Capítulo 14. Fuerza inhumana (Maratón G.E.B.O)

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Despertaron al escuchar a varios cirujanos entrando a la habitación. Sinnoh se sobresaltó un poco, ya que no había logrado dormir muy bien. Luke se desperezó y miró a los hombres con odio. Detrás de ellos, entró Grace White. Tanto Luke como Sinnoh la miraron con desprecio.

–Es hora de continuar con los exámenes. Por aquí, por favor.

Los condujeron fuera de las habitaciones y se dieron cuenta de que estaban en otro lugar. A través de las ventanas, todo se veía rocoso pero frío. Habían ido a otro Laboratorio mientras dormían. Sinnoh maldijo en su interior; sin saber dónde estaban, no tenían posibilidades de escapar. Si esta ya no es la mansión de Strafford, entonces él no debe estar aquí. Caminaron a lo largo de una sala extraña siguiendo un sendero marcado con símbolos. Pronto llegaron a una habitación bien parecida a donde habían desconectado a Luke. Los colocaron de espaldas y esta vez, les hicieron cosas distintas. Había una mesa, ésta vez, de platino. La mesa estaba partida a la mitad en un corte completamente regular. Separaron a Luke de Sinnoh por apenas un metro y los empezaron a examinar. Sinnoh miró que en una pared había un letrero.

Departamento 7
Área 8B
Plantel 7001ALPHA 4
Fukuoka

–Después de lo ocurrido hace dos días en residencia del señor Strafford, no creo que sea necesario que los amarremos. ¿O si, S-000? –preguntó Grace White, con un completo desinterés.

Sinnoh gruñó, inconforme. Le molestaba que la llamaran de esa manera, como si fuera un objeto y no una persona. Aunque, pensándolo bien, soy un arma. Rió para sus adentros, amargamente.

–Yo no estaría tan segura. La gente suele hacer cosas que uno no espera de ellos. Ah si, lo olvidé, yo no soy persona. Olvídalo entonces –Sinnoh le dedicó una mueca y se volteó para no tener que verla. Grace White suspiró y dio pie a que los médicos hicieran su trabajo. A Luke le desensamblaron la espalda, pero Sinnoh seguía esperando. Grace White se acercó a ella.

–¿Y yo qué? –preguntó Sinnoh, desinteresada.

–Tenemos que comparar las funciones de tu brazo bueno con las que comanda el G.E.B.O para calibrar la fuerza y soporte de éste. No te dolerá.

Inmediatamente, tres cirujanos pusieron manos a la obra y empezaron a desarmar el brazo derecho de Sinnoh. Cuidado con estos idiotas, Sinnoh. No dejes que te quiten el G.E.B.O.

No te preocupes, Luke. Estaré bien. Te aseguro que aprovecharé la más mínima oportunidad. Sinnoh entonces se dejó hacer para que se confiaran de ella y pudieran escapar pronto. Los cirujanos ya le habían desarmado hasta el codo. Ella miró el brazo desarmado; cubierto de piel habría pensado que era real. Pero era un brazo de metal, nada más. Le desensamblaron el antebrazo del hombro y se pusieron a examinarlo junto al Círculo Vital del G.E.B.O. Grace White miraba a Sinnoh mientras ésta miraba su hombro vacío. Era como cortar un pedazo de pastel. Sinnoh se puso a pensar si su otro brazo, en donde llevaba el G.E.B.O también sería de metal, pero lo descartó. Los cirujanos le habían quitado todo lo que cubría el metal.

–Doctora White –llamó uno de los cirujanos, que tenía prácticamente todo el brazo.

–¿Qué ocurre? –Grace White se alejó de Sinnoh y fue con el cirujano que tenía el brazo. A pesar de que estaban bastante lejos, la chica androide podía oír toda la conversación.

–Es respecto al brazo del S-000. Mire esto.

El cirujano tomó un matraz rotulado con un “Ácido clorhídrico” y lo vertió encima del brazo de Sinnoh. Éste, dejó resbalar el ácido por los bordes del metal, dejándolo caer sobre la mesa y derritiéndola. Grace White miró aquello con un horror inhumano. Murmuró un “No puede ser” y buscó sobre la mesa una especie de cincel. Corrió a un horno que había al fondo de la habitación y con cuidado, metió la punta de metal del cincel en el fuego hasta que quedó al rojo vivo. Nuevamente, a toda prisa, volvió hacia donde estaba el cirujano y hundió la punta de metal hirviendo sobre el brazo. Apuñaló una y otra vez, pero el metal seguía intacto.

G.E.B.O: ConspiraciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora