-Pues se llama Nerea y tiene veinti y  un  años-me dijo sonriente.

-¿Y crees que ella vendrá?-le pregunté con repentinas ansias de conocerla ¿Será cómo Nico? ¿Tendrán los mismos ojos? ¿El mismo pelo? ¿El mismo carácter?

-No, bueno, no sé, a lo mejor sí-dijo sin dejar de acariciar mi pelo. Pasó un dedo por mi mejilla y sonreí.

-Ojalá que sí, me gustaría conocerla, no sé, tal vez me pueda llevar bien con ella…

Nico frunció el ceño, se puso serio por un momento pero luego, sonrió pesadamente, me sorprendí por esa reacción, iba a hablar pero colocó su dedo índice sobre mis labios. Me dio un corto beso en los labios.

-Ya es tarde princesa ¿Qué tal si dormimos?-dijo abrazándome por la cintura. Asentí mientras volcaba los ojos, no tenía sueño ninguno.

Cerré los ojos igualmente intentando conciliar el sueño con la canción de cuna para mi bebé en la cabeza la cual me hizo coger un poco el sueño.

El sonido de un móvil me hizo revolverme en… ¿Mi cama? Me giré y palpé el aire en busca de mi móvil para ver la hora pero ¿Dónde estaba mi mesita de noche? Estiré más el brazo, rehusándome a abrir los ojos y rodé cayendo de espaldas sobre el frío suelo ¡Uff! Qué raro, no me he hecho daño, pero si mi cama está a un metro o así del suelo eso significa qué…

-¿Sí?-oí decir a Nico mientras me ayudaba a incorporarme, miré a todas direcciones intentando reconocer el lugar en el que me encontraba.

 Se me escapó una ancha sonrisa al darme cuenta que estaba en mi casa, con Nico y ese pequeño calefactor echándome su aire caliente en las piernas. Miré a Nico que se había quedado callado con un semblante serio, me extrañé ¿Y ahora que le pasaba?