XIX. "Confía en mí"

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Como era de costumbre nuestra cena fue totalmente dinámica. Jugábamos, reíamos y contábamos historias de nuestro pasado o lo que habíamos hecho durante nuestro día, también le conté algunos de mis mayores miedos y ella los suyos. Creo que había llegado al punto de conocerla tanto que si alguien de la nada me dijera que describiera a mi no-novia en cuatro palabras yo diría sin pensarlo dos veces:

—Amarillo, gatos, luna y estrellas.

—Puede ser una buena descripción —susurró recostada sobre mi pecho, mirando Nemo por quinta vez en la semana. Acaricié suavemente su cabello y sonreí de lado al ver como sus ojos comenzaban a cerrarse lentamente—. La usaré como descripción en Twitter.

¿Cómo habíamos terminado en su loft en Seúl? Bueno, todo pasó de un “ya sé que comimos pero conozco una excelente cafetería en Seúl, ¿quieres ir?” a un “¿vamos a mi loft?”

Gracias a eso aproveché la noche para tomar fotografías de ella, nosotras y la bonita vista que tenía su loft.

—¿Vas a seguir con tus fotografías o quieres dormir? —susurró al verme sostener mi cámara entre mis manos.

—¿Tienes sueño? —negó con su cabeza y se sumergió entre mis pechos soltando un bostezo— ¿Podemos ir a tu habitación? —pregunté.

Ella inmediatamente se paró del sofá-cama y tomó mi mano, sin dudarlo o pensarlo, la seguí. Sabiendo perfectamente que iba a un bucle sin fin de emociones.

Me senté a horcajadas sobre su pelvis y apunté el lente de la cámara en dirección a su trabajado abdomen, mentiría si dijera que durante los últimos cinco disparos el calor entre nosotras había aumentado cincuenta grados

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Me senté a horcajadas sobre su pelvis y apunté el lente de la cámara en dirección a su trabajado abdomen, mentiría si dijera que durante los últimos cinco disparos el calor entre nosotras había aumentado cincuenta grados. Y cómo no hacerlo, Lisa desprendía sensualidad por cada uno de sus poros.

—Tensalo —susurré forzando mi agarre a la cámara cuando sentí sus manos escabullirse por debajo de mi falda y tomar con firmeza mi trasero—, así...

¿Lo decía por el ángulo o por qué realmente me estaba comenzando a volver loca la forma en que masajeaba mi culo?

—¿Así? —susurró dándome una pequeña nalgada y dejé salir un callado gemido— Eres una sucia, no sabía que tenías ese tipo de kink —dijo de manera burlona y golpeé su hombro.

—Cállate y sube más tu blusa.

—¿Y si me la quitas? —una sonrisa se formó en su rostro.

—Eres tan inservible —dejé mi cámara a un lado y la tomé del escote de su blusa, dejando un tentador beso sobre sus labios antes de quitarla, dejando a la vista su bonito brasier blanco de encaje y pude sentir como el aire de la habitación comenzaba a disminuir.

—¿Te gusta? —aprovechó mi distracción y comenzó a besar mi cuello haciendo leves presiones con su caderas contra mí— Déjame verte, también necesito hacer un portafolio —reí al escucharla y ella también—. Confía en mí —susurró besando y mordiendo la sensible piel de mi cuello.

DAISIES | Jenlisa [BORRADOR] Where stories live. Discover now