🎬Scene 29

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Los días, para él, siempre se habían sentido pesados, tensos. Vivir le pesaba, sin embargo, esas últimas semanas se había sentido más ligero. Quizás era porque su deuda ya estaba saldada y no tenía que preocuparse por aquel hombre apareciéndose en cada esquina. Sea como fuere, estaba tranquilo.

Las respiraciones agitadas hacían eco en aquel espacio cerrado y cuando la fuerte música se detuvo, Jungkook supo que el último día de práctica había llegado a su fin. Debía admitirlo, estaba feliz con el resultado.

El pelinegro se limpió el sudor de su rostro con una toalla mientras conversaba un poco con sus compañeros, estaba extenuado. Recogió su mochila y salió de la universidad tan pronto su profesor les dio permiso. De solo pensar en el largo viaje que tenía hasta su departamento, sentía como disminuía su buen humor.

Una inesperada idea cruzó por su cabeza en ese momento y le hizo sonreír. ¿Debería hacerlo? No quería ser molesto, pero le hacía cierta ilusión. Antes de que pudiera arrepentirse, tomó rumbo hacia el departamento de Taehyung.

El camino no era largo y sus ansias por llegar lo hicieron aún más corto. En cuanto estuvo frente al edificio, observó la lujosa fachada. Se encaminó a la entrada y saludó al portero antes de subir. Ya lo conocían de tantas veces que había ido. Tomó el ascensor y en cuestión de minutos estaba tocando la puerta del departamento de su mayor.

Cuando el escritor abrió la puerta, Jungkook no pudo evitar sonreír. La sorpresa en su rostro era casi cómica. El menor no lo culpaba, pues Jungkook rara vez tomaba ese tipo de iniciativas.

— Hola, Tae.

— ¿Jungkook? ¿Qué haces aquí? —preguntó con una sonrisa extendiéndose por su rostro—.

Justo cuando el bailarín iba a contestar, notó una cabellera rubia dentro del departamento del mayor.

— ¿Jimin-hyung?

— ¿Mmm? —Jimin giró la cabeza y cuando vio al bailarín, sonrió con emoción— ¡Kookie! —el rubio salió corriendo a abrazar al menor—.

— ¡Jimin-hyung, no! ¡Estoy sudado!

Taehyung sonrió ante la graciosa escena de Jimin intentando abrazar a Jungkook y este tratando de alejarse.

— ¿Desde cuándo ustedes se llevan tan bien? —preguntó Kim, curioso—.

— Cuando se quedó a dormir en mi apartamento, intercambiamos números de teléfono. Hemos estado mensajeándonos desde entonces.

— Exacto. Kookie es muy divertido, siempre se ríe de los memes que le envío, no como otra persona —Jimin miró de forma acusadora a Tae, quien solo negó con una sonrisa—.

— Como sea, ¿qué te trae por aquí, Kook? No es que me queje, es simple curiosidad.

— Terminé la práctica hace un rato, pero estoy demasiado cansado como para ir hasta mi hogar. Por eso decidí aprovechar y hacerte la visita —Jungkook sonrió y Tae le devolvió el gesto—.

— Adelante, entonces —el mayor se hizo a un lado y dejó pasar al bailarín—. Puedes tomar un baño si quieres, te puedo prestar ropa cómoda.

— Gracias, Tae, eso haré.

Cuando el pelinegro se retiró, Jimin no perdió el tiempo al comentar:

— Te tiene en la palma de su mano. Estoy casi seguro que veo corazones salir de tus ojos.

— No puedo negarlo y tampoco me molesta —contestó Tae con una sonrisa—.

Luego de tomar una ducha fresca, Jungkook se vistió con un pantalón de chándal y una camiseta que Kim le prestó. Se sentó junto a ambos mayores en la sala y compartieron un agradable rato conversando. Hacía meses que Jeon no se daba el tiempo de sentarse con un par de amigos y simplemente hablar. Se sentía relajado, tanto que casi cae dormido.

¡No finjas conmigo! [Taekook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora