Capítulo Dos

44 6 0
                                    

El viento arreciaba cada vez más por la llanura de Ryloth levantando la ligera arena que cada vez dificultaba más la visión. Todo el mundo soportaba esa situación, los jedis por estar acostumbrado a todo tipo de escenarios y los clones gracias a sus cascos. La excepción era R2-D2, toda la arena entraba por sus circuitos y constantemente emitía su sonido característico en señal de queja.

—Tranquilo R2, cuando todo termine te limpiaremos y cambiaremos el aceite en Coruscant —dijo Rex mientras se reía.

—¡Beboobeep! —gritó un enfadado R2.

Estando ya cerca de su destino Ahsoka se encontraba sumida en sus pensamientos, se preguntaba cómo sería la misión, si conseguirían su objetivo, si no habría que lamentar alguna perdida, si todo serviría para terminar antes con la guerra. Desde hacía ya tiempo tenía frecuentemente ese tipo de pensamientos, por ese motivo practicaba más la meditación, para permanecer en equilibrio y en sintonía con la Fuerza.

—Ahsoka despierta, ya hemos llegado.

—Perdona maestro, estaba pensando en todo y en nada a la vez.

—No eres de pensar mucho durante una misión, eres más de improvisar —dijo Anakin con una sonrisa

—No lo digas como si fuese algo malo porque lo aprendí de ti —contestó Ahsoka de manera burlona.

—Vaya, ¿no iras a decir ahora que la culpa es de tu maestro?

—¿Te contesto como lo haría yo o como lo haría el maestro Obi-Wan?

—Casi que no quiero ninguna de las dos —dijo Anakin esbozando una sonrisa.

Estaban a escasos metros del punto de encuentro y el ambiente estaba en completo silencio, ni si quiera el sonido de las aves que habían escuchado de camino se podía percibir. En la entrada de la cueva les esperaba uno de los guerreros twi'lek. Entraron con el guía en la cueva y recorrieron su no muy extenso pasillo. Apenas se notaba humedad y la iluminación era escasa pero suficiente para caminar por el interior. A los pocos metros llegaron a la sala de reunión donde estaba el general Syndulla con los demás.

—General Skywalker me alegro de verle de nuevo —dijo alegremente Cham.

—El placer es mío general Syndulla, veo que se encuentra bien —contestó Anakin.

—Sí, de momento. Veo que ha traído a su, como decirlo... su imprudente padawan.

—Bueno tengo a quien parecerme —comentó Ahsoka mirando de reojo a su maestro.

—No se preocupe general, ella ha mejorado en todos los aspectos durante estos meses.

—Me gusta oír eso general jedi.

En ese momento se notó una presencia acercándose por detrás del general Syndulla. Era una twi'lek de color naranja, con una estatura aproximada de 1,70 metros y con un color de ojos claro. Vestía con un traje de combate y tenía en su cuello un colgante particularmente llamativo, además de portar un blaster en su cintura.

—Llegas tarde Lilibet.

—Lo sé general, estaba preparándome.

Cham le dio un leve empujo a Lilibet y la situó delante de sus invitados.

—Ella es Lilibet, Lilibet Moalc, una joven, pero fuerte y valiente twi'lek. A pesar de su edad tiene mucha experiencia y es una de mis subordinadas más eficientes. Participará en nuestra misión como una de la pieza clave.

—Un placer, soy Anakin Skywalker, ella mi padawan Ahsoka Tano y el capitán clon, Rex.

—El placer es mío jedi.

—Bueno es hora de empezar —dijo Syndulla.

El general dio una palmada al aire dando así la señal para el inicio de la reunión. En ese momento todos los asistentes se reunieron en torno a una plataforma en la que se desplegaría un mapa holográfico de la superficie de Ryloth.

—Esta es nuestra posición, y estos dos puntos son los asentamientos donde están las fuerzas separatistas. Uno esta pasado el desierto Jixuan y el otro en la Cañada Tulara —dijo Syndulla.

—¿Y cuál es su idea general? —dijo Anakin de manera pensativa.

—Debemos ir a los dos lugares, pero no sé exactamente que conexión han establecido ambas bases. Debido al terreno variado de Ryloth tendremos que formar dos grupos separando de igual modo a los guerreros twi'lek y sus clones. De este modo conformaríamos dos grupos heterogéneos. Una vez allí nos comunicaremos con el otro grupo y en función de lo que nos encontremos tomaremos una decisión.

—Veo que ha desarrollado un plan muy minucioso general —dijo de manera irónica Ahsoka.

—Padawan si tienes una idea mejor puedes decirla.

—No general, solo pensé que diría algo como: formar dos grupos de reconocimiento, llegar hasta los puestos enemigos, realizar un barrido inicial de la zona, encontrar y asegurar las entradas, infiltrarnos, escanear la zona interior, comunicarnos con el otro grupo y tomar el control del lugar. —replico Ahsoka.

En general Syndulla miró a Anakin frunciendo el ceño.

—¿Quiere añadir algo Skywalker?

—Simplemente una cosa, no estaré en el grupo de Ahsoka y Rex irá con ella.

—Uhmm... veo que se fía mucho de su padawan.

—Si no me fío de ella no lo podría hacer de nadie más —dijo Anakin mirando a su padawan.

—Está bien, pero Lilibet irá con ella.

Comenzaron a organizar los dos grupos al mismo tiempo que los twi'lek ofrecían un refrigerio a los clones como una tradición al inicio de una batalla. Ahsoka estaba terminando de preparar todo el equipo necesario además de limpiar toda la tierra dentro de R2. Su maestro había decidió no ir con ella y aunque estaba tranquila siempre se sentía más cómoda con él a su lado. De todos modos, iría con Rex y era imposible no sentirse segura.

—Ahsoka nos veremos cuando todo haya terminado.

—No lo dude maestro.

—Que la Fuerza te acompañe —dijeron ambos a la vez.

Ahsoka salió al exterior donde esperaba Lilibet y el resto de su equipo. Ya solo quedaba empezar el camino hacia su próximo destino.

Star Wars: memorias de una padawanWhere stories live. Discover now