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Llegaron a Sunagakure en dos dias.

Fueron dos días de ir escuchando a Madara parlotear como jamás lo había hecho anteriormente – y era extraño como el infierno.– pero Obito suponía que se debía a que estaba contento de poder salir de la aldea y explorar alrededores, así que escuchó atentamente cada palabra que su tío soltaba cada cinco minutos, sin interrumpirle y comentando cada que era necesario. Madara había pasado la semana con los niños a los que Tobirama entrenaba, mientras que Obito se la había pasado con Yahiko, Konan y Nagato. No se vieron mucho en esos días, así que era reconfortante poder pasar un tiempo juntos como familia– aunque iban de misión.



La arena fue reemplazada casi en su totalidad por nieve, pero aún así no fue fácil caminar alrededor en una aldea rodeada mayormente de arena– lógicamente, estaban en un desierto.


Varios ninjas los escoltaron hasta la torre donde se encontraba el cuarto Kazekage una vez habían pisado tierras ajenas.



Obito era consciente de que Konoha y Sunagakure no tenían un tratado de paz como tal, y que había constantes enfrentamientos entre ambas aldeas. Así que podría ser un problema que dos ninjas de Konoha fueran en nombre de Amegakure a firmar un tratado de paz. Podían desatar una batalla ahí mismo y ser considerados traidores de la aldea de Konoha, pero tenían el permiso escrito como prueba. Y también por esa misma razón había llevado a Madara con él, si tenían que luchar, ellos lo harían sin salir mal parados.


Rasa, el cuarto Kazekage, los esperaba en una sala de juntas. La mesa larga y amplia lo hicieron recordar la infinidad de veces que estuvo presente en las reuniones del Hokage. Había investigado acerca del hombre antes de partir hacia la aldea de la arena. Era un hombre con el que había que tener cuidado, así que debía escoger sabiamente las palabras correctas para poder explicar lo mejor posible el plan de Akatsuki. De alguna manera, Obito lo odiaba. Y tenía razones para hacerlo, sus investigaciones arrojaron que el hombre era malo con su hijo más joven, el cual era el Jinchūriki del bijū de una cola. Conoció al joven durante los exámenes y podía notar que algo no estaba bien con el. Tenía las ganas de tomar al pobre chico y llevárselo junto con él, pero sabía que era imposible hacerlo y– él no estaba listo para ser una especie de padre.



Él explicó el plan. Unir a todas las grandes naciones en nombre de Akatsuki para poder llevar al mundo ninja a uno lleno de armonía y paz para las próximas generaciones. Uno en el que no hubieran más enfrentamientos entre aldeas, donde no tuvieran que morir más ninjas, niños ni personas inocentes. Sería una alianza masiva que pudiera controlar y reducir los conflictos entre ellos mismos. En aras de preservar la paz, ellos obtendrían un representante de cada aldea como demostración de confianza y lealtad hacia Akatsuki, de modo que pudieran discutir temas comunes y buscar intereses mutuos entre la aldea en cuestión y sus enemigos. Akatsuki buscaba encontrar la paz sin llegar a utilizar la violencia y llegando a acuerdos pacíficos con los invasores de las aldeas.

Madara se encargó de explicar que por el momento no habían hecho una alianza formal con Konoha, pero que de ser así, los conflictos entre Suna y la aldea escondida entre las hojas llegaría a su fin. Los enfrentamientos entre ambas aldeas casi siempre terminaban afectando más a la aldea de arena por la falta de recursos que tenía la misma. Akatsuki se encargaría de solucionar esos conflictos, razón por la que pedían a un ninja capaz e inteligente de su aldea para poder tratar con ese tipo de temas.


Convencer a Rasa no fue tan difícil después de todo. Con un ninja como Uchiha Madara– quien había sido muy temido por la última guerra– en acuerdo para crear una alianza de paz entre las grandes naciones, Rasa se relajó sobre su asiento. Solo bastó con mencionar la mejora de recursos en la aldea para hacerlo aceptar y firmar el tratado de paz. Era obvio que tenían una crisis interna para haber aceptado tan fácilmente. Eso o que iban a traicionarlos.


Tiempo 🌿 ObikakaWhere stories live. Discover now