trece - maratón!

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tranquility base hotel and casino.

ara ;

La casa se sentía fría y vacía para mi, como si fuera un hotel, lo suficientemente bonito pero nunca llegarías a sentirte tan cómodo como si estuvieras en tu hogar. Alex estaba en el sofa, no se movió de su lugar en todo el dia, tenía una muy mala postura y estaba desde la mañana trabajando con una estructura que yo no entendía mucho, según el era el hotel en la luna.

Esa mañana, luego de la exhaustiva noche, me desperté por una pesadilla, abrí los ojos y tenía a alex viéndome asustado. Fue horrible y extraño.

estaba cansada y sentía que tenía que arreglar las cosas con alex, quería despertarme y estar en sus brazos y que me acaricié mi cara susurrándome un "buenos días" con su particular voz. Me encontraba sola en su casa, no sabía donde el había ido y me daba pena saberlo ya que seguro estaba en la casa de alguna chica. Decidí dormir en su cama, puse un vinilo del nuevo disco de los arctic monkeys, su sexto álbum y caí dormida.

abrí los ojos con alex al frente mio, mirándome completamente frió y con la boca entreabierta sutilmente. Había nombrado a alguien mientras dormía y sabía quien era. David, el de mi universidad. Alex se fue dando un portazo dejando la habitación con su voz en vinilo.

dios no se me ocurría otro nombre no se rían auenaisnjdndj

Me quedé dando vueltas en la habitación pensando en mi sueño pero no recordaba casi nada sólo tenía flashbacks borrosos del rostro de David acercándose al mío, yo le decía que pare...

Era la noche y alex aún no tocaba la puerta de la habitación, me daba intriga que es lo que estaba haciendo en el otro piso, lo más probable era que en su estudio pero quien sabe. Esperaba que se le haya ido el enojo y me deje explicarle lo que había soñado. Que haya susurrado su nombre no tenía un significado, simplemente me había dormido pensando en esa situación, en Alex, en el. Abrí la puerta de la habitación y bajé de las escaleras, el cielo que mostraban las ventanas reflejaban una noche fría. Fui hasta la cocina pero no había rastros de Alexander, fui a su estudio y tampoco...

Comencé a desesperarme por completo ¿Dónde había estado todo el día? Tomé un abrigo de el, que se encontraba arriba de la mesa, las llaves de su auto y manejé hasta el bar mas cerca de su casa. El mismo de la noche anterior.

- Hola, disculpa ¿Haz visto a un hombre de estatura media... chaqueta de cuero? - Leí el nombre en su camisa, Mark.

-¿Alex? - Asentí animada.

- Se fue hace unos minutos tambaleando, quizás si sales ahora lo encuentres en el camino - Me advirtió - Avísale que esos de allá - me señalo una mesa con dos hombres bastante irrelevantes, uno con un sombrero y otro con un pelo aburrido, esos señores estaban entre los 40 y 50 años. - Le han sacado fotos - Una furia incontrolable se apodero de mi ¿con qué derecho?

- Son paparazzis Ara, ellos publicaran esas fotos - Volví mi vista hacía el, Mark.

-¿Cómo sabes mi nombre? - Rió

- Alex me contó todo, estuvo llorando hasta que se fue.

-¿¡Qué te dijo!?

- Que lo habías engañado con un tal David. - Rodeé los ojos.

-No fue así.

- No importa Ara, ve y explícale a el, a esta altura debe estar tirado en una calle perdido y mareado.

Tenía razón, me despedí y prendí el auto. Fue fácil encontrarlo, estaba de camino a casa. Me estacioné a su lado y entró sin mirar.

- No sabía que las prostitutas andaban en auto.

En cuarentena con Alex TurnerWhere stories live. Discover now