Rojo cual pecado (Blossick)

Capítulo IX

Pero ya que, voló y finalmente se paró en el balcón abriendo la ventana con cautela. Se asomó ligeramente, todos estaban durmiendo como supuso. Entró de puntillas y se acercó a la cama, primero estuvo a punto de tocar a su hermano, pero se detuvo al instante cuando este se movió en su lugar y pudo distinguir su cabello al de la chica. Tragó en seco, estuvo a punto de tirarlo todo por la borda si llegaba a despertar a Dexter. Dio la vuelta y se sorprendió al ver que su hermosa pelirroja no se encontraba también durmiendo, esto le extraño bastante. Agudizó la vista dilatando sus pupilas y la oscuridad ahora era menos densa, miró a todos lados y lo primero que sus ojos lograron captar fue el hecho de que toda la alfombra de la habitación tenía por encima prendas de ropa. Se puso en cuclillas y tomó entre sus manos lo que parecía uno de los sujetadores de Blossom, alzó una ceja, también estaba la ropa interior de su hermano y lo que parecía el pijama de ambos. Brick se incorporó pausadamente, como un robot, un vistazo rápido a la cama medio deshecha fue lo último que necesitaba comprobar para dar por hecho de que ambos habían tenido sexo antes de que llegara.

Apretó el sostén rosado con estampado de rosas en su mano y estuvo a poco de hacerlo arder hasta desintegrarlo. Se lo guardó en uno de los bolsillos del pantalón sin pensarlo mucho. Su vista agudizada e intensa fija en Dexter, sintió el impulso de molerlo a golpes. Era obvio, estaba furioso, pero no solo furioso, también tenía un horrible ataque de celos. Formó dos bolas de fuego en sus manos directas a su hermano, pero el sonido de una ducha lo detuvieron al instante y apagó las llamaradas yéndose directo hacía donde provenía el sonido. Giró la esquina de la habitación y las luces que se asomaban por la puerta del baño de ambos le llamó la atención. No podía tratarse de nadie más que Blossom. Entreabrió un poco más la puerta para darle la facilidad de admirar lo que se iba a encontrar ahí, el cuerpo húmedo de Blossom tras las cortinas mientras esta parecía enjabonar su cabello. Tuvo un déjà vu del día en que visitó por primera la casa de la pareja, ahí estaba ella, con su cuerpo escultural de heroína tras la fina cortina, recordó que pudo verla desnuda de nuevo, él hermoso color crema de su piel y el agua corriendo por esta. Se mordió los labios conteniendo un suspiro, la última vez se contuvo y aún así tuvo el impulso de abrir por completo la puerta, esta vez iba a ser totalmente diferente.

Si ya estaba muriéndose de la furia por pensar que su amada había hecho el amor con otro hombre, mientras él mismo, cada vez que tenía relaciones, siempre se imaginaba que era ella la que estaba debajo de su cuerpo gritando su nombre, hacía que esa rabia creciera aún más y su cuerpo ardiera cual incendio, sumando el hecho de que la sombra de Blossom moviéndose quedamente y echando pequeños suspiros por el placer del agua tibia no era de mucha ayuda precisamente para parar ese calor.

Entró como un fantasma silencioso en el baño, cerrando la puerta tras de si para más seguridad. Blossom seguía a lo suyo tarareando alguna canción, sin enterarse de lo que estaba pasando fuera. Sin cuestionárselo mucho comenzó a desvestirse rápidamente ¿estaba consciente totalmente del posible suicidio que esto iba a implicar? Pues probablemente, pero tampoco es que le importase mucho. Estaba algo frenético por el hecho de que le mataban los celos en ese momento así que tampoco le importaba que los pudieran descubrir.

Entró en la ducha, saboreando con la mirada toda la escena de la pelirroja acariciando su cuerpo mientras se enjuagaba el jabón con olor a manzana, se relamió los labios. Hacía demasiado tiempo que quería algo como esto, que lo necesitaba como el comer. La rodeó con los brazos y sorprendentemente Blossom solo rio suavemente.

—Uh... ¿no tuviste suficiente hace un rato, cariño? Eres un atrevido eh... —murmuró la joven con los ojos cerrados con algo de jabón que se había deslizado hasta su cara. Brick sintió un puñetazo imaginario en el estómago, lo acababa de confundir con Dexter. Ahora si que no se iba a echar para atrás, aunque su hermano entrase por esa maldita puerta ahora mismo.