XXVIII. Secuestro [Parte 1]

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Al despertar nuevamente en el infierno miro por cortos segundos el techo de su casa, tan insignificante como siempre, los recuerdos empezaron a golpearle por la mente como si le estuviesen tirando piedras hacia su persona por a ver hecho algo malo que nadie perdonaría ver. Suspiro, estaba cansado de todo, cansado de luchar, de buscarle un significado a su vida, un significado que no servía de nada porque siempre se le iba de las manos en un parpadeo. Cansado de todo decidió tener un día de paz, un día donde los problemas no existieran a su alrededor, un día donde por fin él podría tomarse un descanso de todo lo que le pasaba a diario, estaba harto de todo, harto de querer y no morirse, de vivir, de todo, de la gente y su tóxica existencia. Harto preparo su persona como algo rebelde, pero a la vez un toque de chico guapo, no importaban las miradas de otros de morbo o cualquier cosa, era su vida y podía hacer lo que él quisiera cuando él lo quería así de sencillo eran las cosas. Bajo hasta la cocina encontrando a su familia que se le quedo mirando por la pinta que se traía, si y es que traía una pinta de chico malo, pero a la vez guapo y elegante. Ignorando todo aquello se ingreso a la cocina ya sabiendo que su madre se le había olvidado hacerle también su desayuno, tomo un pedazo de pan y un vaso de leche, al ver al comedor vio un plato mas en su asiento y como la mirada de su madre le decía que se sentara a tomar el desayuno con ellos. Ignorando también aquello termino de comer su pedazo de pan y leche y se largó de ahí, dejando a su familia gritando que volviera para sentarse con ellos a tomar el desayuno y haciéndole preguntas de a donde tenía pensado ir. Salió sin prisa alguno tomo sus llaves y se fue caminando sin destino alguno, solo quería caminar, no le interesaba a donde esto lo llevara quería conocer mas su ciudad aun si sabía que no llegaría a casa esa misma noche.

Caminando bajo el radiante sol que hacia en esos momentos mantenía su mirada observando todo a su alrededor, pero sin dejar de tenerla baja, a veces como era costumbre del heleno. Paso inconscientemente por la tienda en donde sus antiguos amigos trabajan, paso de largo ignorando aquello, en esos momentos no quería tener malas vibras a su alrededor. Continúo caminando y caminando horas y largos minutos en los que se veía motivado en seguir aquella acción que no lo cansaba en absoluto, antes lo estaba disfrutando como nunca, unas pequeñas sonrisas se asomaban por las cosas grandiosas que encontraba en su ciudad, cosas que lo hacían asombrar por no saber de la existencia de ellas. Tanto así que olvido un momento quien era, eso era libertad tal vez, sentirse que no deberías preocuparte por nadie, sentir que nadie esta en tu cabeza atormentándote, un camino que debió disfrutar desde antes, libertad, salir de su casa y perderse un rato y volver como si nada hubiera pasado era lo mejor que pudo a ver hecho sabiendo que posiblemente algo peor le esperase en su casa.

Tanto así que no pensaría que algo malo pasaría ese mismo día, nunca lo pensó, se negó a serlo, pero al parecer la desgracia siempre caería en el por tanto que intentara ser feliz, no podría si a este paso volvería al mismo punto. Esa desgracia fue encontrarse a Death y los otros cerca de donde caminaba, por unos instantes freno su andar y quería irse por otra calle, pero para su lastima Shura noto su presencia avisándole a Death y Afrodita que lo miraron de inmediato, el peli azul le sonrió al verle, no pudo dar marcha atrás y tuvo que continuar teniendo los nervios de punta, su cuerpo empezó a temblar de tal forma que le costaba respirar, tenia miedo, mucho miedo en esos momentos, jamás pensó en encontrárselos por ahí, pero que estúpido era, vivían en la misma ciudad. Su perfecto día se arruino, un perfecto día que él creía que sería especial para el pero no fue así, todo se arruino con la presencia de aquellas tres personas que son parte de todo lo que está mal en él. Acercándose a ellos bajo solo la mirada sintió que alguien tomo su hombro y más tenso se puso.

— ¿A dónde vas, Milo? —al escuchar esa vos su piel se puso de gallina.

—A ninguna parte en específico —su voz sonó temblorosa.

Just Because Of You [Hiatus]Where stories live. Discover now