ʙ ʟ ᴜ ɴ ᴛ [Kang Taehyun]

스물 20

—¿Terry?—

—¿Dónde estás?—

—En el observatorio, ya sabes hoy es la noche estelar. Te estoy esperando—

—Necesito hablar contigo de algo...algo importante— dijo con timidez.

—Oh, está bien— caminé hacia un lugar donde no haya gente.

—Espérame ahí, no te muevas— Terry colgó, causando una sorpresa en mí.

Tiene algo que decirme...debe ser algo importante...y si...no, no...no creo. Pero se oía nervioso, tal vez sí. Ahh, ¿Qué hago? Mi ropa está arrugada y de seguro mi maquillaje está feo. Necesito arreglarme.

Después de todo, hoy sería el día. No creí que llegaría tan rápido...soy patético no puedo contener mis nervios.

Tomé un saco del perchero y salí de casa. Mi papá no debió notar cuando salí. Era hoy o nunca.

El taxi me dejó fuera del observatorio, estaba oscuro mientras todos observaban con admiración el show de estrellas que se mostraba en la pantalla.

—Alumnos, en cinco minutos pasará el cometa, por favor no se muevan de sus sitios—

En un lugar tan oscuro era casi imposible ver a Shin.

Llamé varias veces a su teléfono y no contestaba.

¿Dónde diablos estás Shin?

—Taehyun, viniste— dijo mi primo quien se apareció por detrás con una bolsa de palomitas.

—Hola Soobin. ¿Viste a Shin?—

—La vi entrar al baño hace un rato— metió un puñado de palomitas a su boca. —Oh, el cometa va a pasar pronto, será mejor que te sientes— Soobin se sentó junto a sus amigos.

—No tengo tiempo, necesito ver a Shin—

Llamé unas cuantas veces más, ella no contestaba. Caminé por todo el anfiteatro y solo encontraba a alumnos riendo y tomando fotos. Subí los escalones y la ví al otro extremo.

Ella brillaba, su belleza era indescriptible. Su largo cabello, su delicado rostro, sus facciones muy proporcionales. Su tez clara, sus mejillas levemente rosadas, sus labios pequeños, su suave y brillante piel.

¿Hice algo en mi vida pasada para merecer a tan bella persona?

No solo era su físico, era su esencia. Ella era como el calor en medio del frío, como la paz en medio de una tormenta. Aunque su personalidad sea molesta a veces, aunque a veces me saque de mis casillas; ella siempre estuvo ahí, a pesar de mis malos tratos, a pesar de todas las cosas malas que le he hecho. Shin nunca me ha dejado solo.

La castaña se acercaba más y más, podía jurar que ella brillaba más que las estrellas de aquella pantalla. A tan solo unos centímetros de mí, pude oler su perfume. Como amaba ese olor, era mi favorito.

El techo del observatorio se abrió y el profesor Kim empezó a contar.

—Uno, dos tres—

Ver aquel astro celeste empezar su recorrido era mágico. Miré de reojo a Shin quien miraba con asombro aquel cometa.

Solo iba a durar 1 minuto. Todo el auditorio hizo silencio...

—Te amo—