dieciséis - maratón!

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The world's first ever monster truck front flip.

ara ;

- Tú presionas el botón y nosotros nos encargamos del resto ¿Está bien?

- Si, perfecto.

El reciente sol del día entraba por mi gran ventanal haciendo el ambiente cálido, estaba frente a una cámara y del otro lado de la pantalla de la computadora se encontraban algunos de mis profesores de curso, esperando expectar mi exposición. Era una reunión individual para cada alumno asi que no había otros compañeros de Universidad viéndome.

Alex también estaba ahi, solo que en la cámara no se veía. Estaba del otro lado, sentado en la mesa, tomando su café y observandome. Acomodó su silla en el ángulo perfecto para poder verme como si yo fuera una especie de televisor transmitiendo una de sus películas favoritas de ciencia ficción. Su cara era de recién levantado, había protestado de porqué tenía que ser a la primera hora de la mañana. Aunque a mi no me interesaba, luego de haber trabajado tanto, presentaría mi trabajo a la medianoche si hacia falta.

- Bueno señorita Ara, empiece cuando quiera, la escuchamos. - Me acomodé un mechón de pelo e hice lo que mejor me salia, hablar frente al público. Eso no era indicio de que era una persona extrovertida, todo lo contrario pero expresar mis ideas o proyectos era algo que me apasionaba.

- Bien, este trabajo tiene que ver un poco con todo, si se toma un tiempo en analizarlo refleja un montón de factores actuales que tenemos como sociedad ya sea el covid-19, la cuarentena en la que estuve y en la que vamos a estar. Tiene factores muy misteriosos y el concepto no es nada más que algo espacial, que mezcla lo retro con lo futuristico. Quizás un poco abstracto, pero como dije, cuando vos mismo intentas darle una explicación, las teorías vienen solas.

este seria el vídeo,
hice lo que pude u.u

El vídeo se reprodujo en la pantalla y veía las cámaras de mis profesores mirando atentos. Alex empezó a bailar detrás de la computadora la cancioncita del ascensor.

- ¡casi la tiras! - Le susurré tratando de que no se escuché.

- Shh, desactiva el micrófono. - Alex me avisó, abrazándome por detrás. Le hice caso y me dió un largo beso mientras la canción compuesta por alex en esa noche en su casa sonaba por los parlantes de la computadora y en la de los profesores también.

-¿No puedes esperar? - Susurré entre el beso. Alex estiraba mucho sus labios para besarme y eso me causo gracia.

- Ya me hiciste esperar demasiado... - Me miró profundamente con su expresión de seducción que le salia natural y una voz mas gruesa de los normal. Tenia razón, lo hice esperar demasiado, recordé su erección en la mañana y como, a pesar de tener una personalidad bastante atrevida, eso le dejó las mejillas de un fuerte color rojo.

- El video está por terminar... Cuando terminé tendré todo el tiempo del mundo para hacerte lo que quieras - Reí. Alex sonrió bajando la cabeza y se alejó de mí. Pude terminar la lección final con una nota en suspenso que luego nos la darían en la tarde, odie eso, porque las ansias de saber si estaba aprobado o no iban a estar presentes toda la tarde pero estaba feliz de ya no tener ese proyecto pendiente.

Ahora solo me quedaba alex...

- Ven aquí - Lo animé a que se siente a mi lado pero el sólo me estiro del brazo haciendo que me levante, aplastandome contra la pared y apoyando todo su cuerpo contra el mio.

- Pensé que iba a ser un poco más tranquilo.

- Te equivocaste Ara. - Algo en sus movimientos o en su mirada me hizo darme cuenta mucho antes de que el me lo diga. Alexander estaba realmente excitado, en ese momento no podía hacer preguntas pero la duda de porqué estaba de esa forma llamó mi atención. Me presionó más contra el, cómo si eso lo hiciera sentir más placer y probó mi cuello por primera vez en esa semana.

Era brusco y succionaba intensamente pero esa delicadez que alex tenía en su cuerpo no se perdía nunca. Me alzó y volvió apoyar su cuerpo contra el mío siguiendo su camino de besos escazo de inocencia. Sus manos frías tocando mi piel por debajo de mi camisa azul me hizo suspirar y tirar la cabeza para atrás, como si hacer eso mientras cierro los ojos intensificara más la sensación de sus manos en mi cuerpo y sus labios en mi cuello.

- Mierda, Ara - Alex gruñó

- ¿¿Señorita Ara?? - Una sensación horrible apareció en mí al escuchar eso, Alex me bajó de golpe de su agarré y me diriji hacía donde escuché esa voz tratando de parecer lo más calmada posible. - No cortó la llamada...

Intenté ocultar mis mejillas rojas, eso sí había sido una humillación, no fui capaz de emitir palabra y simplemente apreté el botón rojo y bajé la pantalla. Apenas hice eso, Alex se echó a reír como loco.

- Mierda... ara. - Su gesto era de burlar a pesar de que simulaba una voz preocupada, no sabía donde esconderme.

- que vergüenza - Me tapé la cara con mis manos como si eso fuese a quitar algún tipo de vergüenza y camine por todo el departamento mientras Alex me seguía.

- Ey, no pasó nada, fue un error. Ven aquí - Me abrazo por detrás y me llevó a la cama haciendome olvidar la inoportuna situación en frente de los profesores.

- ¡Es que no! ¡Voy a morir de la vergüenza! - Alex sólo reia. - Basta de reírte - Le arroje un almohadon.

- ¡Es que da risa! no va a pasar nada, Ara, tranquila. - Me dió un beso corto en los labios. - ¿Seguimos?

[...]

Los orgasmos que me provocaba el eran duraderos, profundos.
Eran el borde de una galaxia que para sumergirte más en ella tenías que abrir grande la boca, soltar quejidos y juntar más mi cuerpo con el suyo, como si la gravedad, el espacio y el tiempo no existieran.

El me miraba y yo lo miraba, en ese momento todo se ponía en cámara lenta. Sentía ladridos, vasos caerse al suelo y derramarse con algún tipo de líquido o bebida. Café si era la mañana, un jugo exprimido por mi chico en pijama a esas horas del mediodia o una copa de vino si era la noche y disfrutábamos de una cena digna de empresarios adinerados, pero nosotros solo éramos dos enamorados.

Los libros se caían de las repisas, las sábanas se resbalan del colchón cayendo al suelo, el sol golpeaba más de lo acostumbrado por la ventana. Un vecino curioso nos grababa. Pero no importaba.

Ese momento del acto en el que estoy con el el cual todo puede pasar y no me importa con tal de seguir pegada a su pecho unos momento más, porque al principio, en el medio del temblor y hasta el final (y por qué no, un poco más también) quería estar con el.

Y sentir su mejor atuendo, que era la textura de su piel, apretarla, rajusñarla, chuparla, besarla. Sus dedos en mi espalda, su respiración en mi oido. Su mordida en mi clavícula.

Los orgasmos que me provocaba estar con el eran duraderos y muy profundos. Irreales, diría.

Alex llegó al orgasmo debajo mio. Arqueo su espalda y echó la mirada para atrás.

- ¿Hice muchas caras? - Me susurró una vez que me recosté a su lado.

-Si, pero me gustaron.

Alex se tapó la cara, a veces no entendía como podía ser tan suelto y vergonzoso a la vez. Me relajé por un momento sabiendo que la cuarentena seguía y sabiendo que Alex se quedaría aquí conmigo.

En cuarentena con Alex TurnerWhere stories live. Discover now