Embarazada a los 16 (Editando...)

Capítulo 19: Mi bebé es... ¿Niño o niña?

*Capítulo 19: Mi bebé es… ¿Niño o niña?*

 

(SILVIA)

A pesar de que tenía que ser un gran día para mí, estaba triste. Después de haberle contado todo a mi amiga estaba más tranquila pero aún así, no era suficiente para callar el dolor que gritaba dentro de mí. Miles de llamadas por parte de Nico estaban en mi móvil día a día, pero no me interesaba verlos, llevaba una semana sin verlo y, a pesar de todo lo que ha pasado, lo echo de menos, no es lo mismo que sentí cuándo me enteré de lo de Greg, no sé qué me pasa con Nico pero estoy más vulnerable, me siento vacía si no veo sus sonrisas al menos una vez al día, y me duele en el alma no contestarle las llamadas, pero no debía hacerlo, no tenía motivos para confiar en él después de lo que me había hecho. Me juró que jamás estaría con otra, que no me engañaría ¡Me mintió! Y lo peor, si no hubiese sido con Isabel… ¡Pero con ella es imposible que no me duela el doble! Es la segunda vez que esa… me destruye la vida. Aunque esta vez no puedo volver a mi otra yo, esta vez tenía a mi bebé, al cuál debía cuidar ante todo, darle el ejemplo que se merece y sobretodo, decirle que nunca se deje llevar más de lo debido, para que luego no sufra cómo yo…

-¡Silvia!-gritó Cris desde… ¿la entrada?

-¿Sí?-dije terminando de ponerme mi pantalón pre-mamá.

-¿Nos vamos? Fer me ha llamado diciéndome que ya están todos en el hospital y que nos esperaban en el bar.

-Emm… ahora voy, aún me queda peinarme.

Cogí  el peine y recogí mi pelo hacia atrás para hacerme una coleta alta, dejando unos mechones a cada lado de mi cabeza y alisándome el flequillo para dejarlo recto. Estaba algo nerviosa, sabría que es mi bebé, vería a Nico después de una semana… ¿Qué haré al verlo? ¿Le hablaré? ¿Pasaré de él? ¡Dioos! ¡Me matan los nervios! Suspiré y fui a la entrada para encontrarme con una Cristina muy sonriente.

-¡Estás hermosa! No sabes lo bien que te sienta el embarazo-dijo guiñándome un ojo.

-Ya, claro, mira tú quién lo dice ¡Estás espléndida tía! ¿Dónde te compraste esos botines?-dije mirándolos de arriba abajo.

-¡En De Lucci! Un día de estos te llevo, me han contado que esa empresa también tiene un apartado de infantes, ya que hoy sabremos ¡L-o   Q-u-e   E-s!-dijo emocionada, una sonrisa radiante se formó en mi rostro-pues le compraremos montones de cosas. ¡Me pido encargarme de su armario!

-Bueno, pero déjame elegir ropa a mi también ¿no?-dije saliendo por la puerta con media sonrisa.

-Claro, ni lo dudes.

Llegamos al coche a paso ligero y tras montarnos en él, Cris condujo hacia el hospital. Los nervios de la primera vez volvían a mí, recuerdo la emoción que me dio verlo ¿Cómo será ahora? Hoy asimilaré mucha información, empezaré a pensar en nombres y a comprar montones y montones de cosas. ¿Tendré el apoyo de Nico para todo eso? Sinceramente no lo sé… me siento frustrada, lo quiero a mi lado, pero no creo poder soportar verlo a la cara y no gritarle “¿¡Por qué!?” Lo quiero y lo odio al mismo tiempo. ¿Odio? Esa palabra… ¿Acaso odié a Greg alguna vez? No, creo que no, por eso ahora, aunque lo considere un imbécil (en el buen sentido, claro) nunca lo odié, por eso mismo, tampoco creo odiar a Nico, pero con él es diferente, es más profundo, mi decepción es mayor, más deprimente, más triste. Cris aparcó lo más cercano a la puerta posible y bajamos las dos.

-¿Cuánto queda para la consulta?-le pregunté a mi amiga sin pestañear. Ella dirigió su mirada al reloj.

-Diez minutos, en lo que vamos adónde los chicos y pagan la cuenta, se pasan volando.