Capítulo XVIII

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¡Muchas gracias a la gente que deja comentarios y sigue la historia!

Disclaimer: The PowerPuff Girls o cualquier personaje de esta historia no son de mi propiedad.

Capítulo 18. Al descubierto.

La tensión en el ambiente de la sala de espera se podía cortar con cuchillo de lo espesa y pesada que era. Blossom tenía hasta que controlar su respiración para que no sonara demasiado fuerte. Miraba a todos lados en busca de que alguien cruzara mirada con ella y poder sacar tema de conversación, deseosa de romper aquel silencio angustioso. Pero que va, eso parecía prácticamente imposible. Brick estaba varios metros alejado de ella, apoyado en la pared y con cara de pocos amigos -pero que se iba a esperar después de lo ocurrido hacía unas horas-, con Princesa encima acariciándolo e intentando que la mirara y hablara con ella, pero él no le prestaba ni la más mínima atención. E igual, después de todo era lo normal. Lo que realmente no comprendía era a su esposo. Silencioso, quieto, con una expresión ambigua que dificultosamente entendía, era como si estuviese perdido en sus pensamientos.

Ambos habían decidido quedarse un rato más en el hospital después de haber visitado a Peach, aunque fue más opinión de ella, porque Dexter se reusaba a hablar sino era algún monosílabo. Acompañarían un rato a su hermano y después volverían a casa, pero nadie decía nada y Blossom ya se estaba hartando.

Hizo una mueca incómoda, vagaba con la vista por todos lados hasta que se dio cuenta, de que, a su lado, Holly cabeceaba dando indicios de quedarse dormido muy pronto. Vio en esto una excusa perfecta para poder irse de una vez.

—Dexter. —lo llamó esperando que este reaccionara, pero él parecía hacer oídos sordos. Lo llamó de nuevo. —Dexter, deberíamos volver ya. Holly parece que tiene sueño y...

—Vámonos.

Le respondió con voz fuerte y dura, sorprendiendo ligeramente a Blossom que rara vez escuchaba ese tono en su voz. Dexter se levantó y comenzó a andar a zancadas y con rapidez, Blossom, asombrada por esto, lo siguió tomando al niño en brazos y corriendo detrás de él. Ninguno se despidió de los únicos dos pelirrojos que quedaron allí. Princesa ni se inmutó, pero Brick no lo dejó pasar. Estuvo, prácticamente, desde que todos se reunieron en aquella sala, observando de reojo a su hermano. Algo andaba mal con él, algo le pasaba y no podía ser nada bueno para que ignorara hasta a su adorada esposa.

En el camino a casa todo parecía ponerse aún peor. Él aún se reusaba a decir una palabra y Blossom ya estaba cansada de intentar que él hablara, así que ambos llegaron hasta su apartamento, callados y serios. Al llegar pensó que era lo mejor, y ya hasta enfadada de su actitud, decidió preguntarle.

Entraron y Blossom cerró la puerta tras ella con fuerza para llamar la atención de Dexter.

—Ya esta bien ¿me vas a decir que diablos te pasa? No entiendo tu actitud tan extraña de repente. —alzó la voz por el enojo.

Dexter se quedó unos segundos, estático, de espaldas a ella y en tal silencio que ni su respiración era audible. Esto acabó por colmar la paciencia de la chica, pero también, algo se removió en su interior, una alarma saltó ¿podría ser que... de algún modo...? No, imposible... no tendría cómo.

—Ah... —escuchó un suspiro cansado de su parte y centró toda su atención a lo que él le fuera a decir, con el pulso algo irregular. —Estoy algo cansado... de varios días trabajando todas las noches y por eso estoy algo perdido y de otro humor. —la miró finalmente, con una pequeña sonrisa que más que reconfortarla la preocupaba aún más. —Entiendes, ¿no? Perdona si me has visto algo extraño...

—¿Seguro... que es solo eso?

Otra vez en silencio, aquí sus dudas volvieron a emerger, algo no estaba bien, Dexter no estaba siendo sincero y sea lo que sea que le ocultara lo iba a descubrir.

Rojo cual pecado (Blossick)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora