39º

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Reconocí el lugar donde me encontraba nada más despertar, no había nadie, << ¿Qué ha pasado? >> fue lo primero que me vino a la cabeza, miré mi mano y entonces comencé a recordar todo, aun con la respiración entre cortada por la pesadilla, me bajé de la cama en la que me acompañaba Shadow, este me miró con sus enormes ojos, pero paré un segundo para abrazarlo y juntar su cuerpo contra mi nariz, esto era real, estaba bien. ¡Dios mío Caleb!, fue abrir la puerta de su cuarto y encontrar cuatro ojos pegados en mí.

-¡Selina! Ya despertaste, no tienes muy buen aspecto.

-¿Te crees que me importa ahora mismo eso? ¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?

-Dos días –respondió Rafael haciéndose el presente.

-¿Cómo está? –pregunté refiriéndome a Caleb, estaba en la cama con una venda cubriéndole el abdomen.

-Se pondrá bien, solo necesita descansar. Al ser un arma celestial no corre peligro.

Fui hasta él, tome su mano y la besé. Esto era mi culpa, otra vez, ya iban dos veces y no necesitaba ninguna más para darme cuenta que si seguía en este lugar acabaría haciendo daño a todo el mundo, y no quería ver el cementerio de mi pesadilla, me negaba.

-¿Entonces está bien? –repetí y el arcángel asintió, yo hice lo mismo.

Volví a la habitación y sin pensarlo tras cambiarme de ropa, saqué la maleta de debajo de la cama, la coloqué encima y metí en ella todo lo que había traído. La cerré y la dejé en una esquina de la habitación, la puerta se abrió y Mikkel entró, avistó la maleta y se dirigió hasta mi.

-¿Qué pretendes hacer?

-Esto me supera Mikkel, no puedo seguir viviendo aquí, necesito alejarme de todo esto, mi tía murió por mi culpa, a Caleb le han herido también por mí. No hago más que hacer daño a la gente que amo, voy a volver a Detroit. Y para añadir algo más, sé que Caleb me está ocultando algo y si me quedo, me volveré loca intentando que me cuente todo.

-¿Acaso te golpeaste la cabeza con algo? Caín sigue suelto.

-Prefiero que ataque cuando me encuentre yo sola a que estéis alguno de vosotros, no me voy a arriesgar. Es mi decisión, te guste o no.

-Y yo prefiero que lo haga cuando tengas a alguien protegiéndote.

-¿Tú llamas a eso protegerme? –señalé la pared de la habitación continua–No quiero estar aquí cuando despierte, así que o me haces el favor de llevarme o me voy ahora mismo al aeropuerto.

-No pienso meterme en esto, si Caleb se enterase...

-Tu mejor amigo está en una cama herido por una chica que no conoces de nada.

Puse el trasportín del gato sobre la cama, este se metió sin poner pegas, cerré la puerta y salí de la habitación con la maleta también. Pero antes de bajar las escaleras una mano me agarró.

-¿Lo dices en serio?

-¿Me ves cara de estar de broma?

-Maldita sea, vale, te llevaré. Pero mañana, antes tienes que explicárselo a los demás y hacérselo entender. Pero que sepas, no te apoyo con esta decisión

-Tampoco quiero que lo hagas –mi voz sonaba fría.

Acepté irme mañana, sabía que me llevaría, era cuestión de minutos que al verme con la maleta decidida a salir por la puerta del castillo accediera.

Todos sabían lo que había ocurrido y porqué Caleb estaba herido, no lo vi necesario el esconderlo, Mikkel sí, pero así era él, ocultando todo sin importar los sentimientos de las personas. Rafael decidió quedarse hasta que el ángel despertara.

Selina ©Where stories live. Discover now