— ¿Qué? ¿Qué pasa? ¿Qué viste?

— ¡El vibrador! ¡Anoche no lo apagaste! —contestó Jungkook en medio de sus risas—.

El escritor se acercó a un lado del bailarín, observando como el vibrador transparente se movía por el piso como si tuviera vida propia.

Taehyung también comenzó a reír como si no hubiera un mañana, aquello era demasiado gracioso. Cuando se calmaron, el mayor tomó el aparato y lo apagó.

— Me sorprende que no se le haya acabado la batería —comentó Jungkook—.

— Lo he usado muy pocas veces, así que no me extraña. —Taehyung se levantó de la cama, colocándose un bóxer y unos pantalones de chandal— Vístete en lo que preparo el desayuno, puedes ducharte si quieres. Cuando terminemos de comer, te llevaré a tu departamento para que te cambies y recojas tu mochila, luego te llevaré a la Universidad. Son las 8, así que aún tenemos tiempo.

— Está bien.

Taehyung salió de la habitación y Jungkook se dispuso a recoger su ropa y dirigirse al baño.

Mientras uno de ellos se duchaba, el otro preparaba el desayuno; pero la mente de ambos se mantenía en la noche anterior, y no precisamente en la conversación que tuvieron.

Algo había cambiado, algo de sentía un poco diferente.

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Finalmente Taehyung estaba aparcando enfrente del edificio de Jungkook. El menor salió del auto rápidamente, tratando de evitar que alguno de sus vecinos lo viera en traje.

Llegó hasta el departamento de Jin, quien lo observó extrañado cuando entró a su hogar.

— ¿Por qué sigues en traje? ¿Acabas de llegar?

— Si, larga historia, te cuento en la tarde. Ahora dame mi mochila para ir a cambiarme que Taehyung me va a llevar a la universidad.

— ¿El Taehyung que es solo un compañero de trabajo? Estoy casi seguro que pasaste la noche con él.

— Jin-hyung, en la tarde.

El castaño suspiró y fue hasta su habitación para buscar la dichosa mochila. Una vez Jungkook tuvo el bolso en sus manos, entró corriendo a su departamento.

Seokjin solo pudo suspirar y negar con su cabeza.

Quince minutos después, Jungkook estaba en el auto de Taehyung en camino a su escuela.

— ¿Cuándo es el próximo día de grabación? —preguntó el bailarín—.

— El sábado, creo. Después le preguntaré a Yoongi-hyung.

El resto del viaje se mantuvieron en silencio con solo la radio sonando de fondo.

Una vez llegaron a su destino tuvieron una despedida incómoda, de repente ninguno sabía cómo comportarse.

Cuando Jungkook se bajó del auto y el escritor se fue, los amigos del menor lo miraron burlones.

— ¿Una noche caliente con tu Sugar Daddy? —preguntó Raoul con burla—.

— No empiecen de nuevo —Jungkook contestó revirando los ojos—.

— ¿Qué? Es divertido molestarte. Además, jamás pensamos verte con una persona que no fuera nosotros o Jin, menos un hombre; eres más antisocial que una piedra —comentó Dylan, divertido—.

Jungkook solo volvió a revirar los ojos y comenzó a caminar con dirección a su primera clase, sus amigos lo siguieron entre risas.

— Además, Kook, las marcas en tu cuello dicen mucho —habló Sean—.

¡No finjas conmigo! [Taekook]Where stories live. Discover now