DAISIES | Jenlisa [BORRADOR]

XLIX. "Decirle a Jennie"

Todas estábamos reunidas alrededor de la mesa de la sala de estar esperando  que Jennie diera señales de vida o se dispusiera a bajar de su habitación. Pero no, las horas pasaban y yo me sumia más y más en mis pensamientos, intentando unir los puntos de cómo la relación de mi mejor amiga y Lalisa terminó en el desastre de lágrimas que era Jennie en estos momento.

Nunca la había visto tan mal. De hecho, nunca había visto a Jennie mal. Siempre, aunque la vida le estuviese jugando la peor jugada de su vida, ella estaba ahí, calmada, fingiendo que no le afectaba. Y eso, me aterraba por completo.

¿Cómo alguien era capaz de fingir estar bien cuando en realidad no lo estaba? En mi caso, la más mínima cosa que removiera mi corazón me hacía quebrarme y querer contarle a mis amigas sobre ello. Pero Jennie... Jennie era diferente, siempre callaba lo que pasaba con ella y su corazón. Eso sí, la chica era explosiva, podía gritar, romper y destruir todo a su paso cuando algo le molestaba, pero esta vez no lo hizo. Sólo sollozó y se ahogó en los hipidos que salían de su boca. Aterrandome con la idea que estuviera ahogada por ellos y por el remordimiento de no haber roto los huesos de Lisa o algo relacionado con ella. Como su cabeza... O su nariz... Dios, jennie era una psicópata.

El sonido de la puerta y un par de pasos me sacó de mis profundos pensamientos.

—Chicas —alcé mi mirada—, acabo de llamar a Lisa —era Jisoo.

Ella dejó su bolso al lado de los demás y se acercó con cierta timidez a la sala de estar. Detrás de ella venían Sana y mi novia.

—¿Qué te dijo? —Seulgi preguntó tomando su mano, dejando un pequeño beso en ella para luego fundirse en un cálido abrazo. Eran de esos abrazos tan reconfortantes que sólo tú ser amado podría darte.

—Que iría a casa.

—Chicas realmente no me siento cómoda hablando con ustedes porque son las amigas de la chica que acaba de romperle el corazón a mi mejor amiga —murmuré capturando la atención de todas.

—¿Que Lisa hizo qué? —Sana exclamó apartando a Jisoo y Seulgi de su camino. Al parecer pocas estaban enteradas del asunto.

—¿Qué? ¿Cuándo? ¿Dónde? —preguntó Joy, apartando a la pareja que seguía abrazada.

—Jisoo no nos dijo absolutamente nada de esto —Sana protestó.

Seulgi se apartó de Jisoo.

—Yo tampoco entiendo, pensé que todo estaba bien entre ellas y que Jennie sólo estaba bromeando —me miró en total confusión.

Suspiré llevando mis manos hasta mi frente. Seulgi a veces podía ser bastante lenta.

—Jen ha estado todo el día en su habitación, ni si quiera he conseguido que hable conmigo —escuché unos pasos a mi alrededor y lo siguiente que sentí fue una ola de calor recorriendo mi columna vertebral. Lo supe de inmediato. Era Jisoo acariciando mi espalda.

—¿Ella está bien?

—No, intentó lo mejor de sí misma para no llorar pero cuando me acerqué a su habitación pude escuchar sus sollozos.

Jisoo suspiró y apartó su mano de mi espalda comenzando a frotar una de sus piernas de manera nerviosa.

—No puedo más con esto. ¡Mis dos amigas están sufriendo y es injusto! —exclamó con desesperación.

—Unnie, Lisa fue la que rompió con Jennie.

—Lo sé, pero ustedes tienen que saber que ella tiene una razón válida.

Joy se sentó entre nosotras y rodeó su brazo alrededor de mi cintura.

—¿Y cuál es esa? —indagó.