Jimin se encontraba en la empresa, llevando papeleo de aquí para allá y sintiéndose ligeramente nervioso. Habían pasado exactamente 2 días desde que Jeon habría ido a pasar la noche a su casa y luego de que se haya ido sin dar explicaciones, no volvió a contactar al rubio.
Era lunes, por lo que había vuelto al trabajo y estaba bastante ajetreado además. Los demás empleados también estaban algo nerviosos y se movilizaban de lado a lado rápidamente.
-Park, te quiero en mi oficina ahora. -habló el Señor Jeon por el micrófono que tenía en la pequeña oficina de Jimin.
-Enseguida.- comentó y salió rápidamente de allí para subir a la planta más alta del edificio, y finalmente entrar a la oficina de su mayor.
Tenía algo de nervios por el simple hecho de que lo regañara, o que dijera algo de su inesperada huida de su apartamento.
-Quédate aquí, termino en un minuto. - avisó el pelinegro, mientras terminaba de firmar unos cuantos contratos.
-¿Para que quiere que lo espere, Señor Jeon? -preguntó Jimin con respeto, mientras se quedaba estático en su lugar.
-Iremos a buscar a MinSeo a tu po...-meditó sus palabras ya que se encontraba alto frustrado y estresado, pero prefirió calmarse. -Apartamento -finalizó.
-¿P-Porqué? -preguntó inseguro, esperaba no haber hecho nada malo para que no los lastimaran.
-Vendrán a vivir a mi casa. -concluyó, levantándose de su escritorio y caminando hasta buscar las llaves de su coche deportivo.
Jimin se encontraba paralizado, no podía creer que Jungkook estuviera diciendo aquello. Solo pensaba cosas negativas; tal vez los quería cerca para lastimarlos o aún peor; les tenía lastima y Jimin odiaba que Jeon quisiera ahora ayudarlos luego de ser él mismo quien los mandó a la calle en primer lugar.
-Vamos muévete, o se hará tarde. -volvió a hablar el mayor, sin embargo no esperó que el rubio lo mirara de brazos cruzados, y completamente furioso.
-No. - mencionó rotundamente.
-No seas terco e idiota, así vivirán bien -trató de convencer el contrario.
-No. - repitió - No necesitamos tu lastima, MinSeo y yo vivimos bien ahora.
El mayor soltó una carcajada con fastidio.
-¿Es asi, entonces? -lo observó con diversión. - Entonces viven bien en un apestoso apartamento, sin agua caliente y con un sofá incómodo como cama para ambos. -recordó el pelinegro.
-Estamos acostumbrados. -insistió
-Me importa una mierda, vendrán conmigo. -recalcó el de mayor estatura, tomando al rubio bruscamente de la muñeca y comenzando a caminar con el tironeándolo hacia la salida de la oficina.
-No iremos contigo, te recuerdo que esto es tu culpa en primer lugar -Dijo intentando deshacerse del fuerte agarre que ejercía el mayor sobre el.
Sin embargo no hubo una respuesta del contrario, en el fondo sabía que el pequeño rubio tenía razón, pero no quería aceptarla. Caminó con el menor hasta su coche donde sin ninguna delicadeza lo dejó dentro del lugar del copiloto, luego subiéndose al volante y cerrando con seguro las puertas para que Jimin no escapase.
Comenzó a conducir algo molesto, si bien sabía que el rubio se negaría, no quería discutir con el y simplemente se dirigió hacia aquel edificio donde se encontraba la pequeña MinSeo.
-No quiero que nos tengas lástima. -comentó en voz baja Jimin, sobándose su muñeca pues ya tenía un gran moretón en la misma.
-Claro que no, solo creo que la niña merece algo mejor. - dijo desinteresadamente, sin embargo la imagen de Jimin tiritando en el frío suelo se repitió en su mente.
-Te sientes culpable -concluyó el menor.
-No.
-Si, lo haces -insistió, el contrario soltó un suspiro y prefirieron quedarse en silencio.
Aún que odiaba a Jeon con su alma, Jimin también pensó en la pequeña y en lo feliz que sería verla con comodidad en un lugar digno de un niño. Por lo que no podía negarse luego de pensar en ello, aunque no le gustara.
Finalmente llegaron al destino, ambos se bajaron del coche y entraron al edifico con destino al pequeño apartamento del menor. Al entrar, la pequeña corrió a los brazos de su padre en un abrazo cariñoso; dejando algunos besos en la mejilla del nombrado.
-Pequeña, nos tenemos que ir. -anunció, observando la sorpresa y la angustia en la mirada de su niña. -No no tranquila, iremos a un lugar que te gustará. -mencionó al ver lágrimas en los pequeños ojitos.
-¿A donde iremos, Appi? - preguntó con curiosidad, sin embargo el momento se vio interrumpido por la voz del pelinegro.
-Vámonos. -pronunció caminando hacia la salida del lugar, no quería perder tiempo.
-Espera, tomaré algunas cosas ante de irnos.
-¿Que es lo que tomarás? No necesitan llevar nada de aquí. -preguntó soltando un suspiro.
-Algunas prendas de MinSeo y también...-fue interrumpido.
-No necesitan eso, compraré nuevas. De todas formas están todas desgastadas.
Y con ese comentario, Los tres dejaron el lugar sin llevar nada con ellos; Jimin cargaba a su pequeña en brazos y algo nervioso caminó hasta nuevamente salir del edificio y entrar nuevamente al coche, dejando previamente a su niña en la parte trasera.
-Appa, ¿Dónde vamos? -volvió a insistir la niña, observando a sus mayores.
-Vivirás en otra casa ahora, Minseo. -mencionó el pelinegro, observando de reojo a la contraria.
Luego de unos minutos, llegaron finalmente al destino. Jungkook estacionó el coche en la entrada y pidió a uno de sus empleados que lo guardaran por él. Caminaron hasta ingresar a la gran casa, donde MinSeo observaba asombrada todo el lujo del lugar.
-¿Viviremos aquí, papi? -preguntó con entusiasmo.
-Así es cariño, viviremos aquí ahora.
Y así, sus vidas cambiarían de ahora en adelante.
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Giro Inesperado ~✨ Kookmin ✨
FanfictionPark Jimin era la persona más arrogante que podrías haber conocido, Millonario y sin respeto por nadie. Pasaba su vida como si fuera un príncipe, hasta que una hermosa bebe cae entre sus brazos, y conoce a Jeon Jungkook. El rey de la mafia. Y enton...
