Deidara

5.5K 535 79
                                    

El sonido de la aguja me tenía los nervios de punta.
Desde que era una niña, tenía un miedo irracional a las inyecciones. ¿Y ahora? Trataba de llevar mi mente a otro lugar para no salir corriendo de allí.

Ahora si me estaba volviendo loca. No estaba ni un noventa por ciento segura de qué tan buena idea se había vuelto este plan. Estaba a medio segundo de tomar mi bolso, correr de allí y cortar con Sasori como lo hace la gente cuerda.
Pero la gruesa voz de Deidara me trajo de vuelta de mis cavilaciones, y mis traicioneros pies me llevaron directo a su silla.

— Vaya, vaya ¿Qué tenemos aquí? No sabía que a la tierna Sakura le gustaban este tipo de cosas

Una falsa sonrisa, cargada de inseguridad, apareció en mi rostro.

Deidara trabajaba en un estudio de tatuajes desde hace unos meses. Su conversación más común frente a sus amigos, era de cómo conseguía sexo a cambio de tatuar gratis a muchachitas pecaminosas. ¿Y quién no aceptaría esa oferta, viniendo de él? Su largo cabello rubio, ojos azules y una incontable cantidad de tatuajes repartidos por todo su cuerpo, le daban la imagen perfecta de fuckboy.

— Quise atreverme a hacer algo diferente

Me miró por el rabillo del ojo, mientras preparaba sus materiales.

— No pareces la clase de chica que lo haga por gusto, si no más bien para convencer a alguien de que no eres tan puritana como aparentas — sonrió — ¿O me equivoco?

Touché.

Siempre consideré la tinta como algo atractivo, hasta seductor. Pero en otras pieles, no en la mía. Estaba aterrada, tanto que podía sentir el sudor sobre mis manos.
Pero ya estaba allí, sería algo pequeño, indiscreto, tanto como lo que quería conseguir de él. Si en la siguiente hora podía convencerlo de conseguir gratis mi minúsculo tatuaje por unos cuantos besos, el dolor se volvería satisfactorio. Solo debía saber cómo entrar en su mente.

Me recosté sobre la camilla, como él me pidió, mientras levantaba mi camiseta y subía delicadamente mi brasier de encaje, lo cual fue una excelente elección, para que colocara el molde bajo uno de mis pechos.
Una delicada flor de cerezo me recordaría por el resto de mi vida lo perversa que podía llegar a ser.

— Comenzaré suavemente, si sientes mucho dolor, me avisas y me detengo ¿Si?

Apreté mis ojos con fuerza, desviando mi rostro, pensando que quizás así no sentiría dolor.

Una corriente eléctrica se apoderó de mi cuerpo. Podía aguantarlo. Cada cierto tiempo me preguntaba si me encontraba bien, a lo cual asentía.
Mi mirada ahora estaba perdida en él. En su rostro, en la pasión y dedicación que ponía a su trabajo. Recorrí sus brazos con mis ojos, no había espacio que no estuviera dibujado. Joder. Ahora entendía a las mujeres que caían a sus pies. Era malditamente sensual.
Sentí como mi respiración se volvía pesada, entre abrí suavemente mis labios, mientras leves jadeos salían de ellos.

— ¿Estás bien? — Detuvo la máquina — No me queda tanto

Lo miré desconcertada por mi inadecuada actitud de mujer lasciva.

— Sí. Creo que mi piel es muy sensible

Me sonrió mientras se preparaba para seguir.

¿Por qué me fijé en Sasori y no lo conocí primero a él? Aunque la verdad, si me hubiera emparejado con Deidara, me habría vuelto más desquiciada de lo que estoy.
La manera tan despectiva que tenía de hablar sobre las chicas con las que se encamaba, era algo que me hacía hervir la sangre. Muchas de ellas tuvieron sentimientos por él, y solo las utilizó durante una noche.
Sabía que si intentaba algo conmigo, jamás se lo diría sus amigos, yo no era como cualquiera de las niñas que se cogía, yo era la novia de su amigo, y la traición entre ellos era imperdonable. La misma que estaban comenzando a hacer a sus espaldas.
Recobré la compostura otra vez. Esta venganza sería por mí y por todas aquellas que cayeron en su juego de manipulación.

Femme fataleWhere stories live. Discover now