XXXVIII. "Ella me hace feliz"

16.3K 1.3K 706
                                    

Las yemas de sus dedos se deslizaban lentamente por mi columna hasta llegar a mis caderas. Se detenían ahí, dibujando trazos sin forma o perfectos círculos que hacían erizar mi piel. Ese era su recorrido, lo hacía siempre después de hacer el amor o cuando descansabamos. Me encantaba porque sus ojitos se cerraban y yo, por obligación, tenía que hacerla volver a pequeños besos.

Y así estábamos. Yo embelasada mirándola mientras ella mantenía sus ojitos cerrados y su respiración calmada disfrutando de la música que emitía nuestra playlist. Las yemas de sus dedos no dejaban de recorrer mi espalda y mi cuerpo no dejaba de reaccionar ante sus delicados y amorosos roces. Suspiré dejando un suave beso en la comisura de sus labios y una sonrisa decoró su boca.

—Tenemos que bajar —susurró en un suspiro.

Asentí de mala gana y me acurruqué en mi lugar favorito; el pequeño hueco que se formaba entre su cuello y clavícula.

—Te quiero —le susurré dejando pequeños besos en su piel. Ella rodeó sus brazos alrededor de mi cintura apegándome más a su desnudo cuerpo.

—También te quiero —me susurró con su suave y calmada voz.

Dejé salir una tonta risa y llené de besos su largo cuello, mentón, mejillas y descansé mis labios sobre su barbilla mientras recorría con mis dedos sus suaves y rellenas mejillas. Me aparté y le sonreí, se veía tan hermosa con sus ojos somnolientos y su pelo desordenado. Era tan linda que me daban ganas de llorar.

—Eres tan linda —dijimos al unísono y estallamos en un carcajada. Varias veces decíamos lo que la otra pensaba en voz alta, era como una extraña telepatía.

¿Aquello podía confirmar que Lisa era el amor de mi vida y yo el de ella? Los años lo dirían.

Me aparté de su cuerpo y fui hasta el armario buscando ropa cómoda para prestarle a Lisa. Le lancé un hoodie el cual me quedaba gigante junto con unos sweatpants e “inconscientemente” busqué alguna prenda que combinara con la ropa que Lisa llevaría. Sí, amaba combinar nuestras ropas. Aunque rara vez mi no-novia se dejaba.

—Iré a hablar con Irene, te espero abajo
—dije al terminar de vestirme y me acerqué a Lisa quien batallaba con el hoodie que le presté. Dejé salir una suave risa al ver lo adorable que se veía.
La ayudé a deslizarlo por su cuerpo y cuando cabeza apareció por el cuello del hoodie, reí con ternura.

Peiné con cuidado su flequillo y bajé mi mano por el contorno de su rostro hasta llegar a su mentón y lo incliné. Ella me quedó mirando con sus atentos y grandes ojos, no pude evitarlo, me acerqué a ella comenzado un juguetón roce de labios haciendo que perdiera la paciencia. Me tomó de las caderas y me acercó a ella.

Incliné mi cabeza, dejando caer mi cabello hacia un lado y me senté sobre su regazo, suspiré al sentir sus manos sostenerme por debajo de mi camiseta y no tardé en juntar mis labios con los de ella. Mis manos descendían por su cuello hasta llegar a sus hombros los cuales apreté. Odiaba que mi cuerpo reaccionara con tanta facilidad ante sus besos y tacto.

—Nos vemos abajo —le susurré antes de empujarla por los hombros y pararme de sus piernas. Lisa me miró con una media sonrisa mientras quitaba de la comisura de sus labios mi bálsamo labial.

—Todavía tienes tus mejillas sonrojada, deberían de esperar un poco más.

—Lalisa Manoban, no caeré en tus juegos —me crucé de brazos apoyándome contra el marco de la puerta viendo como se paraba y subía lentamente mis sweetpants por sus largas piernas. Suspiré y le lancé un pequeño beso antes de cerrar la puerta.

Y al igual que la puerta, mis ojos se cerraron al escuchar a Seulgi.

—¿Por qué no me avisaron? ¡Dios, no puedo creer que me lo perdí!

DAISIES | Jenlisa [BORRADOR] Where stories live. Discover now