El Mar En Tus Ojos. |Rick Grimes & Tú|

8

Aaron

Estábamos dispersos por el granero, estaba sola en una esquina tratando de darme calor. Un sonido en la puerta empezó a sonar, miré y Daryl se había levantado para observar.

Me levanté cuando vi que estaba impidiendo que algo o alguien entrara, después Maggie le ayudó y corrí a detener la puerta también. No pasó tanto tiempo cuando todos estábamos tratando de impedir que la horda de afuera entrara.

Aun con las pocas fuerzas y la escasa energia que teníamos luchabamos para que la puerta no se viniera abajo. Me sentí en familia, todos tratando de sobrellevar la carga que cada uno traía y me di cuenta en ese mismo momento que ya estábamos todos sincronizados. Todos teníamos la misma visión de seguir juntos sin importar que estuviera pasando alrededor.

La tormenta fue tan fuerte que varios árboles cayeron afuera matando a los caminantes y si no solo los dejó inmóviles. Pudimos dormir un par de horas antes del amanecer.

(...)

La puerta se abrió de golpe, Maggie y Sasha tiraron a un hombre al suelo, por reflejo todos apuntamos al hombre.

-¿Quién es él?

-Rick, Rick, baja el arma.-Maggie nos miró -Todos háganlo.

Todos lentamente la bajamos.

-Tiene algo que decirnos.-Sasha comentó.

-Hola, soy Aaron. Vengo de una comunidad con personas y es seguro.

Rick se le acercó y lo golpeó. Tomé la mochila que él traía y empecé a sacar todo.

-En esa bolsa hay un sobre amarillo con fotos de nuestra comunidad, hay comida y...-otro golpe de Rick.

-Basta, Rick. Ven a ver esto.- en la bolsa había comida enlatada.

-Pueden quedársela, las traje para ustedes al igual que el agua de la carretera.

-¿Nos has estado siguiendo?.-preguntó Daryl.

-Si, si, yo me encargo de buscar gente afuera para llevarlas a la comunidad pero debo de estar seguro que son buenas personas como ustedes.

El hombre sangraba de la ceja y de la nariz.

-¿Nos quieres tomar el pelo?

-No, Rick. Por supuesto que no.

-¿Cuántos de ustedes hay afuera?

-Solo somos dos, solo que la tormenta hizo que nos separaramos. Se quedó en la ruta 85, está a dos kilómetros de aquí, hay dos autos pero los árboles que se cayeron obstruyen la pasada.

-¡Necesito que alguien vaya a la ruta para saber que este hombre no miente!, también quiero que revisen el perímetro por si alguien está cerca. No duden en matarlos.

-¡No maten a nadie!

Todos empezamos a salir.

-¡Tú no, Rowan! Te quedas conmigo. Los demás tienen una hora.

Miré a Daryl y el solo asintió, sabia que estaríamos bien.