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"Mamá"

-Tus amigos funcionan bien, nos han dado lo que prometieron.-James dijo.

Andaba en muletas por la comunidad del océano.

-Te dije que eran buenas personas.

Le contesté, habían sido un par de semanas aburridas, siempre estaba descansado el tobillo y mis distracciones eran mis amigos que venían de Alexandria o Hilltop, incluso el reino.

-Dentro de tres días empezará la pelea, me dijeron que te dijera eso y que no podrán verte en mucho tiempo.

-¿Crees pueda ir?, quiero pelear con mi familia.

-Hablaré con Otis, tal vez podamos hacer algo.

-Gracias.

Anduvimos por la comunidad que era pequeña pero a mi paso tardamos mucho.

-Quiero ver el mar.

James me miró con un signo de interrogación en su cara.

-Por favor.-insistí.

-De acuerdo, vamos.

James me guió a una parte de atrás de la comunidad, había una puerta escondida, la abrió y me ayudó a pasar del otro lado.

Caminamos un rato entre los árboles y de pronto se terminó la tierra y empezaba la arena, escuchaba las olas del mar.

Sonreí al mirar el mar, era tan lindo, siempre me había gustado, quería quedarme aquí para siempre, era tan tranquilo y lleno de paz.

Me quité los zapatos y sentí la arena en mis pies, me senté a descansar y mirar el bello panorama que tenía enfrente de mi.

-Regresaré con Otis, no te preocupes, solo tengo que arreglar algunas cosas y listo.

James se fue dejándome ahí, disfrutando y por un momento olvidé lo que vivía.

Gritos, se escucharon gritos y venían de "el océano"

Me volví a poner las botas, me puse de pie, tomé las muletas y traté de ir lo más rápido posible. Los gritos no terminaban, se hacían cada vez más fuertes y me hacían sentir escalofríos.

Entre por la misma puerta, había caminantes por todas partes, se escuchaban los gruñidos y disparos por todas partes.

Estaba en la calle principal observando a las personas correr de los caminantes.

Saqué mi cuchillo que era lo único que tenía, estaba de pie en uno solo y cuando un caminante se acerca me ponía tensa y lograba matarlos, me harté, me cansé y me apoyé en mi tobillo fracturado.

Ya no dolía tanto pero me ayudaba a matarlos más rápido, con una muleta los empujaba y con la mano libre y el cuchillo los mataba.

Seguí andando matando a los que se comían a los cuerpos tirados en el suelo, me dolía ver esto.

Hubo silencio, después de todo lo que había pasado, hubo silencio.

Miré alrededor, lloraban.

El Mar En Tus Ojos. |Rick Grimes & Tú|Where stories live. Discover now