"𝐩𝐚𝐥𝐚𝐛𝐫𝐚𝐬"

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PUSE DOS TAZAS EN LA MESA para luego traer la jarra de la cafetera sirviendo café.

- ¡Papá, se te va a hacer tarde!- Exclame alto para la planta de arriba donde estaba el poniéndose su uniforme para trabajar.

- ¡Ya bajo!- exclamo papá.

Puse tostadas en un canastito para pan y lo deje en la mesa, admire mi trabajo, no era una experta en la cocina pero al menos sabía hacer el pan dorado que a mi papá y a mí nos gustaba. No había tocino, huevos o algo así ya que a mi padre y a mí nos caía pesado en el estómago comer frito a la mañana.

- Blake, cielo, cuando salgas de la escuela no te olvides de comprar dentífrico, lo último que quedaba ya lo ocupe yo- me da una sonrisa apenada.

- ¿Lo exprimiste bien?- pregunté entrecerrando los ojos mientras me sentaba y mi papá hacia lo mismo.

- Si hija, hasta la última gota- admite tomando una tostada y poniéndole mermelada de fresa encima- ¿Cómo te va en la escuela?

- Muy bien la verdad, saque una B en mi trabajo de literatura- sonreí un poco falsa.

A ver, si me había sacado una B en lengua pero mi padre no se tenía que enterar aún de la D- en mi examen de matemáticas.

- Felicidades cielo, esa es mi hija- me sonríe un poco cansado.

- Ayer no pudimos hablar mucho, pero ¿Cómo te fue en el trabajo?- pregunte dándole un sorbo a mi café.

- Como se puede Blake, como se puede- responde dando un sorbo a su café también.

Nos quedamos en silencio unos momentos, un silencio cómodo que teníamos él y yo.

Mi papá trabajaba como cocinero de una cafetería del pueblo, todo el tiempo me recalca que el estudiar y el tener un certificado en esta vida lo vale todo, que por eso los estudios y la dedicatoria a estos lo vale en el futuro.

Mi mama murió de cáncer tiempo después de que yo nazca, específicamente a los tres años, no recuerdo nada de ella la verdad, pero tengo videos en casetera que mi mamá grababa cocinando para mi padre.

Según él, mamá amaba la repostería y que cada vez que el venia de un día cansado ella le preparaba algún postre riquísimo, se sentaban en la cocina y hablaban de su día.

Papá dice que soy igual que ella en físico, la personalidad la saque de él. Me hubiese gustado conocerla más tiempo, a veces necesitó con quien hablar de temas que con mi padre no puedo

- Ya tengo que irme, te veo después- me levantó dejando mi tasa en el lavado.

- Adiós cielo- me responde el aún desayunando.

Le doy un beso en la mejilla mientras voy a la puerta de la casa,  tomo mi abrigo y mochila del porta abrigos.

Abro la puerta y salgo sintiendo el frio de Forks colándose por mi cuerpo.

Estaba acostumbrada a eso ya que había vivido en Forks toda mi vida.

A diferencias de los demás yo no tenía auto así que comencé mi caminata diaria hacia la escuela.

En el camino pensé en lo que elegiría para comer a la tarde, sabía que las verduras estaban fuera de mi menú, pero algo dentro de mí me hacía pensarlo mejor, mire mi cuerpo y pensé si era bueno seguir comiendo tanta chatarra.

Yo no era "gorda", estaba bien para mi papá y mis amigos que no lo notaban pero yo estaba excedida de peso, tal vez cuatro o cinco kilos, tal vez el comer comida chatarra estaba afectando más eso, aun así estaba bien con mi peso.

Así que seguí pensando en que comer y al pensar en la cafetería me trajo el recuerdo de Edward.

Casi tropiezo hacia adelante al pensar en él. Es mi compañero de escuela desde hace dos años, se mudaron de Alaska él y toda su familia.

No soy una persona de muchas palabras, en realidad me frustra hablar con alguien por más de dos minutos. Así que el hablar con él siempre me resulta imposible, no importa cuánto él lo intente.

La primera vez que hablo conmigo fue dos días después de llegar, al día siguiente de haber llegado a la ciudad él había faltado, sus hermanos no y tenía la pesada sensación de que me miraban cuando me los encontraba en los pasillos y ni hablar de la cafetería.

Cuando Edward me hablo por primera vez todos mis músculos se relajaron y tuve que sostenerme de la mesa de biología para no caerme. Me pregunto mi nombre y lo único que pude hacer fue decir mi nombre en un murmullo, pero él lo había escuchado.

A diferencia de otras personas en vez de dejar de hablarme o solo ignorarme el siguió hablándome, y aunque solo le respondía con palabras cortas o a veces con asentimientos u negaciones solo con la cabeza el no dejaba de hablarme o de hacerme preguntas, jamás se sintió incomodo, cada vez que nos quedábamos en silencio era uno cómodo donde podía sentirme cómoda y a gusto con él.

Todo Edward me trasmitía paz.

A veces me lo encontraba mirándome en los pasillos o en la cafetería, siempre conectábamos miradas que luego yo rompía.

Pero solo eso, hablar en las clases o solo miradas, jamás me hablo fuera de los salones o intento sentarse conmigo en la cafetería.

Al llegar a las puertas de la escuela lo primero que vi fue a una chica, tal vez de mi edad bajando de una camioneta color naranja, la inspeccione de arriba a abajo y lo único que pude pensar fue que era nueva, ya que nunca la había visto por los pasillos o por el pueblo. Pero me pregunte porque rayos había llegado a mitad de año. La vi irse y me encogí de hombros para luego entrar a la escuela.

Busque mi casillero y lo abrí para sacar mis cosas.

- Hola Blake- saluda Ángela.

- Hola- murmure.

Comenzamos a caminar para ir a nuestra primera clase; historia. En el camino nos encontramos con Jessica.

- ¿Vieron a la chica nueva? Parece rara ¿no?- hablo rápido mientras tecleaba su celular.

- No la vi- admite Ángela mientras tomaba mi brazo adentrándonos al salón.

- Yo si- hable, ambas me miraron- estaba en el estacionamiento hace un rato.

- ¿Y cómo es ella?- pregunto Ángela.

- Es muy bonita- responde seca abriendo mi mochila y sacando mis útiles.

- ¿Es esa la repuesta a todo?- pregunta Jessica un poco tosca- siempre que te pedimos una descripción dices; "es bonito, es hermoso" ¿no puedes de decir algo más?- Jessica rueda los ojos- seguramente ni es tan bonita.

Un poco incomoda me encojo en mi asiento y solamente pienso;

"Jessica a veces debes ser menos perra"

Ojala pudiese decírselo pero los problemas que me traerían si lo llego a hacer ya me frustra y no le veo la necesidad de hacer un escándalo, así que solo cerré  la boca e intenté  apartar mis pensamientos.





Silent Love- Edward CullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora