15- ¡Protégeme!

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El viaje del insti a casa en el coche de Cam lo hicimos en completo silencio. La sonrisa que él lleva en el rostro me intimida mogollón.

¿Por qué cojones está sonriendo si lleva todo el día con una cara larga que no puede ni con ella? Lo dicho, este chico es un bipolar de cojones.

Mete el coche en el garaje de su casa y me bajo torpemente gracias al par de muletas que tengo que estar cargando durante dos semanas. Salgo por la puerta con muchísima dificultad y Cameron me ayuda.

Gina entra por la puerta que une el garaje y la casa y me mira sorprendida.

-¿Qué te ha pasado, nena? -dice maternalmente.-

-Ayer tuve un accidente en la bolera -digo.-Resbalé y me torcí el tobillo.

-Pues ten más cuidado hija -dice riéndose.-Que no te mates tan joven. ¿Te quedas a comer?

-Claro -digo, una invitación a comer no se puede rechazar.-

-Pues entrad en casa -dice girándose.-

Me giro hacia Cameron y veo que tiene una expresión de desconcierto en su cara. No tengo ni idea de por qué... ¡No le he dicho a su madre que es su culpa!

-No soy tan idiota como para meterte en problemas con tu madre -susurro.-Así que quita esa cara y entremos. La comida nos espera.

Cameron solo asiente con la cabeza y entra después que yo. Deja mi mochila en la entrada de la casa y nos vamos al comedor dónde nos espera su hermana y sus padres para comer.

Me asombro al ver que todos lo están esperando para comer y me siento en el hueco libre que hay al lado de Cam.

-¿Qué tal el día, cariño? -dice Gina.-

Y ahí empieza la charla que yo me ahorro todos los días al no tener que comer con mis padres. En verdad agradezco no tener que decir todos los días lo mucho que odio a los profesores o la de deberes que ponen.

-¿Y tú qué tal, _____? -me pregunta.-

-Ahí, ahí -contesto con la boca llena de patatas.-

-¿Y eso? -dice.-

-Cuando nos tocaba Educación Física he llegado tarde -explico.-Y ha sido porque no sé manejar las muletas, pero al profe le ha dado igual.

-No ha sido así -dice Cam.-

-¿Entonces? -pregunta Gina mirándonos a uno y a otro.-

Fulmino a Cameron con la mirada mientras él explica que le he contestado al profesor y, cuando termina de contar lo que en verdad pasó, le meto una colleja digna de mención.

-Mi historia era mucho más bonita -digo volviendo a comer.-Además, con mi historia me libraba de un regaño.

-Te aguantas -dice sacándome la lengua.-

-Encima que me estabas empezando a caer bien -digo bebiendo.-Ahora te vuelvo a odiar.

Cameron aparta la mirada de mi como si le hubiese dolido que le haya dicho eso. En este momento me siento la peor persona del mundo y solamente quiero abrazarlo hasta que me perdone por haber echo el tonto.

Todos se levantan de la mesa para recogerla, ya que hemos terminado de comer. Cojo mi plato y Cam me lo arrebata.

-Quédate sentada o vé al salón -dice.-Ya recojo lo tuyo por ti.

Me voy al salón tal y como él ha sugerido y saco mi móvil. Miro la pantalla y me pongo tan blanca como la pared. Cuando Cam me ve se asusta.

-¡¿Qué pasa _____?! -pregunta preocupado.-

Le enseño el móvil y ve que tengo catorce llamadas perdidas de mi madre. Empieza a reírse a carcajadas, pero para cuando lo asesino con la mirada.

-Voy a llamarla -digo.-

Marco su número y espero a que me conteste.

-¡_____ FAITH EVANS JONES! -grita mamá.-¡¿Se puede saber dónde estás?!

-Mamá, tranquila -digo.-Estoy en casa de los Dallas.

-Pues espera allí que ya voy -amenaza y cuelga.-

Miro a Cameron que me mira con expresión divertida. En ese momento suena la puerta y me tiemblan las piernas. Salto al regazo de Cameron y él me coge.

-¡Protégeme!

Mi Odioso Vecino (Cameron Dallas y tú)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant