ʙ ʟ ᴜ ɴ ᴛ [Kang Taehyun]

스물셋 23

Mi cumpleaños número 18  llegó, tan pronto me convertí en mayor de edad, decidí mudarme con mi madre.
Estaba cansado de mi progenitor y sus amenazas. No viviría más con él. No soportaría más sus limitaciones.

Los primeros meses fueron raros, acostumbrarte a vivir con alguien que no ha estado por varios años, se sentía como vivir con un extraño.

Mamá cocinaba para mí, e intentó hacer las labores del hogar. Nuestra ahora casa era muy pintoresca, y agradable.
Mamá y yo hemos recuperado los momentos perdidos, cada vez la quiero más y más. No quiero volver a separarme de ella.

La universidad ocupaba la mayor parte de mi tiempo y consumía casi todas mis neuronas. Pero aún así no dejaba de pensar en Shin. ¿Qué estaría haciendo? ¿Estará bien? eran preguntas que frecuentemente pasaban por mi mente. La extrañaba sin duda alguna, ahora mismo la buscaría si no le hubiera hecho cosas tan horribles. Ni siquiera yo me perdonaría. Sentía mucha vergüenza como para hablarle.

Te extraño todos los días Shin.

Los meses pasaron tan rápido, anhelaba con todo mi ser que ella vuelva pronto. Quería aunque sea verla una vez más.

—Terry...— dijo mi mamá con lágrimas en los ojos.

—¿Qué pasó?—

Mi madre me mostró la pantalla de su teléfono. Era un mensaje, un mensaje anunciando que la señora Shin, la abuela de mi Shin había fallecido.
Mi madre empezó a llorar desconsoladamente en mi hombro.

¿Cómo se sentirá Shin?

Después de calmar a mi madre, busqué mi teléfono por toda mi habitación. Marqué al número de Shin, pero este no contestaba.

El número al que usted ha llamado ya no existe.

Necesitaba saber si ella estaba bien, si se encontraba en Corea por lo menos. Nada, nadie sabía de ella.

Acompañé a mi madre al velatorio de la señora, muchas personas al igual que nosotros vestían de negro. Mamá y yo fuimos a darle nuestras condolencias a la familia. Los padres de Shin yacían realmente tristes. Mi castaña estaba volando hacia Corea.

Entre todas las personas pude divisar a mi primo, Soobin lucía un traje negro, junto a una corbata y una camisa blanca. Se encontraba con los señores Shin conversando, se le veía muy serio.

Mientras le llevaba agua a mi madre ví a una chica de cabello cobrizo entrar desesperada a dónde se velaban los restos de la señora.

¿Acaso podía ser ella?

Dejé el vaso en la mesa y caminé tras de aquella chica.

Verla de rodillas en suelo, llorando a mares me partió el corazón. Su largo cabello se movía de un lado a otro mientras su padre le limpiaba las lágrimas. 

Luego de unos minutos ella se puso en pie, y se acercó más a donde estaba la foto de la anciana. Vi como con su dedo intentaba acariciar el rostro de aquella foto. Era una escena muy desgarradora, no me podía imaginar como debe estar sintiéndose.
Soobin se acercó a ella y acarició su espalda. Ella se lanzó a los brazos de mi primo y empezó a sollozar. Su nariz lucía roja, de la misma forma sus ojos. Soobin la abrazaba con amor y acariciaba suavemente su cobriza cabellera.

No llores más por favor, no rompas mi corazón de esa manera.