Capítulo Seis

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Dos días pasaron y yo continuaba en el hospital. Mi chico no despegaba su vista de mí en ningún momento sentado en un rincón de aquella habitación de hospital, yo miraba a mi izquierda cada que despertaba y él mantenía sus ojos sobre los míos hasta que alguien interrumpía nuestra silenciosa charla de miradas. Normalmente quien interrumpía nuestro romance intangible era esa enfermera mayor que juró un día que mi chico estaba enamorado de mí. No así esa vez.

―¿Qué mierda haces tú acá?

―Vine...vine a ver...digo...

―Sal, sal de acá antes que despierte.

―Pero si yo...en serio, yo no...

―Que salgas o llamaré a seguridad.

―Harry...―susurré apenas abriendo mis ojos.

―Tranquilo. Sigue durmiendo.

―Lou, Lou por favor, quiero...

Abrí mis ojos y fruncí mi ceño. Me senté y le miré con ojo crítico. ¿Qué hacía ella aquí?

―¡Que te vayas, dije!

―Eleanor, ¿qué haces acá?―deslicé mi vista por su cuerpo. Así que en serio estaba embarazada―. ¿Cómo me encontraste?

―Tu padre... él me dijo que viniera a buscarte.

―Esa no fue mi pregunta.

―Tu seguro médico.

Miré a Harry. Él maldijo en silencio y salió disparado de la habitación, posiblemente iría a pelear con medio mundo antes de quedarse en paz. Fijé mi vista en la chica que tenía en frente: mucho más demacrada que antes, el pelo mal cuidado y las uñas comidas, ojeras bajo los ojos, las mejillas hundidas y aunque ya tenía un embarazo notorio, se podía notar que había perdido peso.

―No hagas eso―murmuró acomodando su sudadera quizá unas tres o cuatro tallas más que su cuerpo.

―¿El qué?

―Mirarme así.

―Así―repliqué sin entender.

―Con asco.

―Hum.

―Lou, escucha, yo...

―Te dejaste embarazar de un niño que no es mío. Sabía que estabas enferma, pero nunca así.

―No digas eso, Louis―desvió su vista al suelo. Rodé mis ojos incapaz de replicar esta vez, lucía demasiado cansada como para poder pelearle más―. Sabes que nunca te haría daño. Yo...te amo, y te amo en serio.

―Y me quieres tener a toda costa ¿no? Pues, felicidades, mi vida, soy gay.

―No lo eres.

―Lo soy. Mi culo se lo presté a Harry todas las noches desde que salí de esa casa.

―¡Louis!―llevó su mano a sus labios con sus ojos puestos sobre mí, visiblemente sorprendida.

―Escucha: volverás a Nueva York. Te buscarás una vida. Te olvidarás de mí. ¿Quieres dinero? Vale, ve y pídeselo a Tomlinson porque si no te has enteraron a mí me desheredaron ya, así que ni dinero tengo para darte. A mí no me jodas. No quiero tener nada que ver con tu hijo, o con la familia esa.

―Es nuestro...

―¡No es nuestro hijo, Eleanor!―tosí agitado y negué con mi cabeza― ¡Yo no te follé, no me acosté contigo en ningún momento!

―Si lo hiciste.

―¡Que no!

―En la fiesta de cumpleaños de Zayn.

Diecinueve Veranos |Larry Stylinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora