Sasori

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El viento fresco anunciaba que la primavera estaba cerca. Los árboles que habían perdido sus hojas, poco a poco comenzaban a florecer. Y nunca me había sentido tan identificada con una estación.
Un nudo en el estómago se creaba en mi interior con cada paso que daba. Mientras más cerca estaba, más me arrepentía de las decisiones que había tomado. Pero no era del todo malo. Las experiencias, ya sean buenas o malas, me hacían crecer, y me enseñaban que la apariencia era solo eso, aparentar. Por qué el árbol más hermoso no era el más grande, si no el que se mantenía de pie.
Suspiré con pesar mientras me animaba a tocar la puerta de esa casa, a kilómetros de la universidad.

Un hombre de gran estatura, rostro duro y cuerpo fornido me miró de pies a cabeza, me revolví en mi interior. Cuando se hizo a un lado para dejarme entrar, sabía que ya no había marcha atrás.
A los minutos después bajó él. Aún adormilado. Sabía que la noche anterior había estado de fiesta con sus amigos, y quizás con cuanta guarra había ligado. Yo tampoco tenía el mejor rostro, desvelarme con Pain quizás fue mi mejor opción, por que después de eso, entendí, que yo no era la culpable, tampoco la víctima, solo un humano dejándose llevar por sus instintos.

Me miró algo confundido, pero me sonrió. Por qué no entendía la razón por la que yo estaba ahí.

— ¿Qué haces tan temprano aquí?

— Tenemos que hablar

Intenté serenar mi semblante, pero el temblor en mi cuerpo se hacía evidente. Estaba nerviosa y no podía ocultarlo.

Tomó mi mano y caminamos hasta su habitación. Se sentó en su cama mientras lo miraba desde la puerta. Analizaba sus gestos, su actuar, y me desesperaba ver ningún ápice de excitabilidad en él.

— ¿Y? — sentenció

Suspiré. Era el momento. Debía soltarlo todo sin darle vueltas al asunto. Me crucé de brazos y lo miré desafiante.

— Así que ¿Apostaste con tus amigos acerca de mi virginidad?

Se irguió sobre la cama, estaba desconcertado, quizás nunca esperó lo que se avecinaba.

— ¿Perdón?

Sonreí de soslayo — ¿Qué tan estúpida me crees, Sasori?

Me devolvió la sonrisa, cínica, sombría. Se levantó y se acercó a mi, acariciando mi mejilla.

— Cariño, no sé que cuentos te has inventado

Me alejé abruptamente de él. ¿Qué tanto me subestimaba? Y allí, fue que la rabia se apoderó de mí.

— Te escuché aquella vez — el rostro frío que fingí hace un rato, se tornó tétrico, como si todas las emociones que viví estos últimos días se condensaran en un odio tan profundo que nunca creí sentir. — ¿Apostaste con tus amigos? — Sentencié — Bien, por que yo aposté que podía tener a todo tu grupito comiendo de mi mano. Así que — sonreí — adivina quién gano. Y quién nunca fue virgen

Las facciones en su rostro eran indescifrables, una mezcla de repudio, dolor y asco. Su respiración se volvió pesada, y por primera vez, sentí miedo. Nunca dimensioné la reacción que tendría Sasori luego de escucharme. Siempre planeé el trayecto, pero no el final. Mi sudor se volvió frío mientras veía como se descontrolaba. Pateó la silla que se encontraba a su lado mientras la cólera abarcaba su interior.

— ¡Eres una zorra! ¡Cómo te atreves!

Se acercó agresivamente a mi. El temor que sentí movió mi cuerpo esquivando el puñetazo que aterrizó en la pared a mis espaldas. Solté un pequeño grito. Las rodillas me temblaban, pero no le iba a dar el gusto de volverme vulnerable a sus ojos.

— ¡¿Quién te crees que eres para levantarme la mano así?! ¡Estas enfermo! ¡Todo lo que hice fue por que te lo mereces!

Con cada palabra que salía de mi boca, podía sentir la rabia que emanaba de su ser. Su rostro se teñía tan rojo como su cabello. Se abalanzó sobre mí, tomando mis muñecas. Me lastimaba.

— ¡Podías simplemente cortar conmigo! ¿Así que te acostaste con todos? ¡Muéstrame lo que aprendiste!

Con una fuerza sobrehumana me lanzó sobre su cama, montándose sobre mi. Mi cuerpo no reaccionaba, el miedo me paralizaba los sentidos, solo quería huir de allí. ¿En qué me había metido? Mis acciones no fueron del todo correctas, pero sabía que no merecía estar en esa situación, menos lo que estaba por pasar. ¿Por qué se creía con el derecho de usurpar mi cuerpo solo para descargar la ira que sentía? Creo que jamás podría entender lo que desata el orgullo cuando lo lastiman.

Trataba de zafarme de él, pero la presión que ejercía sobre mi cuerpo me aprisionaba de tal forma que no tenía escapatoria.

— ¡Suéltame! ¡Todo lo que hice es por qué tu te lo buscaste! ¡Eres un maldito bastardo que solo me usaba!

— ¡Y bien que lo tienes merecido, Haruno!  ¿No te gustó follar con todos ellos? Ahora vas a aprender lo que ganas por traicionarme

— ¡No me acosté con ninguno! ¡Si solo fui un juego para ti no debiese importarte lo que hacía a tus espaldas!

— ¡Nunca me importaste! ¡Pero eso no significa que permita que se burlen de mí!

¿Quién se creía que era? Sasori me demostraba ser la personificación del machismo en todo su esplendor.
Quizás, obré mal, y después de todo lo que hice, lo entendía, por que la venganza nunca trae satisfacción personal, pero ya estaba hecho, y no fue solo de mi parte, todos cooperaron para tejer esta red de mentiras y traición, yo solo fui la cúspide de la pirámide.

Relajé mi cuerpo y lo miré al rostro.

— ¿Te duele en el orgullo que ni siquiera tus amigos te respeten? Desquítate con alguien más, por que a mi no me volverás a usar. — Acerqué mi boca a su oído — Pude haberme revolcado contigo desde el primer día, pero nunca me calenté por ti

Y allí estaba. La bomba había explotado.

A mi lado izquierdo, escuché como alguien aplaudía, irónico. Giré mi rostro, y estaba él, mirando la escena con gracia. La persona por la que pensé dejarlo todo, el hombre que me engatusó cada noche para caer en sus brazos, el que creía dueño de mi cuerpo, aquel por el que quise arriesgarlo todo. Él, el decano de mi universidad, quién me becó si accedía a acostarme con él, el hombre que manipuló mi mente de tal forma que creí amar. Madara.

— ¿Papá?

El rostro de Sasori estaba pálido, quizás por que siempre esperó recibir la aprobación de su padre, quién, desde que tenía memoria, lo miraba como un estorbo. Y lo veía allí, apunto de abusar a una indefensa mujer, sin pensar, que su linda novia, o sea, yo, me lo cogía desde hace un año.

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NdA: JAJAJA al fin apareció el hombre misterioso. Quiero decir, que siempre leo sus comentarios (aunque nunca los responda, soy lo peor). Cuando comencé a escribir, el amante secreto era Kakashi :( por qué obvio Kakasaku is my religion, PERO LO ADIVINARON EN SEGUIDA XD y tuve que cambiar toda la historia para no darles en el gusto y sea inesperado JAJAJA esto iba a tener un final muy lindo y romántico después de la venganza, ahora cambié de idea y ya solo queda un capítulo para terminar, pero les prometo que viene algo mejor, y mi bb Sakura al fin será feliz y amada.
Besoooos!

Femme fataleWhere stories live. Discover now