Capítulo 1: "La inolvidable" (EDITADO)

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(SILVIA)

     —Ya, Cris, voy a ir y se acabó—dije mientras me ponía mis zapatos de 15 cm de tacón color rosa de piel, y colocando perfectamente mis pitillos negros.

     —Estás loca, ¿es que no te cansas de estar con uno, y otro, y otro...?—musitó alzando una ceja, solté una pequeña carcajada.

     —¡Qué va! No sabes lo que es... ¡Diversión sin compromiso! No hay nada mejor...—me puse  una camiseta rosa muy suelta con las palabras "Crazy Girl" escritas en la delantera.

     —De verdad... ¿Es que no vas a cambiar nunca?—volcó los ojos con media sonrisa divertida en el rostro.

     —Júrame que no te encanta ver las caras de las estúpidas chicas que se creen Miss España mientras me ven jugar y acostándome con los chicos que les gustan—repuse con una ancha sonrisa en el rostro, Cris me tiró un cojín a la cara.

     —¡Que mala persona! Sabes que no puedo negarme a ese juramento, es realmente divertido ver sus caras, se creen mucho y no te llegan ni a la suela de los zapatos—sonrió burlonamente.

     Bueno... ¡Pero qué me dice mi niña! si ella es hermosa, esos ojazos azules y sus hermosos rizos dorados... ¡Por Dios! Si yo soy corriente del todo... mis ojos son castaños oscuros y mi pelo es del mismo color; yo a su lado, sólo soy una muñequita de trapo al lado de una preciosa muñeca de porcelana...

     Solté una carcajada.

     —Por supuesto que no te puedes negar, sobre todo con lo zorras que son algunas chicas de por aquí ¿Has contado todas las veces que han intentado ligarse a Fernando porque saben que yo jamás intentaría nada con él?—dije muy segura de mí misma. Ella torció el gesto.

     —Prefiero no contarlas... menos mal que mi Fer no es de esa clase de chicos porque si no...— divisé un pequeño semblante de preocupación en la mirada.

     —No te me pongas así que sabes que mi Fer jamás te haría algo así. De eso me encargo yo..—le guiñé un ojo, haciendo una señal afirmativa con el dedo pulgar, Cris se rió y me estrechó en un abrazo.

     —¡Ay mi niñita...! Que loca está y cuánto la quiero...—me apretó bien fuerte, volví a reír y me separé de ella unos centímetros.

     —Va, suelta, que Cristian estará a punto de llegar.

     —¿Qué? ¿Vas a salir con Cristian?—parecía sorprendida, asentí con la cabeza— ¡Ni hablar!—soltó tirando de mí hacia la cama, sentándome en ella y colocándose enfrente de mí con semblante serio y los brazos cruzados.

     —¿Y por qué no?—le dije alzando una ceja sabiendo de sobra lo que me iba a decir.

     —Ese es el más pica flor, creído, mujeriego y imbécil del instituto, según dicen, sólo le faltas tú para completar su tour por las chicas solteras de primer año. ¿Es que acaso te vas a dejar?— preguntó incrédula.

     —¡Claro! Él está jugando conmigo, pero yo también con él, es lo justo—me levantándome de la cama, corriendo a abrir la puerta—¡Hola!—saludé nada más abrirla, sus ojos me recorrieron de arriba abajo, al parecer le gustó lo que vio, porque su sonrisa se ensanchó lo máximo posible.

     —¡Estás preciosa!—Cristian sonrió.   

     Lo miré, estaba muy... sexy, sí, esa era la palabra... Llevaba una básica blanca apretada que marcaba todos sus músculos, sus ojos azules resaltaban el triple por sus pantalones y chupa, ambos negros. Me mordí el labio inferior, la cosa iba a estar bien calentita...

     Casi todos los solteros de la universidad estaban reunidos allí, hablaban de un tema común: ¡Qué hacer con Silvia! O, mejor conocida como "La inolvidable" Todos ellos la habían probado y no se la sacaban de la cabeza, todos la querían pero armaban treguas para trazar un plan de conquista, inútil, los siete últimos usados por todos y cada uno de ellos había fallado estrepitosamente.

     —Bien—uno de ellos tomó la atención del resto—Visto que todos los planes anteriores no han resultado, me gustaría que consideraseis la idea de "atarla", no de conquistarla, si no de atarla con cualquier método, no hay reglas, simplemente, ella deberá ceder ante alguno de nosotros.

     Todos comenzaron a aplaudir al chico que hablaba menos Nicolás que estaba completamente descolocado. 

     Nico, es el único chico que sólo estaba ahí porque de verdad le importaba Silvia, jamás la había "probado" como dicen los otros chicos. Se podría decir que... está enamorado de ella pero no se decide a hacer nada porque ella jamás lo ha buscado como lo hace con los otros, él piensa que tal vez ella no lo considera suficientemente bueno para ella; y no quiere enfrentarse a esa triste verdad... Alberto le da un leve codazo, señalándole la salida. Nico suspira y va detrás de él.

     —Oye... ¿no crees que esto es demasiado?—le comentó Alberto a su amigo con un semblante de preocupación. Nico suspiró de nuevo prolongadamente.

     —Si... no me puedo creer que todo se haya salido tanto de control ¿Y si alguno lo consigue?—alzó una ceja preocupado mientras se imagina el trágico final de no lograr ni siquiera hablar con ella, ese final que no tiene un comienzo.

     —¡Pues habla con ella! Me han dicho que en este finde sale con Cristian Afonso, seguro que va a al pub de siempre, seguro que te la encuentras por allí, pones una excusa cualquiera y hablas con ella...—le aconsejó Alberto con media sonrisa.

     Nico se lo pensó unos segundos. No encontraba otra forma de acercarse a ella más que pillarla una noche de fiesta...

     —¡Tienes razón! ¡Pienso intentarlo!—sonrió completamente seguro de lo que iba a hacer.

     De una forma u otra, tenía que conseguir su propósito, o al menos, intentarlo, para no arrepentirse en el futuro por ello.

Embarazada a los 16 (Editando...)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora