❁ Capítulo 3 ❁

1.1K 95 63
                                    

Sonreí nerviosa por el cumplido, realmente no supe que contestar y me quedé callada.
Abrió la puerta del carro y me dio la señal de que entrara.
Entré al auto y me senté, estaba demasiado nerviosa, hace tanto tiempo que no me invitan a una cita, mucho menos un hombre con bastante dinero.

Después él entró al auto y arrancó para llevarme a algún lugar de por aquí. La verdad no tenía un tema de conversación, solo veía por la ventana que tenía a lado.

— Y bien, solo sé tu nombre, cuéntame algo de ti, no pienso estar callado en todo el viaje.— dijo el erizo azul mientras manejaba.

— Pues en realidad, no tengo mucho que contar, ahora sabes la dirección donde vivo, tengo 22 años y vivo con una amiga, es todo.

— No creo que sea todo, pero no pienso molestar con ello, me importa tu comodidad. Iremos a un restaurante que está a unos cuantos minutos.

Cuando mencionó "restaurante" puedo imaginarme a qué clase de restaurante será, lo único que veré serán chicas hermosas con vestidos lujosos y de marca, comiendo con 5 tenedores similares pero no iguales y dos copas de un tamaño diferente.
Pasaron los minutos y llegamos al restaurante, me sentía con el peor vestido del universo, pero era lo mejor que tenía en mi closet.

Abrió la puerta y me ofreció su mano para impulsarme y levantarme. Obviamente había valet parking, por lo que una persona se llevó el coche al estacionamiento y además le dieron un número para después reclamar el coche.

Entramos y justamente fue lo que pensé desde un principio, tenía miedo de lo que pudiera suceder.
Mientras reservábamos un lugar, una orquesta al fondo lo acompaña, el violín era uno de los instrumentos que más me gustaban.

No estaba acostumbrada a esto, yo solo iba a lugares donde puedes llevar un pantalón y bailar al ritmo de la música.

— Señor Speed, no estoy acostumbrada a esto, es mucho para mi.

— Solo sé tu misma, no finjas tu personalidad.

Desvíe la mirada y tan pronto como pasó, entramos al lugar. Sentía algunas miradas de los demás, si, lo sé, mi vestido no es de una marca.

Nunca me ha gustado la personalidad de la gente que tiene dinero, se creen mucho y piensan que están en la cima de los demás, sé que hay excepciones, pero la mayoría son así.

Nos sentamos en una mesa que estaba en la azotea, todo lucía fantástico y por lo que alcancé a escuchar era uno de los lugares más caros del restaurante por su increíble vista.
Cuando vi el paraíso, se notaba el lado más pobre de la ciudad y el lado más rico.

Miré mi plato y a lado tenía tres tenedores, uno pequeño, uno mediano y uno largo. ¿Qué hago? No pienso pasar vergüenza ante los demás. Fue una mala idea aceptar salir con Speed.

— Supongo que por lo que me dijiste no sabes qué tenedor usar. ¿Cierto? — pregunta mirándome a los ojos. Podía ver sus ojos esmeralda brillante y la luna reflejarse en ellos.

— Exactamente.— respondí apenada y con un ligero sonrojo en mis pómulos.

Me empezó a explicar en dónde debía utilizar cada cubierto. Después de eso, tomé la cartilla y la abrí. Me sorprendieron los precios, eran bastantes altos a lo que estaba impuesta a ver y pagar. Me empecé a morder las uñas de los nervios y comenzaba a darme ansiedad de tan solo ver el precio.

— Y dime ¿por cuánto has trabajado en entrevistar a gente?

— Pues... llevo 2 años haciendo esto, apenas me gradué de la universidad.— dije nerviosa.— ¿Cuántos años tienes? — pregunté desviando mi vista y esperando la respuesta que me daría.

— No te gustaría saberlo, te alejarías de mi.— ríe mientras toma agua de la copa.

En ese momento sentí miedo, su edad no aparenta tener 22 años, pero tampoco 40. Solo espero que no me proponga que sea mi suggar daddy.

Le volví a preguntar porque la ansiedad me consumía horrible, riendo el me contestó que tenía 30 años. Me lleva por 8 años, bueno, no sé si es bueno o malo.

Los minutos pasaban y él cada vez me preguntaba más cosas sobre mi. Y después, llegó la cena. Todo se veía delicioso, así que no me esperé y me serví, ya tenía mucha hambre.
Comenzamos a comer y no hablábamos. Yo seguía pensando en sus intenciones, ¿quiere ilusionarme? ¿tiene interés en mi? ¿estará jugando? Todas esas preguntas pasaban por mi cabeza.

Acabando de comer, ambos estábamos bebiendo vino, no solía tomar alcohol porque en muchas ocasiones me da sueño y además pierdo el conocimiento con pocas copas. Así que sabiendo todo lo que me pasa, intenté solo tomar una copa, y agradecía que no estuviera llena totalmente.

Nos levantamos y pagó todo lo que consumimos. Nos fuimos del lugar y entramos al auto.

— Aún no ha acabado tu "tour".— dijo mientas colocaba sus manos en el volante.

— ¿A dónde me vas a llevar? — pregunté un poco cansada.

— Solo quiero darte un paseo en el auto, creo que no conoces toda la ciudad... ¿o si?

Arrancó y yo miraba todos los edificios, lucían bastante bien y con luces de colores por todos lados, todos los lugares para bailar estaban abiertos, los bares estaban abiertos y muchas parejas salían abrazados.
Al final me llevó a donde vivo, frenó y me miró.

— Bueno, gracias por esta noche, descansa.— estuve a punto de abrir la puerta cuando siento que me sujeta de la muñeca.

— Solo espera, debo decirte algo.— dijo alzando su vista.

Me volví a acomodar y esperé a que me dijera lo que quería decirme. En segundos, comenzó a acercarse a mi y acarició mi pómulo izquierdo. Lo miré nerviosa por lo que quería hacer. No sabía que estaba pasando por su cabeza, pero lo único que sé es que no caeré a lo que quiere hacer.
Algunas púas se iban para adelante, por lo que su mirada se volvía más interesante. Se pegaba más a mi y podía sentir su respiración cerca. Podía ver con más claridad su rostro. Me mordí los labios sin saber que lo hice. Al final me dio un beso cerca de mis labios. Se despidió y dejó que me fuera. Pero antes me había dicho que me citaba mañana en su oficina.

Entré al departamento y Rouge me estaba esperando, y estaba asomada por la ventana, no puede ser, me estaba viendo.

— Vaya vaya, el auto ya había llegado hace unos minutos, ¿que hiciste? — preguntó con una sonrisa pícara.

— Ash no hice nada, no tengo nada que ver con ese hombre.

Me fui a acostar a mi recámara porque estaba bastante cansada, cerré mis ojos y me dormí.

Me fui a acostar a mi recámara porque estaba bastante cansada, cerré mis ojos y me dormí

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Continuará

Capítulo 3

❁ 𝟱𝟬 𝐑𝐎𝐒𝐀𝐒 𝐃𝐄 𝐒𝐏𝐄𝐄𝐃 ❁Where stories live. Discover now