-¿Seguro que dijo después de clases?- no puedo evitar preguntarle a Dan, presa de un nerviosismo incontrolable.

-Ajá, esas fueron sus palabras exactas- asiente desde su sillón.

-¿Ansiosa por ver al príncipe azul?- se burla Luke con su característica sonrisita de medio lado.

-Cállate- proclamo lanzándole un cojín.

-Uy- sigue riéndose, posando las manos en alto-. Muy bien, ya entendí.

Sigo esperando hasta las 7, a las 8 mi nerviosísimo se apaga y las 9 me resigno a que no va a venir. No lo hace y ni siquiera llama ni nada. Comienzo a preocuparme. Le llamo, pero me salta el buzón.

Decido no insistir, no creo que le haya pasado nada malo, de ser así tendría noticias inmediatas de él.

Triste y resignada- si, lo admito: en verdad estoy muy triste y muy decepcionada-, me pongo mi pijama de short y camiseta larga y me tiro en la cama, muerta de sueño pero incapaz de dormir por los pensamientos que se niegan a abandonar mi cabeza por las noches. ¿Qué afición tiene el cerebro por ponerse a funcionar en plena noche? ¡Mañana tengo clases, maldito órgano! Cállate de una vez.

-¡Violet deja de hablar sola, trato de dormir!

Pateo la pared frente a mí, la cual pertenece también a Daniel. Recibo una patada en la pared de regreso y más quejidos.

-¡Ponte tapones!

-¡Estas loca! Si quieres un amigo con quien hablar deberías ser más amigable.

-¿Cómo tú?- bufo-. No quiero amigos huecos y tontos como los tuyos, puros jugadores y porristas.

-¡Al menos...!

-¡Cállense ya!- nos llega un grito del cuarto de enfrente-. Duérmanse de una buen vez y dejen de patear las paredes.

-Okay, mami- respondemos al unísono a la vez que cada quien le da una última patada a su pared en protesta final, pero nos mantenemos callados.

Amo mis peleas nocturnas con mi hermano, es más divertido cuando no hay un adulto que nos límite y pateamos las paredes hasta que alguno se rinde o se queda dormido y eso es realmente, realmente difícil. Con una pequeña sonrisita, consigo por fin quedarme dormida.

Para mi alivio, Sam aparece en clases, sin embargo, ahora que sé que no le ha pasado nada malo a mi amigo, sólo queda cuestionarme el porque de su ausencia ayer. Quiero preguntarle, pero en la primera clase de la mañana llega tarde y no podemos hablar y en la siguiente nos resulta imposible con el profesor de física. En la tercera clase me acerco, y mi amigo comienza a disculparse de inmediato.

-Losiento, losiento- dice una y otra vez rápidamente-. Perdón surgió algo y tenía que hacerlo y no pude ir y... y... lo siento, yo...

-Ya, tranquilo- le resto importancia con una sonrisa, una sonrisa falsa pero creíble-. Aunque al menos debiste llamar.

-Lo siento, yo...

-Señor Wessel, señorita Coram, ¿quieren compartir algo con la clase?

Nos le quedamos mirando a la maestra de química con caras idénticas de póquer.

-Muy bien, continuemos con la clase entonces.

Con una mirada, decidimos seguir en el almuerzo que va después de mate para no meternos en más problemas. Bajar en actitud no es algo que nos podamos permitir, no teniendo en cuenta el punto que nos quitaron por el desastre de la fiesta escolar.

Sin embargo no podemos seguir con esta plática, pues le llega una llamada urgente a Sam de su casa y se va después de una breve despedida.

-Hablamos luego. ¿Quieres que vaya hoy?

CPS(Comento Para Saber)Where stories live. Discover now