🍒 Grell Sutcliff

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El mayor detuvo su mano y con la otra acercó lo más que se podía el cuerpo de su colega de trabajo que seguía sentada en sus piernas. Recargó su cabeza en la de ella y miró a Grell con algo de enojo.

—¿Planeabas pelear con mi compañera, Grell? Que irrespetuoso— Soltó su muñeca.

—¡¿Irrespetuoso?! Querrás decir irrespetuosa ¡Y no lo soy!— El nombrado estaba que explotaba de celos— ¡Ella es la irrespetuosa, me llamó hombre cuando claramente se ve que soy una dama hecha y derecha!— Se cruzó de brazos y le hizo un puchero al demonio que siguió con la misma mirada seria.

—Si fueras una dama no utilizarías un vocabulario tan vulgar, Grell— Habló la sirvienta recordando el sermón que el pelinegro solía darle seguido por maldecir todo— Además, una verdadera dama no pelea con otra teniendo en mano objetos como esos— Miró la guadaña que el nombrado todavía no podía sacar de la tierra— Hay muchos otros argumentos de por qué no eres una mujer, ya acéptalo, nunca lo podrás ser.

Grell se sentía completamente herido pero no iba a llorar, ni siquiera sentía las lágrimas en sus ojos, sólo sentía enojo de ver que su amado defendía a otra mujer que no fuera él, estaba completamente consciente del hecho de que un shinigami y un demonio eran enemigos naturales pero no por esa regla iba a dejar de lado sus sentimientos.

Él se había convertido en lo que consideraba que le resultaría atractivo al demonio para llamar su atención pero nada parecía funcionar ya que esa chica se llevaba toda su atención, siempre preparando la comida juntos, comprando nuevas vajillas juntos, arreglando el jardín juntos, rescatando a su amo juntos ¡Siempre estaban juntos!Al principio pensó que era porque ella resultaba claramente más afeminada que él, así tomó en cuenta el comportamiento y forma de vestir de algunas mujeres y adoptó algunas de esas cosas para que el pelinegro le prestara la atención que le daba a su compañera y ahora que ella mencionaba aquel comentario no podía parar de pensar en lo que le podía faltar.

—¿Qué me falta para que me consideres una dama?— No gritó, ni hizo algún puchero o berrinche, Grell preguntó con tanta seriedad que sorprendió a la sirvienta pues se esperaba cualquier respuesta excepto esa.

Hubo un silencio, ambos se miraban sin decir ni una palabra, el shinigami esperando su respuesta y la humana buscando una.

¿Cómo se podría ser una verdadera dama? No existe ninguna regla para que alguien pueda o no, ser una dama o un caballero porque cada ser se define como quiere y los demás no pueden interferir en eso. Simplemente había dicho aquello como forma de hacer enojar al chico y lograr que se fuera emberrinchado como solía hacer siempre que no encontraba un argumento contra los de ella. Tal vez esta vez ella sería la que se retiraría.

—Dime, Grell— Habló Sebastian al notar que la joven seguía callada— ¿Cómo puedo complacerte como dama?

—¿Qué?— Susurró el pelirrojo y comenzó a buscar respuestas que no encontró por no entender bien la pregunta.

—¿Cómo puedo complacerte como dama?— Repitió el demonio y dejó de mirarlo para mirar a su compañera— Ya sabes... Complacer...— Tomó el mentón de la humana frente a él para hacer que esta también lo mirara— Hacer que tú sientas satisfacción.

Sebastian acercó el rostro de la muchacha y la besó de forma tierna, después de unos segundos así, el demonio pasó su lengua con delicadeza por los labios de ella como pidiendo permiso para poder seguir con aquel beso.

La chica estaba totalmente avergonzada por la situación y no sabía cómo reaccionar pero lo que hacía el mayor logró que inconscientemente abriera un poco sus labios para que él pudiera profundizar el beso, éste lentamente metió su lengua y comenzó a hacer movimientos jugando con la lengua de la contraria. Después de un rato, el mayordomo se separó de ella dando una leve mordida a su labio inferior causando que la joven se sonrojara un poco.

One-Shot's (Personajes Anime X Tn)Where stories live. Discover now