Diario de David.

456 75 8
                                    

Hola, querido diario.

No, eso suena demasiado cursi.

Hola, ¿qué pasa?

No me acuerdo de demasiadas cosas. Solo de aquel autobús. De que quiero a Nana, de que todos no me dejan en paz últimamente. Son un incordio. Dicen que llevo nosecuántos días en coma. Chorradas. ¿No ven que estoy bien? Estoy harto de estar en este hospital. Me muero por un cigarrillo.

David.

Veamos, ya me han dejado salir de aquí. Ahora están obsesionadas (aún más) con que escriba todo lo que recuerdo. Dicen que puedo sufrir pérdidas de memoria. Mamá cada vez me deja más tiempo para estar solo, aunque ha cambiado mucho desde el hospital. No sé si este cambio me gusta. Aunque me hace sentir mejor, la verdad.

Querido cosa (porque no te mereces llamarte diario) que escribo cuando me apetece.

Han pasado ya cinco meses desde que no escribo aquí. El médico puso el grito en el cielo cuando se lo dije, pero, tras un concienzudo examen, dictaminó que estoy perfectamente. ¡Vaya novedad! De verdad, que no me lo esperaba para nada. Wow. Pues bueno, las cosas siguen igual que siempre. Nana es lo mejor. Aunque creía que nunca diría nunca esto, cada día la quiero más. No me imagino mi vida sin ella.

La adoro.

He decidido que solo voy a usar este cuaderno para escribir acontecimientos importantes: hoy he dejado de fumar. Para siempre, espero.

Vaya, sin darme cuenta, ha pasado ya un año. Ups.

Nico se ha hecho famoso. No famoso de verdad, obviamente, no sale en galas de premios de la MTV, ni cosas de esas, pero está forradísimo. Todo el mundo quiere comprar sus canciones para películas. Incluso ahora le han llamado de Hollywood, ¡de Hollywood! Ojalá lo consiga. Dice que nos llevaría a todos con él. Por fin tendría la vida de súper estrella que me merezco. Por cierto, ahora sale con un chico que toca el contrabajo. Es muy majo, pero la verdad, es un pesado. Aunque Nico parece feliz. Así que, qué más da.

Es Navidad, y Clara ha publicado un libro. De esos de autoayuda. Y he de ser sincero, es una pasada. Se está vendiendo muy bien. Nunca había pensado que Nana fuera de esas, pero en fin, ¡la gente nunca deja de sorprenderte! Ah, sí, Nana me ha regalado un cachorrito. Es un carlino, un pug de esos. Nunca creí que pudiera haber una cosa más cuqui que Nana, pero vaya, ese perro me tiene enamorado. Aunque más enamorado estoy de ella por regalármelo. Madre mía, con los años me estoy volviendo más ñoño. Necesito ayuda urgente.

Te escribo desde Hollywood. Sí, al final Nico escribió la canción. Y no solo eso, después de eso, escribió una detrás de otro. Llevamos aquí una semana, en un apartamento que ha alquilado. Me han dicho que tengo el perfil de una estrella de cine: prepotente, con más amor por mí mismo que por los demás. No entiendo por qué lo dicen.

He decidido que quiero ir a la universidad. Sí. Quiero estudiar medicina. Es algo que nunca se me habría ocurrido, la verdad. Pero quiero ayudar a la gente. Después de que me contaran lo que me pasó hace años ya, en el hospital, estoy convencido de que los milagros existen. Y quiero que sea yo el que haga que pasen. No sé. Me hace ilusión. Además, ¡estoy harto de depender de Nana y de mi madre para comprar cualquier cosa! Según dicen, a ellas no les importa, pero yo no estoy tan seguro. Ah, sí, es que ahora Nana es  agente de Clara. Clara no es tan superfamosa como David (que por cierto, ahora está casado con aquel chico del contrabajo), pero puede vivir de lo que escribe. Según dice ella "está viviendo un sueño". Si ella lo dice, por algo será. En fin.

David es el tío más guapo que he conocido en mi vida. ERES UN CABRÓN.

Me acabo de graduar. Estos años han pasado sin que me dé apenas cuenta. Madre mía. Y tengo una oferta de trabajo. Madre mía otra vez. Voy a curar gentes, salvar vida y todas esas cosas. Voy a ser uno de esos cirujanos buenorros, como los que salen en Anatomía de Grey. Ahora que lo he escrito suena menos gracioso. Bueno, a Nana le ha hecho gracia. O eso me ha dicho.

Creo que voy a quemar este cuaderno, en serio. Cada vez que leo las primeras cosas que escribí, me dan ganas de darme un puñetazo. ¿Cómo podía ser tan estúpido? Ahora estamos en una firma de libros de Clara. Nana está que no para, pero parece muy contenta. Y yo, bueno, a mí me han ascendido. Ah, sí, Nana y yo compramos una casa hace un mes. Mi madre lloró cuando nos fuimos. Es gracioso cómo cambian las cosas.

A veces parece que todavía tenemos dieciséis años. Cuando nos juntamos los cuatro, las cosas vuelven a ser como eran antes. Las mismas bromas, las mismas risas... No sé. Es reconfortante. Es agradable saber, que, a pesar de todas las cosas que nos han pasado, siempre habrá algo que no cambie. Gracias a ellos, soy la persona que soy hoy. Hay pocas cosas que tengo claras en esta vida, pero una de ellas, es que siempre estaremos juntos.

El club de las sonrisas rotas, siempre estará junto. Siempre.

El club de las sonrisas rotas.Where stories live. Discover now