ʙ ʟ ᴜ ɴ ᴛ [Kang Taehyun]

네 4

—Me gustas—

—Te dije que no va a funcionar, no me gustas—

—Tenía que intentarlo—

Tal vez unas cuantas veces más y ya.

°

No sé como llegamos a parar aquí, Shin está por ser golpeada por un punk. A veces me pregunto porque le gusta entrometerse en vidas ajenas, de todas formas iba a llegar la policía pronto y ellos se encargarían de aquel chico que estaba siendo golpeado.

Pero, vaya, creo que le gustan los problemas. Supongo que debo meterme antes que esta frágil y singular chica termine con la cara morada.

Que molesta eres.

Antes de que el punk de el golpe, empujé a Shin lejos y lancé un puñetazo en la cara del acosador dejándolo algo inconsciente. Mis nudillos sangraban, la cara de este era muy áspera. Tan pronto ví que estaba recuperándose, tomé de la mano a Shin quien se encontraba en el piso y salimos corriendo, como si nuestra vida dependiera de ello. No sé cuantas cuadras nos persiguió ese soquete, pero logramos escondernos en un callejón oscuro. Shin cayó exhausta al suelo al igual que yo, tomamos profundas bocanadas de aire hasta recuperar nuestra respiración normal.

—Gracias Taehyunnie— se lanzó sobre mí, intentando abrazarme.

—Aléjate— retrocedí, para luego ponerme en pie. La chica seguía en el suelo —¿Por qué no te levantas?—

—Me duelen las rodillas, cuando me empujaste me raspé— la chica soplaba en las heridas.

—Eso no es nada, mira mis nudillos— le mostré mis heridas.

—Al menos tú puedes caminar— la chica lucía adolorida, y es que las heridas no eran tan graves, pero ella es completamente una exagerada.

Pasaron 15 minutos, y ella logró ponerse en pie, y con lágrimas en sus ojos y entre sollozos intentaba caminar. Parecía pingüino. Mientras que yo caminaba adelante.

—Yaa, Terry. Espera, que no ves que duele—

Tu solo sigue, Taehyun.

—¿Kang Taehyun, quieres esperarme?—

—No quiero— en tan solo 10 minutos habíamos avanzado una cuadra, en un rato debía encontrarme con Yeji. Caminé en reversa hasta llegar a la castaña.

No puedo creer lo que estoy apunto de hacer.

—Súbete— la chica tenía cara de confundida. —Que te subas a mi espalda, tonta—

—Oh, está bien— me agaché e inmediatamente ella subió a mi espalda. Lo bueno es que era ligera como una pluma.

—Yaa, Terry. Esto es muy agradable— la chica hablaba muy cerca a mi oído, haciendo que mi cuerpo se estremezca.

—Cállate— respondí.

—No quiero— cada vez el ambiente era más incómodo para mí, ella cantaba a mi oído y jugaba con mi cabello.

¿Cómo le digo que se detenga?

—Sabes, a esto se le llama abrazo de princesa— la chica me abrazó delicadamente, y pudo su cabeza en mi hombro. —Gracias, Terry— su perfume inundaba mis fosas nasales, era un olor indescriptible, no era ni muy dulce ni muy cítrico, era el equilibrio perfecto.

—Esto no significa nada para mí, así que no te ilusiones—

—Hope is the last thing I lose— su perfecta pronunciación, erizó mi piel.