V. Manzanita

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Albafica por fin se estaba entendiendo bien con el pequeño, le sacaba algunas risitas, aunque fueran cortas ya que el llanto volvía. Después de un rato Milo aun con sus ojitos rojos he hinchados se había calmado, Albafica parecía su madre y lo cuidaba bien hasta lo mimaba para verlo sonreír, el pequeño se sentía cómodo entre los brazos del mayor, ese perfumen de rosas le encantaba, mas hay estaba, recordó el perfumen de vainilla de su madre, frunció el ceño triste, Albafica se dio cuenta de eso y empezó a arrullar al pequeñín mientras le cantaba una canción para que se relajara.

Al parecer los rezos de Manigoldo funcionaron ya que el niño estaba calmado y sonreía. Por una parte, El Cid aun no sabía de donde provenía el pequeñín, juraría que, si en una hora sus padres no venían por él, llamaría a la policía, mientras tanto Albafica había empezado a jugar con el pequeño pelimorado de cabellos ondulados.

—Piedra, papel o tijeras... ¡¡Gane!! —grito victorioso el peliceleste.

—Eso no se vale —cruzo sus bracitos al ver que había perdido nuevamente en ese juego.

—Claro que se vale mi pequeño, yo te gane con tijeras que le gana a papel.

—Pero tú me has ganado en todas, a este paso nunca te ganare —inflo sus cachetitos. Tiempo después son jalados cariñosamente por el mayor—. Auch, no hagas eso —se quejó.

—Pero que puedo hacer yo si eres adorable Milo, eres una pequeña pulguita con esos hermosos cabellos morados —sonríe.

—Mi mami dice que me parezco mucho a mi papa —comento el menor con una pequeña sonrisa que se marchito al recordar que no estaba con ellos.

—Óyeme, no te pongas así te quiero con una sonrisita, si me das esa hermosa sonrisita tuya prometo darte un chocolate —el pequeño al escuchar eso sonrió de oreja a oreja emocionado danto saltitos de la felicidad con solo oír la palabra ''Chocolate''.


[~🍎❄️🍎~]

Mientras los padres del pequeño llegaban a toda velocidad, Kardia estaba asustado por lo que pasaría si su manzanita no se allara por ahí al igual que Degel que estaba sumamente estresado mas sabia que tenia que tranquilizarse por el pequeño que llevaba adentro de sí.

Kardia había frenado en seco cuando se estaciono provocando una mirada sumamente molesta por parte de Degel, este le dio menos importancia a la mirada de su esposo y salió de su carro lo más rápido que podía al igual que el galo corrieron hasta entrar al supermercado, era bastante grande y él heleno estaba sumamente estresado. Empezó a correr con él francés por todos los pasillos desesperadamente gritando el nombre del pequeño preguntando a la gente que se encontraban ahí si lo habían visto, la gente negaba y eso preocupaba mas a ambos padres del menor.

Buscaron y buscaron, supusieron que estarían en la sección de los juguetes, pero nada, no estaba ahí, eso los preocupo demasiado que algún maleante se lo allá encontrado por ahí solito y por consecuencia a vérselo llevado a hacerle cosas malas al pequeño.

Kardia estaba que se jalaba las greñas, ¿En dónde carajos estaba su pequeña manzanita?, Juraba que si no lo encontraba buscaría por cielo y tierra solo por él. Degel empezó a llorar eso hizo que el peliazul se preocupara mucho, su bebito no estaba y eso dejaba mal al francés y en especial en su estado de embarazo.

Optaron mejor ir donde los guardias de seguridad para que le ayudaran a encontrar al pequeño, de seguro ellos sabían algo de él, el heleno y el galo estaban seguros de que ellos sabían algo de su pequeño. El heleno ayudo a su esposo a caminar hasta el puesto de seguridad, a paso un poco lento Degel sollozaba a mar de lágrimas mientras Kardia lo sostenía con fuerza mientras lo intentaba animar para calmarlo.

Just Because Of You [Hiatus]Where stories live. Discover now