Intento durante una semana contactar al primer Hokage, pero cada que iba al parque Senju se encontraba con un clon que no sabía en donde se hallaba el original. Las veces que tocó la puerta de la residencia Uchiha/Senju no había recibido respuesta alguna– porque no había nadie.
Estaba preocupado por la salud del Senju. Sabia que Hashirama era prácticamente invencible, pero una adicción era una adicción y no sabía hasta qué punto ayudaba su regeneración a combatirla. No estaba seguro de que eso fuera incluso una posibilidad, pero si lo era, Hashirama debía trabajar en ello.
Nunca fue un secreto en su relación con los padres sustitutos de Obito que el Senju tenía leves problemas de alcohol– aunque viéndolo ahora, no eran tan leves si eso había hecho que Madara dejara Konoha. Le preocupaba el hombre que había aceptado a Obito en su casa– y que había cuidado de él luego del fallecimiento de la abuela Uchiha. Era el mismo moreno quien siempre los cubría con Madara cuando tenían sus citas furtivas en los castigos de Obito– eso hasta que Obito se mudó con él y Madara dejó de tener completo control del Uchiha. Quizás Madara por eso lo odiaba desde antes. Aunque ahora estaba justificado, de cierto modo.
Soltó un suspiro pesado, mirando a Sasuke y a Naruto pelearse por algo que honestamente, poco le importaba. No tenía cabeza para estar metiéndose en medio de líos adolescentes entre sus dos alumnos que se veían más como rivales que como compañeros – y era algo tonto que él también había hecho en el pasado con Obito.
— Kakashi-sensei. — la pelirosada se acercó a él con una mueca de preocupación.— ¿Deberíamos detenerlos?
Kakashi palmeó su cabeza con suavidad, negando con la cabeza. — No... déjalos, así se entienden ellos. — respondió dirigiendo nuevamente la mirada al par que ahora gritaba– pero no discutiendo, algo acerca del ramen. — Solamente hay que guiarlos bien para que nivelen el nivel de su voz.
Sakura asintió, mirando aún preocupada a sus dos compañeros de equipo.
Kakashi giró los hombros con cansancio. Esperaba poder contactar a Hashirama lo más pronto posible.
— Muy bien, chicos.— habló en voz alta para llamar la atención de sus otros dos alumnos.— Regresemos al entrenamiento.
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Kakashi trago con pesadez mientras veía frente suyo la puerta de madera– seguramente hecha por Hashirama– y decorada con vitrales a los costados. Tenía tiempo sin ir a casa de los tíos de Obito, usualmente porque prefería que el Uchiha fuera solo a tener que soportar los malos gestos de Madara y su constante mal trato. No entendía por qué jamás le había agradado a Madara desde que comenzó su relación.
Afortunadamente, había podido contactar con Hashirama-sama. El clon al que se había acostumbrado a visitar le había dicho que el original se había pasado por el parque mientras él estaba entrenando a sus alumnos y que probablemente debía estar en casa en esos momentos, le explicó que el Senju había estado ocupado en otros asuntos que tenía que atender y que hasta ahora podía tener un momento libre.
