––Me amas así, ¿qué le vamos a hacer? ––sin duda, él podría interpretar el papel del típico tío egocéntrico por el que todas las mujeres mueren en las Telenovelas. 

––Rubén: el tío más humilde de todos. 

Las semanas habían pasado, haciendo que el amor entre ellos se consolidara de una forma más fuerte, dando por seguro que romper con aquel lazo iba a ser una tarea difícil… aunque ellos no tenían planeado terminar con nada, pues eso apenas estaba empezando. La relación de ambos era la mejor de todas, siempre hacían locuras, siempre existían las risas, existían las peleas, pero después se terminaban burlando de ellas. Eran tan diferentes, pero al mismo tiempo eran tan similares. 

–– ¡Rubén! Espérate… oye… ––sin duda, no iba a poder concentrarse en las palabras de aquel libro. Mierda, que si reprobaba la prueba iba a ser culpa de ese idiota que se encontraba besando su cuello. Él, claramente, no iba a detenerse. Le encantaba desconcentrarla de esa forma… ¡Y de qué forma! 

–– ¿Qué pasa, nena? ––él estaba disfrutando aquella situación. Pero es que no podía pasar más de 3 minutos sin estar besándola… los adictos al tabaco, necesitaban fumar para sentirse bien, los adictos a las sustancias prohibidas, necesitaban drogarse para estar bien... pues él era adicto a Zoe, y necesitaba besarla para estar bien. 

Rubén seguía depositando suaves besos en el cuello de Zoe. Venga, que ella ya estaba perdiendo el auto-control, echaría el libro al aire y a la mierda la prueba… ¡Pero culpen Rubén! Pero los besos y cariños podían esperan, el jodido examen no, así que todo el dolor del mundo se levantó del sillón. Rubén sólo echó la cabeza hacia atrás murmurando cosas sin sentido. Esta tía no sabía lo que era dejar con las ganas a alguien… no. 

—Necesito estudiar, Doblas. —cuando utilizaba el apellido de Rubén, parecía como una madre regañando a su hijo. Se acomodó el cabello y observó a su novio, no hacía nada más que mirar al techo. 

—Anoche no te acordaste de estudiar por estar haciendo otras cosas… —le puso énfasis de más a la palabra “otras”. Zoe sentía el calor acumulándose en sus mejillas, es que ese tipo no se cansaba de avergonzarla. Quería aventarle algo, pero nada estaba a su alcance, tan sólo el libro que sostenía… ¡Uh! El golpe del libro en el brazo de Rubén debió dejar una marca. Él hizo una mueca de dolor. 

—Sabía que vivir contigo tendría sus contras. 

—¡Oh, claro que no! Yo sé que te encanta vivir aquí… más cuando llega la noche. —hizo su mejor cara del violador del bosque, levantando sus cejas de manera repetida. Otra vez el color de las mejillas de Zoe apareció, y esta vez no tenía nada con qué golpearlo, así que, arriesgándose a que se convirtiera en el violador del bosque, se abalanzó sobre él, y una hostia fue a su cabeza. 

—Que en cualquier momento me puedo ir, lo sabes. —no era cierto, no podía irse, porque no quería. Y porque si ella estuviera decidida a irse, seguramente Rubén la encadenaría, o algo parecido. 

—No, no, no. Eres un ser malvado, insensible. 

— ¿De qué hablas? —ella estaba riendo… y es que cuando Rubén quería ser dramático, lograba serlo. 

—De que quieres irte, cuando ni me dejas besarte, ni nada porque tienes que estudiar… ojalá ya termines tu carrera para que me quites esta frustración sexual. —él la tomó por la cintura y la acercó a él. Se quedaron cara a cara, mientras que Zoe no dejaba de reír… las ocurrencias de éste tío no tenían límites. 

—Sólo falta un poquitito para terminarla. —le sonrió con ternura, tomando su rostro entre sus manos, para después depositarle un beso corto en los labios. 

En ese momento, ninguno de los dos podía imaginarse un futuro en el que estuvieran separados… nunca, ni en sus pesadillas. Sabían que el “para siempre” no existía, porque todo en algún momento tiene que terminar, pero ellos se amarían con locura cada uno de sus días, hasta que la muerte los separar, porque para separarlos, claramente se necesitaba algo fuerte, muy fuerte… no cualquier cosa iba a hacer que se dejaran de amar. 

Rubén miraba fijamente el rostro de Zoe, sus ojos tenían ojeras casi invisibles, por haber despertado tan temprano a estudiar. Sus mejillas estaban rosas. Sus labios tenían su color rosa natural. Sus pestañas, a pesar de no traer rímel, lucían grandes. Era hermosa. Sin duda quería pasar el mayor tiempo que pudiera a su lado, amándola, peleándose, bromeando, besándola… 

El mayor tiempo, o toda su vida… 

—Cásate conmigo. —lo soltó así, sin rodeos. Zoe reprimió una risita… ¿había escuchado bien? Y si esa era una propuesta de matrimonio verdadera, vaya que era un poco rara. Sin embargo, Rubén no mostraba señales de que aquello que acaba de decir fuera una broma… porque no lo era. 

—Ok, tu “frustración sexual” —hizo comillas con los dedos al pronunciar esas palabras, como había dicho Rubén ––te está haciendo decir incoherencias. 

—Es que no es una incoherencia, Zoe. Quiero que te cases conmigo. No bromeo. —él nunca había lucido tan seguro de algo… daba miedo. Estaba hablando enserio. Los ojos de Zoe se iluminaron, una pequeña sonrisa pintó su rostro. 

—Pues yo sigo creyendo que estás bromeando. Tienes que convencerme. —esta vez el que estalló en risas fue Rubén. Bien, pues ser un bromista tenía sus consecuencias, que luego no te creyeran cuando estabas hablando enserio. 

—Zoe, mi cerebro se niega a buscar las palabras exactas, las palabras coherentes para poder convencerte… el retraso se ha apoderado de mí. —la apretó más hacia él. Aspirando el perfume de ella. 

—¿Entonces qué harás si te fallan las palabras? —ella se separó un poco de él para poder verlo a los ojos. Rubén hizo una mueca, como si estuviera pensando cómo contestaría aquella pregunta. Después de unos segundos que parecieron eternos, su amplia sonrisa, esa que iluminaba todo a su paso, apareció en su rostro. Zoe se estaba derritiendo, pues cada vez el corazón se le aceleraba más, y su respiración ya estaba fallando. Un día de estos terminaría muerta por un paro respiratorio. 

—Entonces… supongo que haré esto… 

La besó. 

××

¡Ha llegado a su fin!
Quiero decir que escribí esta fic sólo por aburrimiento, no fue nada especial porque quedó toda cucha y así. Como dije, estaba aburrida y dije "¿por qué no?" Ha tenido más vistas de las que esperaba, de hecho, pensaba que sólo la leerían un par de personas, pero ha sido más.
Acepto que esta fic aprestó al principio, ni yo sabía redactar del todo bien, porque insisto, sólo era para matar el tiempo, pero supongo que poco a poco pude mejorarla.
Gracias por haber leído, en verdad.
Puedes pasar por mis otras obras que se encuentran en mi perfil.

¡Un corazón grande, como la polla de ust! (●♡∀♡)

Zoe |Where stories live. Discover now