Chapter 8

64 13 0
                                    

Los tres íbamos de camino a casa. Victoria daba pequeños saltitos con alegría y asumí se debía por la alegría de aquellos indigentes en la calle.

–señor Kim, debe venir el próximo año a celebrar navidad– le pidió y él asintió sonriente

–no acostumbramos a realizar este tipo de obras caritativas– comenté y él me miró curioso

–lo noté cuando las mujeres empezaron a murmurar porque compré tantas cojas para la gente pobre, ellos tampoco querían acercarse– me dijo y yo asentí –son demasiado clasistas– murmulló

Negué con la cabeza –todo es culpa de mi esposo– comenté –a él no le gusta que los pobres coman y como es la principal fuente de ingreso del pueblo nadie hace algo que él no diga, el pueblo se alimenta de su mano y no permite que las migajas queden para quienes lo necesiten, las migajas son para Richard–

–mi padre solo se preocupa porque su hijo siga con su linaje– comentó Victoria cansada –y que yo me case con un buen empresario para que le dé una mejor empresa–

–no creí que el señor Sedraia fuese tan avaro considerando su situación– comentó Nam Joon provocando que yo lo mirase curiosa


" Un golpe fuerte se escuchó y yo corrí aterrada hacia Phil en busca de algún tipo de protección que yo conocía bien, en esa casa no existía –¿cómo te atreviste a entregarle tanto a esa mujer?– gritó mi padre ofendido por la decisión que mi madre había tomado

–es navidad– dijo en el suelo –no puedo dejar a esa mujer sufriendo cuando a su hijo le falta tanto para sobrevivir– gritó y mi padre la golpeó nuevamente –¿de qué nos sirve tenerlo todo? Eres un maldito infeliz y vas a morir de una forma miserable– escupió mi madre

No supe que ocurrió después gracias a que mi hermano me llevó con él a su habitación.

Mi corazón latía acelerado por el temor de que mi padre intentara golpearme a mí también, pero solo se escuchaban sus gritos y los quejidos de mi madre en la sala.

Gritos que resonaban en toda la casa y que me habían logrado tener molesta durante un largo tiempo. "


–¿qué situación?– preguntó Victoria finalmente

Pero, para cuando nuestra pregunta iba a obtener una respuesta François nos miró mientras abría la puerta de la casa.

Su ceño se había fruncido y parecía demasiado tenso hasta el punto en el que consiguió hacer que Victoria temblase y se aferrara de mi brazo con temor de lo que podía suceder.

–señor Sedraia– saludó Nam Joon consiguiendo que François le regalara una mueca en respuesta

–un gusto señor Kim– saludó –April, Victoria– nos miró de forma despectiva

–ha sido muy grosero y poco profesional de su parte el traerme a su pueblo y evitar mi presencia, pensé que buscaba hacer un trato con mi empresa textil– comentó y mi esposo negó de inmediato

–he estado muy ocupado, yo tenía que hacer algunas cosas en la alcaldía–

–no creo poder confiarle tanto a un hombre que no respeta a su familia y actuar de manera tan poco profesional– se quejó y él simplemente asintió como un perro arrepentido –¿me va a invitar a pasar o debo invitarme yo solo?– preguntó

–por favor, pase– dijo

Nam Joon asintió con la cabeza –señoritas, pasen por favor– nos pidió y entramos a paso rápido para evitar la fría mirada de François

Ambos entraron después, pero, para aquel momento, ambas nos encontrábamos en la habitación de Victoria, yo intentando calmar sus nervios y ella llorando desconsoladamente.

Realmente me sentía tan nerviosa como ella, pero no era mi momento de flaquear, debía ser un pilar de fuerza para ambas y si no podía, con ello sería imposible cargar con la culpa de los comentarios que seguramente ya habían llegado a sus oídos.

Dos golpes ligeros se escucharon en la puerta y a continuación esta se abrió dejándome ver a Richard, él entró en la habitación con pasos temerosos y su cabeza centrada en el suelo

–hermano ¿qué sucede?– preguntó Victoria mirando al niño, acunó sus mejillas y levantó su rostro que estaba magullado a golpes, ella gritó aterrada y sus lágrimas nuevamente brotaron –¿quién te hizo eso?– gritó

Intenté acallar los gritos de Victoria, más ella insistió, provocando que la dama de compañía se presentar en la habitación con su rostro lleno de preocupación –señorita Victoria, su padre quiere matarla– dijo apenada

–señora ¿quién le hizo eso al niño?– pregunté y ella tomó suavemente el rostro del niño

–me llamó Richard, April– lloró –soy Richard– sollozó abrazando mi vestido y por lo mismo consiguiendo que mis nervios aumentaran

–estoy harta– gritó Victoria tomando a su hermano en brazos y saliendo de la habitación

La dama de compañía y yo salimos desesperadas de la habitación, imaginábamos como terminarían las cosas y por lo mismo seguimos a Victoria para detenerla, ella entró furiosa a la sala llamando la atención de Nam Joon y François, mientras nosotras nos manteníamos en las escaleras observando con temor lo que fuese a suceder.

–me da igual que me golpees o que abuses de mí, pero a mi hermano menor no le toques ni un maldito pelo– gritó molesta dejando a Nam Joon desconcertado, por lo que terminé de bajar las escaleras junto a la dama de compañía

–Victoria, no nos interrumpas– se quejó François molesto

Nam Joon miró asqueado a mi esposo y regresó su mirada a Victoria quien ahora bajaba a Richard de sus brazos y no miraba al frente por temor a lo que su padre le hiciera –niño– lo llamó Nam Joon –ven–

Richard dio vagos pasos hacia él, siempre con su cabeza hacia abajo hasta que Nam Joon lo tomó del mentón y observó su pequeño rostro lleno de moretones.

Él se veía excesivamente molesto y no estaba segura de si era una buena idea para mí aparecer en ese momento, aunque de todos modos comprendía a la perfección que a todos nos tocaría pasar una mala noche.


" –hermana, yo estaré en París– dijo Phil –no puedo ayudarte así de fácil, pero buscaré el modo, los medios– me entregó un papel –guárdalo con tu vida, esa es la dirección de la casa que compró papá, cuando sea el momento estaremos juntos ahí– "


Tomé el coraje y valor que nunca he tenido para entra en la sala.

No tenía palabras para decir, no sabía qué hacer y lo único que tenía con certeza era que aquel hombre nos golpearía a los tres –me quedaré esta noche en su casa, si no le molesta– anunció Nam Joon y François asintió sorprendido –ahora, vaya a traer un botiquín– exigió y mi esposo corrió aterrado

–el señor Sedraia le tiene cierto temor– comenté y él dirigió su mirada hacia mí –¿por qué?– pregunté

–no me sorprende que no les comente, pero lo único que hace que su casa funcione es el dinero que roba a la alcaldía– dijo restándole importancia y dejándome curiosa

–¿qué dinero?– preguntó la dama de compañía

Nam Joon no respondió gracias a la llegada de François junto al botiquín de emergencia, podía ver en la expresión de su rostro que la sangre le hervía de lo molesto que estaba por la interrupción de Victoria.

Pero gracias a que Nam Joon se quedaba esa noche, él no haría nada, no planeaba manchar su imagen solo para regañar a sus hijos, no planeaba perder un contrato solo por algo tan banal, pero estaba claro que eso se lo iba a tragar esa noche y en cuanto Nam Joon desapareciera de la casa nuevamente regresaríamos a la rutina de golpes, alaridos y súplicas por piedad.

Volvería aquella pesadilla, el infierno que nos comía vivos.

Eunoia® || KNJWhere stories live. Discover now