Capítulo Diecinueve

276 13 6
                                    


N/A: Este capítulo tiene más de 8.750 palabras (8.752 para ser exactos), pero lo merecen porque se han portado muy bien con esta historia ¡y yo horriblemente por haberme demorado tanto! Lo siento, por cierto, han ocurrido muchas cosas (tanto buenas como malas) en mi vida y tengo la cabeza en otro lado. En fin, voten, comenten, hagan el amor y no la guerra ¡y sean muy felices!

*

Advertencia: Este es un capítulo con alto contenido de violencia, leerlo o no, queda a vuestra discreción.

Verles hablar de una forma amistosa lejos del resentimiento y la rabia o cualquier sentimiento y/o emoción parecida, era algo bastante desagradable...y agradable al mismo tiempo. Ambos comían y hablaban amigablemente, mientras yo comía centrado en mi plato, incluso estaban sentados uno al lado del otro, Harry frente a mí y Melinda a su lado. Yo estaba relajado, al menos. Me sentía bien. A gusto. Pero con muchas preguntas en la cabeza.

―Louis, vale, pregunta―alcé mi mirada hasta Harry, demasiado perdido en mis pensamientos como para entender a qué se refería.

―¿Ah?

―Que preguntes eso que tienes en la cabeza.

―Oh...―tragué la pasta que tenía en la boca y carraspeé―. ¿Qué...pasó entre ustedes?

―Mucho en realidad―respondió Melinda mirándome―. Estuvimos hablando el otro día, cariño. Estaba harta de sus miradas de "te quiero matar" y él estaba harto de no saber quién diablos era yo.

―Melinda me explicó todo lo que hizo por ti, Louis. Cómo cuidó de ti, cómo te dio tu espacio. Yo las cagué contigo, erré muchas veces y ella intentó enmendar mis errores. Estuvo ahí cuando yo no lo estuve. Y es algo que se lo voy a agradecer siempre. Soy un tarado, un imbécil y un sin corazón incluso si quieres, pero sé agradecerle a las personas que se lo merecen. Y ella se merece lo mejor por todo lo que hizo por ti. Por cuidar de ti.

―También―miré a Melinda cuando habló ella―, también le expliqué que ya no pretendo nada contigo. Te amo, cariño, pero conmigo no eras feliz. Pero cuando él llegó y cuando le vi llegar con ese tremendo ramo de rosas que te dio, supe de inmediato que él es quien te hace feliz. Además, Matthew y yo tenemos algo así como una...relación―sonrió de forma coqueta―, y estamos yendo ¡viento en popa!―tomó la fuente con la ensalada y vertió de ella en su plato.

―Entonces... ¿ahora qué?

―Somos un trío. Uno bien sexy―guiñó su ojo Harry, imitando la acción de Melinda después.

―Sí. Y voy a tatuar a Harry uno de estos días. Le conté que esos tatuajes de los hice yo a Matt y pues, quiere uno.

―O sea que...lo tatúas a él y a mí aún no accedes a tatuarme.

―Es que no he tenido tiempo, pero pasado mañana voy a tener un día libre y―sonrió ampliamente, notablemente emocionada―, más ganas tengo aun cuando supe qué es lo que él quiere.

Fruncí mi ceño mirando a Melinda, luego miré a Harry y alcé mis cejas, él estaba tan confundido como yo.

―Son...¿es que acaso ustedes no hablan?―rodó sus ojos―. Hablen más, de lo que quieren, de lo que no. Hablen de amor. Ustedes dos se aman, tú le amas―me señaló con su dedo―, y tú le amas a él―señaló a Harry―, pero ambos son demasiados orgullosos para expresarse amor.

A esta altura Harry y yo mirábamos nuestros platos de comida, sin nada que decir, pues ella tenía razón y él y yo lo sabíamos. Al menos la última parte.

―Confiar no es malo, chicos. Confíen en el otro. Louis, mírame―le miré mordiendo mi labio, suspirando―, Harry me contó toda la historia, cómo solían vivir, y pude darme cuenta cuánto te cuidaba y protegía. Sí, las cagó al final y te golpeó y te dejó como yo te vi ese día cuando nos conocimos, esa cicatriz en tu boca―me señaló, sentía mis ojos llenarse de lágrimas con rapidez―, pero te cuidaba incluso luego de eso. Es un complicado pero ¿acaso está mal serlo? Puedes confiar en él, te quiere en su vida―sorbí por mi nariz y miré sobre mi regazo, limpiando las lágrimas que bajaron por mis mejillas―. Y tú...Harry, mírale, mira al chico que comparte su hogar contigo, que da todo por ti, hasta su jodida vida, ¿cómo no podrías confiar en él? ¿Acaso tienes alguien más en quien confiar? ¿Acaso tienes una familia en quien confiar? Louis te hace feliz, Harry. Te hace feliz. Te...te complementa, no cállate―alcé mi vista y miré a Harry con una mueca de frustración en su rostro ya que Melinda acababa de interrumpirle haciéndolo callar―, Louis es todo lo que buscabas en tu vida y este...estúpido es lo suficientemente estúpido como para no notarlo, como para sufrir por ello, como para no darse cuenta de la forma en la que tus ojos le miran―la mirada de Harry dio con la mía justo en ese momento, mordía su labio y mis ojos de nuevo comenzaron a llenarse de lágrimas―, es lo suficientemente estúpido como para no darse cuenta lo que todos hacemos por él hasta que se lo decimos de alguna u otra forma. Es la clase de persona que necesita oír palabras y que estas se vean rectificadas con hechos. Quizá para ti sean suficientes los hechos, Harry, pero a Louis necesitas decirle las cosas porque ni él se da cuenta, ni te dirá que se las digan. Se aman, por Dios santo ¡simplemente díganselo! Están locos el uno por el otro, son lo único que tienen y están hechos el uno para el otro, porque, seamos honestos, Louis, aunque yo te gustase, siempre fuiste el chico más homosexual que conocí en mi vida. Y tú, Harry...pues, tú irradias homosexualidad a cada paso que das, por rudito que te las quieras dar―los tres reímos, y luego suspiramos al unísono, al mismo tiempo―. Louis, te amo―le miré a ella esta vez―, y no quiero que pierdas a la persona que le da luz a tus ojos y vida a tu vida. Y Harry―él la miró también―, Louis hace por ti lo mismo. Se miran el uno al otro de una forma que nunca vi a alguien mirar a otra persona. Amaría ser uno de ustedes para que me miren así. No se pierdan ¿sí? Son lo único que tienen actualmente y les aseguro que así será toda su maldita vida. Por favor, cuídense. Confíen. Hablen. Díganse las cosas. Ámense...y díganselo. Ni Louis te va a fallar, Harry, de ninguna forma―me miró fijamente―, ni Harry te va a fallar otra vez, Louis. Ahora coman, que esta pasta es una maravilla. Te hiciste del novio perfecto, Louis ¿viste? Hasta cocina.

Diecinueve Veranos |Larry Stylinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora