Cameron y yo nos sentamos en mi cama para que yo me tranquilice. El hablar de mi hermano me ha puesto sentimental, y si contamos que estoy con la regla peor todavía.
Nos quedamos así durante media hora o algo por el estilo y luego nos estuvimos mirando frente a frente. No sabía de lo que quería hablar, así que no podía empezar a hablar de ello con él.
-Tenemos que hablar -dice finalmente Cameron.-
-Hablemos -digo mirándolo.-
Si de lo que tenemos que hablar es muy serio, en la postura en la que estamos no es muy apropiado. Estoy sentada encima suya y él me está abrazando desde atrás, postura perfecta para una conversación seria.
Me intento bajar de su regazo pero lo único que consigo es que él apriete más su agarre sobre mí. ¿En serio quiere que hablemos así? Ni de coña, chato. Me bajo a regañadientes, ya que por mí me habría quedado ahí cómodamente, y me siento a su lado.
-¿De qué quieres hablar? -pregunto mirándolo a los ojos.-
-¿Por qué me dijiste que no? -dice sin mirarme.-¿Tenías ya una cita con los gemelos?
¿Pero de qué está hablando? ¡Nunca tendría una cita con los gemelos! ¡Y menos con los dos! Son como mis hermanos.
-No he tenido una cita con ellos, ni pienso tenerla -le explico.-Son como mis hermanos.
-¿Entonces por qué te fuistes con ellos y conmigo no? -pregunta mirándome a los ojos.-
Me revuelvo incómoda en mi sitio y no sé qué contestarle.
''Es muy sencillo.''
''-Venga. Si es tan sencillo, dímelo.''
''Le tienes que decir: Cam, me estoy enamorando de ti y por eso no quiero quedar contigo.''
Y como si de una explosión se tratase, la cruda realidad me golpea y me doy una paliza mental a ver si le hago daño a miniyo por hacerme ver lo que no quería. Me he enamorado de Cameron Dallas, un irremediable idiota.
-Yo... Esto... -balbuceo, las palabras no me salen.-
-¿Tú? -me alienta a seguir la frase.-
-Yo... -digo mirando detrás suya.-¡Oh, Dios! ¡Una araña! ¡Mátala!
Me levanto de la cama de un salto y me subo en la silla de mi escritorio. Le tengo pánico a las arañas, son unos bichitos repulsivos.
-¿Dónde? -pregunta cogiendo mi zapatilla.-
-¡En la pared, detrás tuya! -grito descontrolada.-
Cameron aplasta al bichito con mi zapatilla y yo escondo mi cabeza entre mis rodillas. Esta es una de las peores experiencias que puedo tener, encontrarme una araña en mi cuarto.
Si no llega a ser por Cam, ya me hubiese hasta mudado de casa con tal de no tener que ver a la araña tonta.
Cam se acerca a mí, me doy cuenta por sus pasos, y yo levanto la cabeza un poco para mirarlo. Nuestras miradas se conectan y me doy cuenta de que lo que dicen sobre las mariposas en el estómago es mentira. Es como si miles de unicornios te pincharan con el cuerno.
Cameron se acerca cada vez más a mi, hasta el punto en el que nuestras narices se rozan y ambos cerramos los ojos para disfrutar de ese toque mínimo. Esta cercanía se siente bien, pero que muy bien.
Él pone sus manos a ambos lados de mi cara y yo abro los ojos para mirarlo. Él sigue con los suyos cerrados y una sonrisa estúpida se extiende por mi cara. Creo que de los dos, la más idiotizada ahora mismo soy yo.
Cam se va acercando poco a poco y cuando nuestras bocas se están rozando se detiene y abre los ojos para mirarme.
-Dime que pare, _____ -dice suavemente.-Dime que me aleje de ti en este instante y no volveré a molestarte más.
Antes de que pueda decir alguna que otra gilipollez lo beso. Un beso de esos que se esperan, de los que se necesitan, de los que te unen a otra persona. Es ''el beso''.
Los labios de Cameron se mueven gentiles sobre los míos y una sensación acogedora se instala en los más hondo de mi mente. El beso empieza suave, pero a medida que se alarga se va haciendo más intenso.
Ambos nos separamos en busca de aire mientras nuestras respiraciones son agitadas. ¡Eso ha sido un buen beso! Miro sus labios y veo que están rojizos e hinchados por la intensidad del beso. Me gusta.
Él sonríe, yo sonrío. Somo dos idiotas sonriendo.
''Pero dos idiotas enamorados.''
