❁ Capítulo 19 ❁

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El siguiente capítulo será NSFW, por lo que, si no deseas leer esta parte, puedes saltarte al otro capítulo sin ningún problema. No habrá nada nuevo en este capítulo.

Entre besos, me mencionó que iba a ir por algo. Yo estaba esperando en la sala ansiosa de lo que vaya a traer. Tomé un mechón y lo hice para atrás para que no me estorbara.
En eso, llega Sonic, con un collar en la mano, parecía de mascota, pero no es así, en ella tiene atada una cuerda. Lo miré y tenía una sonrisa de oreja a oreja y con las cejas fruncidas. ¿Acaso le gusta ese tipo de juegos?

— Esta noche serás mi mascota, y tendrás que hacer todo lo que yo diga.— su voz cambió, y ahora era más grave.

Se acercó y comenzó a quitarme todo lo que traía puesto, y eso incluye mi ropa interior. Tomó el collar y me lo colocó. Estaba un poco nerviosa, además tenía mis mejillas ardiendo en calor y rojas.

— Tendrás que seguirme, y estarás atrás de mi. Y no caminarás, gatearás, como dije, eres mi mascota esta noche.— dijo jalando la cuerda explicando que debía seguirlo.

Comencé a gatear detrás de él, noto que él se estaba dirigiendo al cuarto que me causó un interés desde un principio. El cuarto de la puerta roja.

Tomó una llave y la abrió. Seguí gateando y al entrar, me doy cuenta que tiene toda clase de juguetes y otras herramientas que causan placer, y trajes. Estaba sorprendida, nunca había visto algo así.

— Nadie ha usado todo esto, has sido la única persona que ha entrado aquí. Eso significa que todo está limpio.— explicó mientras seguía caminando y yo lo seguía.

No podía creer que estuviera haciendo esto, pero en cierta parte me causaba placer hacerlo.

Solo me quitó la cuerda que estaba amarrada al collar. Me dio la orden de que tomara asiento en la cama. Él, sacó una cuerda de un closet. No sabía para qué era, y solo esperé a que me dijera lo que debía hacer.

— Acuéstate y extiende tus brazos y piernas a las orillas de la cama.

Lo hice y esperé. Comenzó a amarrar mis muñecas y mis piernas. No podía moverme en lo absoluto. Sus labios se dirigieron a mi cuello, besaba, lamía y mordía. Todo ese cosquilleo estaba en mi cuerpo completo, y no podía parar de gemir.
Sus labios bajaron más hasta mis pezones, lamía y succionaba, de vez en cuando mordía, y lo único que podía hacer era mover mi cabeza gimiendo de placer.
No paró sus acciones y cada vez bajaba más, hasta llegar a mi entrepierna. Esta vez, en el techo habían una clase de aros, me desamarró las piernas y las volvió a amarrar en esos aros, por lo que mis piernas se abrieron totalmente, dejando ver a simple vista mi entrepierna.

Sus dedos bajaron y comenzó a acariciar, iba de arriba a abajo, no paraba de hacerlo y sentía como vibraban mis piernas de placer. Sentí sus dedos entrar, sentí dos y sacaba y metía con lentitud, entre más pasaba el tiempo, la velocidad aumentaba y podía sentir mi punto máximo. Metió un dedo más y no aguanté más, solté ese orgasmo, y mis piernas vibraban.

— Eres demasiado sensible.

Se quitó todo lo que traía puesto, colocó un condón, sus dedos acariciaron mis piernas. Después su lengua fue quien tocaba mi entrepierna, continuaba con sus movimientos sin parar. Sin previo aviso, metió su entrepierna de golpe. Esta vez no dolía, sentí más placer que la primera vez. Comenzó a moverse y no podía parar de gemir y jadear. Yo misma me desconocía, pero era un placer intenso.
Se detuvo y colocó algo sobre mis ojos, pero su intención era que no viera, y además de eso, colocó un bozal sobre mi boca, por lo que no podía gemir como lo hice antes. Aún así, todo mi cuerpo temblaba, y me encantaba, todo vibra dentro de mi y no quería que parara.
La velocidad aumentaba, y solo escuchaba como la cama rechinaba un poco, y no era lo único que aumentaba, la fuerza también.

Ya no pude resistir más, y una vez más tuve un orgasmo. Solo podía hacer pocos ruidos con el bozal puesto.

Pensé que ya había terminado todo, pero me di cuenta que solo era el comeinzo.

Me colocó en "cuatro", y amarró mis manos en esos aros. Antes de eso, desamarró mis piernas. El bozal y la venda en mis ojos estaban aún en mi cuerpo, sus manos tocaban y apretaban mi trasero, no podía evitar hacer ruidos y excitarme más y más.

De nuevo, comenzó con las embestidas, mi mente estaba en blanco y me estaba perdiendo. Todo mi cuerpo temblaba, y era fascinante. Todo se repitió hasta correrme de nuevo, pero esta vez, sentí que un líquido expulsé. Esta vez, Sonic me explicó que no era orina, era solo líquido transparente y eso se le llama "squirt", que muchas mujeres alcanzan ese punto cuando están demasiado excitadas.

No paró, esta vez me quitó la venda y el bozal. Se acostó en la cama y me dijo que quedó un poco agotado, y era mi turno de hacerlo. Me encimé en él y comencé a moverme. Noté que le gustaba y me tomó de la cintura, mis caderas se movieron de arriba a abajo sin parar, y la velocidad aumentaba también.

Fue lo mismo que hace varios minutos, tuve otro orgasmo y sentí que mi cuerpo ya no podía, pero en ese momento, sabía que mi cuerpo ya le pertenecía a él y podía hacer lo que él quisiera con mi cuerpo.

Esta vez me pidió que me acostara en sus piernas, pero que mis glúteos quedaran a la vista. Lo obedecí y esperé a sus acciones. Manoseó primero, podía sentir como estiraba y hacía movimientos como si fuera una masa de donas. No sabía lo que me esperaba, y cuando lo sentí, no pude evitar gritar, había golpeado mi trasero con su mano. Continuó con eso y me ardía demasiado, pero lo disfrutaba mucho, después su mano no fue lo único, comenzó a usar varios objetos, como una regla de metal.

— Me di cuenta que eres sumisa mi niña.

— Si, soy su-sumisa.

Después sacó dos cosas que tenían forma de un aparto masculino, y deduje que eran vibradores.
De nuevo me colocó en "cuatro", y en ambos "hoyos" los introdujo. Me sorprendí y le rogué que en ese no, porque me daba pena, y además no se usa para placer. Solamente me ignoró y siguió introduciendo ambos vibradores. No dudaba que me causaba demasiado placer, y en ese momento, ya me había perdido. Era una completa mascota, gimiendo y gritando como una loca.

Me corrí.

Pensé que ya había terminado, y aún no. Aún había dosis de placer.

— Ya casi acabamos, pero hay que limpiar.

No entendí su referencia, y otra vez, sin previo aviso, lo metió a mi boca. Solo pude toser y mordí por accidente. Él se quejó y le pedí perdón por ello. Entonces ya sabía a que se refería con "limpiar".
Comencé a hacer lo que pidió, pero me di cuenta que ya no se había puesto un condón más. Claro, no puedo embarazarme por la boca.

Seguí sin parar, y sentí como se corría en mi boca. Gemí y me ordenó que no podía caer ni una sola gota. Lo tragué todo y jadeé exhausta.

— Mi cuerpo ya no puede más.— dije tirándome al piso con el cuerpo tembloroso.

— Es todo por hoy.— dijo.

Me levantó y me cargó, me llevó al baño para que me limpiara y no manchara nada.

Ambos nos dirigimos a la habitación y nos acostamos. Podía escuchar sus jadeos cerca de mi oído.

— Te amo.— susurró.

— Y yo a ti.

Me di cuenta que dormí con el collar, pero no me importó, estaba muy cansada.

Continuará

Capítulo 19

❁ 𝟱𝟬 𝐑𝐎𝐒𝐀𝐒 𝐃𝐄 𝐒𝐏𝐄𝐄𝐃 ❁Where stories live. Discover now